viernes, 28 de diciembre de 2018

Instantáneas #40. Diciembre 2018

Marina González Sanz y yo rodeamos a la premiada
Diciembre ha sido un mes complejo, con muchas alegrías y con muchas penas. Pero hablamos de filología, de mi trabajo, que resumo en cuatro palabras felices, estas:
-Toga. Con guisa de toga nos aderezamos para acompañar a Blanca Garrido Martín, a quien dieron el Premio Extraordinario de Doctorado por su tesis. Fue un día precioso, en que como directora de la tesis me sentí muy orgullosa paseando a Historia15 con toga.
-Cádiz. El equipo del Instituto de Lingüística Aplicada dirigido por Miguel Casas organizó unas jornadas sobre “Las ciencias del lenguaje al alcance de todos” y tuve el placer de participar en ellas como ponente.
Con Miguel Casas
-Radio. En concreto, Radio Nacional de España. Ha vuelto a emitirse el programa monográfico de RNE sobre lengua española “Un idioma sin fronteras”; su directora y presentadora, Ángela Núñez, me entrevistó en una de sus emisiones (se puede escuchar aquí). También participé en una tertulia del programa “No es un día cualquiera”, de Pepa Fernández sobre las faltas de ortografía.
-Escritura. Este mes he explicado en El País por qué decimos Nochegüena y qué palabras podemos escuchar en Andalucía que no son comunes en otras zonas hispanohablantes.
Y con esto y un abrazo, hasta 2019. 

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Marina González Sanz y yo rodeamos a la premiada
Diciembre ha sido un mes complejo, con muchas alegrías y con muchas penas. Pero hablamos de filología, de mi trabajo, que resumo en cuatro palabras felices, estas:
-Toga. Con guisa de toga nos aderezamos para acompañar a Blanca Garrido Martín, a quien dieron el Premio Extraordinario de Doctorado por su tesis. Fue un día precioso, en que como directora de la tesis me sentí muy orgullosa paseando a Historia15 con toga.
-Cádiz. El equipo del Instituto de Lingüística Aplicada dirigido por Miguel Casas organizó unas jornadas sobre “Las ciencias del lenguaje al alcance de todos” y tuve el placer de participar en ellas como ponente.
Con Miguel Casas
-Radio. En concreto, Radio Nacional de España. Ha vuelto a emitirse el programa monográfico de RNE sobre lengua española “Un idioma sin fronteras”; su directora y presentadora, Ángela Núñez, me entrevistó en una de sus emisiones (se puede escuchar aquí). También participé en una tertulia del programa “No es un día cualquiera”, de Pepa Fernández sobre las faltas de ortografía.
-Escritura. Este mes he explicado en El País por qué decimos Nochegüena y qué palabras podemos escuchar en Andalucía que no son comunes en otras zonas hispanohablantes.
Y con esto y un abrazo, hasta 2019. 

domingo, 23 de diciembre de 2018

Un mundo sin Julio


Desde el martes, este es un mundo sin Julio Arenas Olleta, y eso es sin duda un mundo peor. Inteligente, divertidísimo, agudo, muy cariñoso; como filólogo era reflexivo, meticuloso, sagaz. Esa obra filológica fue truncada por un accidente en 2010 del que poco a poco se fue recuperando; y, ahora, cuando todo parecía enderezarse, nos ha tocado despedirnos de él. Está siendo un diciembre de muchos duelos. 
Con lo presumido y elegante que era, sé que Julio aprobaría esta foto que subo de él. Me la mandó por Skype hace años y me obligó a que la titulase Julito sacando músculo. Qué bonito eras por dentro y por fuera, Julio.
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Desde el martes, este es un mundo sin Julio Arenas Olleta, y eso es sin duda un mundo peor. Inteligente, divertidísimo, agudo, muy cariñoso; como filólogo era reflexivo, meticuloso, sagaz. Esa obra filológica fue truncada por un accidente en 2010 del que poco a poco se fue recuperando; y, ahora, cuando todo parecía enderezarse, nos ha tocado despedirnos de él. Está siendo un diciembre de muchos duelos. 
Con lo presumido y elegante que era, sé que Julio aprobaría esta foto que subo de él. Me la mandó por Skype hace años y me obligó a que la titulase Julito sacando músculo. Qué bonito eras por dentro y por fuera, Julio.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Archivea

Entre las variadas formas de consumir cualquier producto está su disfrute monográfico. Cuando en un pueblo hacen una jornada sobre teatro, cuando los bibliotecarios aúnan esfuerzos para montar un día de las bibliotecas o diversas entidades se concentran en ofrecernos un fin de semana temático sobre un pintor, nos están proponiendo una forma monográfica de consumo, tan válida como otra. Sin embargo, en nuestra agenda individual, libre de organizarse al modo de cada uno, solemos decantarnos por organizar así el tiempo para cosas enojosas de intendencia doméstica (ir al mercado o pintar la casa) pero no para cuestiones mucho más agradables como aquellas que nos acicalan la mente y el gusto.
¿No os resultaría agradable poder dedicar todo un sábado a visitar exposiciones, o a recorrer librerías, o a combinar cine y música? Si buscáis ideas de ese estilo me permito sugeriros esta: regalaos un día de archivos, agendad un día para archivear.
Pero no para ir con el portátil a pasar páginas de legajos y transcribir, sino para observar como visitante alguno de los muchos archivos con fondos documentales que nos rodean y que suelen ofrecer visitas gratuitas. Dedicando un rato a gestionar reservas, se te puede quedar una mañana la mar de simpática visitando los edificios de los archivos (que al menos en Sevilla suelen ser ya de por sí monumentales), viendo como los técnicos trabajan en ellos y observando los tesoros escogidos que nos muestran en esas visitas
Con la subdirectora del AGI, Pilar Lázaro
Y eso he hecho hoy viernes con un grupo de estudiantes de máster y alumnos internos. Hemos visitado el Archivo de Indias y el Archivo Histórico Provincial de Sevilla, con la fortuna de que en ambos hemos podido ver zonas y documentos que no siempre están disponibles para la visita turística común. He dejado algunas fotos por aquí dispersas. Es normal que esta haya sido para muchos de mis alumnos la clase que mejor recordarán de mi asignatura de máster. ¿Qué archivos nos recomiendas visitar de tu ciudad?
Archivo Histórico Provincial
Archivo de Indias

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Entre las variadas formas de consumir cualquier producto está su disfrute monográfico. Cuando en un pueblo hacen una jornada sobre teatro, cuando los bibliotecarios aúnan esfuerzos para montar un día de las bibliotecas o diversas entidades se concentran en ofrecernos un fin de semana temático sobre un pintor, nos están proponiendo una forma monográfica de consumo, tan válida como otra. Sin embargo, en nuestra agenda individual, libre de organizarse al modo de cada uno, solemos decantarnos por organizar así el tiempo para cosas enojosas de intendencia doméstica (ir al mercado o pintar la casa) pero no para cuestiones mucho más agradables como aquellas que nos acicalan la mente y el gusto.
¿No os resultaría agradable poder dedicar todo un sábado a visitar exposiciones, o a recorrer librerías, o a combinar cine y música? Si buscáis ideas de ese estilo me permito sugeriros esta: regalaos un día de archivos, agendad un día para archivear.
Pero no para ir con el portátil a pasar páginas de legajos y transcribir, sino para observar como visitante alguno de los muchos archivos con fondos documentales que nos rodean y que suelen ofrecer visitas gratuitas. Dedicando un rato a gestionar reservas, se te puede quedar una mañana la mar de simpática visitando los edificios de los archivos (que al menos en Sevilla suelen ser ya de por sí monumentales), viendo como los técnicos trabajan en ellos y observando los tesoros escogidos que nos muestran en esas visitas
Con la subdirectora del AGI, Pilar Lázaro
Y eso he hecho hoy viernes con un grupo de estudiantes de máster y alumnos internos. Hemos visitado el Archivo de Indias y el Archivo Histórico Provincial de Sevilla, con la fortuna de que en ambos hemos podido ver zonas y documentos que no siempre están disponibles para la visita turística común. He dejado algunas fotos por aquí dispersas. Es normal que esta haya sido para muchos de mis alumnos la clase que mejor recordarán de mi asignatura de máster. ¿Qué archivos nos recomiendas visitar de tu ciudad?
Archivo Histórico Provincial
Archivo de Indias

viernes, 30 de noviembre de 2018

Instantáneas #39. Noviembre 2018


Noviembre se acaba en viernes, el día que actualizo el blog. Toca mirar atrás y repasar la agenda de este mes, en que me he estado haciendo cosas como estas:
-Escribir. La campaña de las elecciones andaluzas y la posición en ella del acento andaluz me ocupó en esta tribuna de opinión que podéis leer en el ejemplar impreso de El País del viernes 30 de noviembre o aquí en digital. En Verne-El País hablé sobre la familia de la palabra migrar y sobre la palabra institutriz, a cuento de los últimos incidentes en el Congreso de los Diputados.
-Conferenciar. Mi última conferencia del mes fue en la inauguración las II Jornadas sobre el Habla Andaluza que se celebraron en el precioso pueblo sevillano de Coria del Río, una localidad de la que ya os hablé en esta antigua entrada del blog. Es una iniciativa loable que un ayuntamiento apueste por esta clase de actividades. Agradezco la invitación.
Más que una conferencia, fue una mesa redonda la que me ocupó un martes de noviembre. Se trató de un encuentro distendido con responsables de la serie La peste en el Antiquarium de Sevilla para charlar sobre qué representación se hace en esta serie del habla andaluza del XVI. Compartí mesa con el documentalista de la serie, Pedro Álvarez Molina, y con la profesora de lengua de la Universidad Pablo de Olavide Mercedes de la Torre.



También en formato mesa redonda fue mi intervención por invitación de los organizadores (Eva Bravo, Santiago del Rey, Marta Fernández) en el congreso Morphispam celebrado en la Universidad de Sevilla. Si ampliáis la foto veis mejor a mis compañeros de mesa (Félix Fernández de Castro Javier Medina y Martha Guzmán) con los que fue un placer trabajar.

 -Leer. En una entrada anterior os presenté mis recomendaciones de libros para niños sobre lengua. Mi recomendación de regalo filológico para mayores es el libro de Kory Stamper Palabra por palabra. La vida secreta de los diccionarios (editorial Capitán Swing). Stamper fue editora de los famosos diccionarios ingleses Merriam-Webster y cuenta en este libro cómo se escribían las definiciones, cómo era trabajar con papeletas antes de que existiesen ordenadoras y cientos de cosas más en un estilo agradable.
-Y, por último, viajar. Asistí como comunicante al congreso sobre traducción de biblias hispánicas que se celebró en Mallorca, donde expuse la investigación que he realizado en los últimos meses sobre las traducciones de los salmos en el siglo XVI, particularmente la realizada por el humanista conquense Juan de Valdés. Fue un congreso interesantísimo, en el que coincidimos muchos compañeros muy queridos y donde pude seguir profundizando en el mundo de la heterodoxia bíblica.

Termino ya. Este mes el blog ha cumplido nueve años; es bonito recordar y celebrar todo lo placentero que permanece. Os deseo un buen mes de diciembre.

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Noviembre se acaba en viernes, el día que actualizo el blog. Toca mirar atrás y repasar la agenda de este mes, en que me he estado haciendo cosas como estas:
-Escribir. La campaña de las elecciones andaluzas y la posición en ella del acento andaluz me ocupó en esta tribuna de opinión que podéis leer en el ejemplar impreso de El País del viernes 30 de noviembre o aquí en digital. En Verne-El País hablé sobre la familia de la palabra migrar y sobre la palabra institutriz, a cuento de los últimos incidentes en el Congreso de los Diputados.
-Conferenciar. Mi última conferencia del mes fue en la inauguración las II Jornadas sobre el Habla Andaluza que se celebraron en el precioso pueblo sevillano de Coria del Río, una localidad de la que ya os hablé en esta antigua entrada del blog. Es una iniciativa loable que un ayuntamiento apueste por esta clase de actividades. Agradezco la invitación.
Más que una conferencia, fue una mesa redonda la que me ocupó un martes de noviembre. Se trató de un encuentro distendido con responsables de la serie La peste en el Antiquarium de Sevilla para charlar sobre qué representación se hace en esta serie del habla andaluza del XVI. Compartí mesa con el documentalista de la serie, Pedro Álvarez Molina, y con la profesora de lengua de la Universidad Pablo de Olavide Mercedes de la Torre.



También en formato mesa redonda fue mi intervención por invitación de los organizadores (Eva Bravo, Santiago del Rey, Marta Fernández) en el congreso Morphispam celebrado en la Universidad de Sevilla. Si ampliáis la foto veis mejor a mis compañeros de mesa (Félix Fernández de Castro Javier Medina y Martha Guzmán) con los que fue un placer trabajar.

 -Leer. En una entrada anterior os presenté mis recomendaciones de libros para niños sobre lengua. Mi recomendación de regalo filológico para mayores es el libro de Kory Stamper Palabra por palabra. La vida secreta de los diccionarios (editorial Capitán Swing). Stamper fue editora de los famosos diccionarios ingleses Merriam-Webster y cuenta en este libro cómo se escribían las definiciones, cómo era trabajar con papeletas antes de que existiesen ordenadoras y cientos de cosas más en un estilo agradable.
-Y, por último, viajar. Asistí como comunicante al congreso sobre traducción de biblias hispánicas que se celebró en Mallorca, donde expuse la investigación que he realizado en los últimos meses sobre las traducciones de los salmos en el siglo XVI, particularmente la realizada por el humanista conquense Juan de Valdés. Fue un congreso interesantísimo, en el que coincidimos muchos compañeros muy queridos y donde pude seguir profundizando en el mundo de la heterodoxia bíblica.

Termino ya. Este mes el blog ha cumplido nueve años; es bonito recordar y celebrar todo lo placentero que permanece. Os deseo un buen mes de diciembre.

viernes, 9 de noviembre de 2018

Libros para niños sobre lengua

Tengo un recuerdo estupendo de las lecturas que disfruté cuando era pequeña; devoré los libros infantiles propios de la generación EGB. Fui de jovenzuela una voraz lectora de novelas y novelones. Luego vino la poesía. Siempre he encontrado libros a mi medida, propios del tiempo y del lugar en que me encontraba. Leí lo que quise y cuando quise. No me gusta que se obligue a los niños a leer pero recomiendo que en los cumples y las Navidades haya entre la orgía de juguetes algún libro. Siempre es posible encontrar un libro a la medida de un niño.Aquí os paso una selección de cinco libros infantiles sobre lengua y escritura que me han parecido interesantes.
Quiero empezar por los álbumes ilustrados porque esta semana en Sevilla se está celebrando la semana del álbum ilustrado y tenerlos por casa es gozoso para la vista y el tacto. Llegué a ellos a través de la autora e ilustradora sevillana Raquel Díaz Reguera, que tiene una bellísima colección de ellos, todos buen regalo para grandes y chicos (mirad aquí). Entre los que se dedican específicamente a lengua, os recomiendo La gran fábrica de las palabras (Agnès de Lestrade  y Valeria Docampo, en Tramuntana) cuyo contenido podéis ojear porque está narrado en este vídeo.

Los cuadernitos de escritura creativa de El Hematocrítico (son varios, mirad aquí) ayudan a poner a los niños ante el reto comunicativo de escribir con libertad. Y eso no lo suelen hacer los programas educativos escolares (por eso escribí este artículo de opinión hace tiempo). Creo que alguien que escribe y habla con habilidad de adaptación a los registros, capacidad de convicción y riqueza léxica va a tener algo más fácil ganarse la vida. Y eso se empieza a aprender de pequeño.
Para niños a los que le gusta escribir y dibujar sus propias historietas recomiendo este libro de la fantástica serie de Usborne. Además, es muy asequible de precio.
De Jerónimo Stilton (Geronimo Stilton en los títulos) y de su familia ratonil hay una colección extensísima de títulos; este tiene gracia porque explica muy bien el surgimiento de la imprenta y su historia interna, algo que de vez en cuando tenemos que explicar en clase al hablar de edición de textos. Lo cierto es que los libros de ciencia para niños exponen qué es un cohete o una polea pero no suelen recordar ese gran invento que fue la imprenta.
Y por último, una recomendación para los más chicos. Para aprender a leer hay miles de libros, pero la gracia de la colección de Bruño Las divertidas aventuras de las letras es que no se presenta como una cartilla ni un libro de texto. Las letras se muestran en historias rimadas, con sentido y detalles en que detenerse. Creo que por eso ha sido un exitazo editorial en los últimos años. Hay varios libros nacidos a partir del original (este, para mí el mejor). A partir de él, han creado un conjunto de material adicional también muy bueno, como el de la foto (escrito en mayúsculas, lo que facilita mucho las cosas).
Y para terminar, dejadme que haga algo tan pesado como aconsejar: consumid cultura, id a las librerías, asistid a las actividades de las bibliotecas. O regamos el tejido cultural o tendremos ciudades secas.
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Tengo un recuerdo estupendo de las lecturas que disfruté cuando era pequeña; devoré los libros infantiles propios de la generación EGB. Fui de jovenzuela una voraz lectora de novelas y novelones. Luego vino la poesía. Siempre he encontrado libros a mi medida, propios del tiempo y del lugar en que me encontraba. Leí lo que quise y cuando quise. No me gusta que se obligue a los niños a leer pero recomiendo que en los cumples y las Navidades haya entre la orgía de juguetes algún libro. Siempre es posible encontrar un libro a la medida de un niño.Aquí os paso una selección de cinco libros infantiles sobre lengua y escritura que me han parecido interesantes.
Quiero empezar por los álbumes ilustrados porque esta semana en Sevilla se está celebrando la semana del álbum ilustrado y tenerlos por casa es gozoso para la vista y el tacto. Llegué a ellos a través de la autora e ilustradora sevillana Raquel Díaz Reguera, que tiene una bellísima colección de ellos, todos buen regalo para grandes y chicos (mirad aquí). Entre los que se dedican específicamente a lengua, os recomiendo La gran fábrica de las palabras (Agnès de Lestrade  y Valeria Docampo, en Tramuntana) cuyo contenido podéis ojear porque está narrado en este vídeo.

Los cuadernitos de escritura creativa de El Hematocrítico (son varios, mirad aquí) ayudan a poner a los niños ante el reto comunicativo de escribir con libertad. Y eso no lo suelen hacer los programas educativos escolares (por eso escribí este artículo de opinión hace tiempo). Creo que alguien que escribe y habla con habilidad de adaptación a los registros, capacidad de convicción y riqueza léxica va a tener algo más fácil ganarse la vida. Y eso se empieza a aprender de pequeño.
Para niños a los que le gusta escribir y dibujar sus propias historietas recomiendo este libro de la fantástica serie de Usborne. Además, es muy asequible de precio.
De Jerónimo Stilton (Geronimo Stilton en los títulos) y de su familia ratonil hay una colección extensísima de títulos; este tiene gracia porque explica muy bien el surgimiento de la imprenta y su historia interna, algo que de vez en cuando tenemos que explicar en clase al hablar de edición de textos. Lo cierto es que los libros de ciencia para niños exponen qué es un cohete o una polea pero no suelen recordar ese gran invento que fue la imprenta.
Y por último, una recomendación para los más chicos. Para aprender a leer hay miles de libros, pero la gracia de la colección de Bruño Las divertidas aventuras de las letras es que no se presenta como una cartilla ni un libro de texto. Las letras se muestran en historias rimadas, con sentido y detalles en que detenerse. Creo que por eso ha sido un exitazo editorial en los últimos años. Hay varios libros nacidos a partir del original (este, para mí el mejor). A partir de él, han creado un conjunto de material adicional también muy bueno, como el de la foto (escrito en mayúsculas, lo que facilita mucho las cosas).
Y para terminar, dejadme que haga algo tan pesado como aconsejar: consumid cultura, id a las librerías, asistid a las actividades de las bibliotecas. O regamos el tejido cultural o tendremos ciudades secas.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Instantáneas #38. Octubre 2018


Lo he dicho alguna vez y hace poco lo comentaba con una compañera: octubre, noviembre y marzo son los meses de gira para un filólogo. Por eso, estas instantáneas de este mes incluyen fotos de otros lugares y caras distintos a los habituales. Ha sido un mes de lo más entretenido, que empezó así:
-Volví un fin de semana a La Rioja. Participé en el congreso Trabalengua que reunió a traductores, periodistas, guionistas y otros profesionales que trabajan escribiendo. Me hizo mucha gracia que me invitaran a conferenciar en un sofá (¡el sofá del español!), en el que compartí charla con la periodista Mar Abad y con la filóloga Elena Hernández, responsable de la cuenta RAE informa.
-Escribí en Verne-El País sobre la palabra señoro y acerca de las evocaciones de los nombres. En El País Opinión me estrené en papel con esta tribuna sobre mi visión de cómo se enseña la asignatura de lengua en Educación Primaria. Me encantará que leáis estos textos.-
-Estuvo en Sevilla Paolo Pintacuda, profesor de la Universidad de Pavía, docente invitado de la asignatura La historia del español en sus textos que impartimos mi compañero el profesor José J. Rodríguez Toro y yo. Aquí estamos los tres comiendo y charlando sobre ediciones y editores.
-Y no puedo dejar de comentaros esta maravilla que es la base de datos de nombres caballerescos que ha creado el Grupo Clarisel de la Universidad de Zaragoza: DINAM: Diccionario de Nombres del Ciclo Amadisiano. Le he dedicado mis buenos ratos a bucear entre nombres de caballeros medievales que aparecían en esas novelas que volvieron loco al Quijote. Basta poner cualquier nombre para que las evocaciones y posibilidades genealógicas se disparaten. Mirad: Agriscayo es el nombre del caballero que participa en la batalla de Fenusa contra los paganos; es hijo del conde de Urlanda y hermano de Florindín. Frandalo el Fuerte es conde de Grigentor y almirante, vasallo de Esplandián; esposo de la reina de Traramata, es padre de Hernaes, tío de Belleriz, primo de Forón y cormano de Fraudalón. ¡Qué belleza de nombres extravagantes!
En esas genealogías, con una manta y una bebida caliente, naufragaron los viejos lectores que nos precedieron; a su manera nos fueron dejando un reguero de huellas filológicas que seguir recorriendo. 
Gracias por leerme cada viernes por aquí.

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Lo he dicho alguna vez y hace poco lo comentaba con una compañera: octubre, noviembre y marzo son los meses de gira para un filólogo. Por eso, estas instantáneas de este mes incluyen fotos de otros lugares y caras distintos a los habituales. Ha sido un mes de lo más entretenido, que empezó así:
-Volví un fin de semana a La Rioja. Participé en el congreso Trabalengua que reunió a traductores, periodistas, guionistas y otros profesionales que trabajan escribiendo. Me hizo mucha gracia que me invitaran a conferenciar en un sofá (¡el sofá del español!), en el que compartí charla con la periodista Mar Abad y con la filóloga Elena Hernández, responsable de la cuenta RAE informa.
-Escribí en Verne-El País sobre la palabra señoro y acerca de las evocaciones de los nombres. En El País Opinión me estrené en papel con esta tribuna sobre mi visión de cómo se enseña la asignatura de lengua en Educación Primaria. Me encantará que leáis estos textos.-
-Estuvo en Sevilla Paolo Pintacuda, profesor de la Universidad de Pavía, docente invitado de la asignatura La historia del español en sus textos que impartimos mi compañero el profesor José J. Rodríguez Toro y yo. Aquí estamos los tres comiendo y charlando sobre ediciones y editores.
-Y no puedo dejar de comentaros esta maravilla que es la base de datos de nombres caballerescos que ha creado el Grupo Clarisel de la Universidad de Zaragoza: DINAM: Diccionario de Nombres del Ciclo Amadisiano. Le he dedicado mis buenos ratos a bucear entre nombres de caballeros medievales que aparecían en esas novelas que volvieron loco al Quijote. Basta poner cualquier nombre para que las evocaciones y posibilidades genealógicas se disparaten. Mirad: Agriscayo es el nombre del caballero que participa en la batalla de Fenusa contra los paganos; es hijo del conde de Urlanda y hermano de Florindín. Frandalo el Fuerte es conde de Grigentor y almirante, vasallo de Esplandián; esposo de la reina de Traramata, es padre de Hernaes, tío de Belleriz, primo de Forón y cormano de Fraudalón. ¡Qué belleza de nombres extravagantes!
En esas genealogías, con una manta y una bebida caliente, naufragaron los viejos lectores que nos precedieron; a su manera nos fueron dejando un reguero de huellas filológicas que seguir recorriendo. 
Gracias por leerme cada viernes por aquí.

viernes, 26 de octubre de 2018

Que vivan las clases


Uno de los efectos curiosos de los cambios en los planes de estudio que atravesamos hace unos años (la famosa reforma de Bolonia) fue que nuestros horarios dejaron de ser regulares. De tener que impartir en licenciatura asignaturas anuales, con su horario fijo, pasamos a tener en los grados asignaturas cuatrimestrales, con un horario de septiembre a enero y otro de febrero a junio. En los másteres los horarios son aún más extraños porque la docencia está concentrada en dos meses.
Y por ese arte boloñés del birlibirloque, resulta que yo he empezado mis clases en estos días. Comienzo el año académico con dos cursos de máster: uno dedicado de manera monográfica a la edición de textos y otro dedicado al análisis de textos antiguos del español. Pasé las últimas semanas preparando y revisando materiales, pero siento que de nada sirven hasta que veo la cara de los alumnos: su nivel, sus objetivos de investigación, sus intereses. Es sorprendente, pero después de más de quince años dando clases, me sigo acelerando las vísperas del inicio de una asignatura y me sorprendo cotilleando en las fichas virtuales de mis alumnos para ver quiénes son y de dónde vienen mis próximos compañeros de camino.

Este blog se creó en 2009 para mis alumnos y ha sido desde entonces muchas cosas más que un blog de clase: se convirtió en una página divulgativa sobre la historia del español, fue después una agenda de actividades pasadas o futuras sobre lengua española y ahora lo concibo como una plataforma para difundir investigación y avisos de interés sobre la disciplina académica a la que me dedico. Pero no se me olvida que nació como blog para mis estudiantes. Y eso vuelve a ser ahora, cuando en estas líneas me dirijo a ellos para saludarlos y darles la bienvenida. Vuelvo a abrir la puerta de un aula que ocuparé durante más de una hora, las manos vuelven a mancharse de tiza, veo una mano levantada que pregunta algo. Ya empieza la fiesta. Que vivan las clases. Que viva la Universidad.

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Uno de los efectos curiosos de los cambios en los planes de estudio que atravesamos hace unos años (la famosa reforma de Bolonia) fue que nuestros horarios dejaron de ser regulares. De tener que impartir en licenciatura asignaturas anuales, con su horario fijo, pasamos a tener en los grados asignaturas cuatrimestrales, con un horario de septiembre a enero y otro de febrero a junio. En los másteres los horarios son aún más extraños porque la docencia está concentrada en dos meses.
Y por ese arte boloñés del birlibirloque, resulta que yo he empezado mis clases en estos días. Comienzo el año académico con dos cursos de máster: uno dedicado de manera monográfica a la edición de textos y otro dedicado al análisis de textos antiguos del español. Pasé las últimas semanas preparando y revisando materiales, pero siento que de nada sirven hasta que veo la cara de los alumnos: su nivel, sus objetivos de investigación, sus intereses. Es sorprendente, pero después de más de quince años dando clases, me sigo acelerando las vísperas del inicio de una asignatura y me sorprendo cotilleando en las fichas virtuales de mis alumnos para ver quiénes son y de dónde vienen mis próximos compañeros de camino.

Este blog se creó en 2009 para mis alumnos y ha sido desde entonces muchas cosas más que un blog de clase: se convirtió en una página divulgativa sobre la historia del español, fue después una agenda de actividades pasadas o futuras sobre lengua española y ahora lo concibo como una plataforma para difundir investigación y avisos de interés sobre la disciplina académica a la que me dedico. Pero no se me olvida que nació como blog para mis estudiantes. Y eso vuelve a ser ahora, cuando en estas líneas me dirijo a ellos para saludarlos y darles la bienvenida. Vuelvo a abrir la puerta de un aula que ocuparé durante más de una hora, las manos vuelven a mancharse de tiza, veo una mano levantada que pregunta algo. Ya empieza la fiesta. Que vivan las clases. Que viva la Universidad.

viernes, 12 de octubre de 2018

Congreso "Documentos y monumentos para la historia de la lengua"

La pareja de términos 'documentos' / 'monumentos' está asociada para mí a la etapa en que comencé a leer sobre Crítica Textual y Edición de Textos, cuando preparaba mi tesis. El libro La arqueología del saber de Foucault nos hacía pensar sobre cómo tradicionalmente hacemos monumentos a los documentos del pasado y, al hacerlo, los transformamos. Un documento es algo cerrado en sí mismo, pero al investigarlo lo tratamos de ubicar en su contexto extraviado y ese reconstruir lo que falta nos permite entenderlo y contribuye a que lo valoremos, a que lo hagamos monumento. Y toda reconstrucción de un texto empieza por su edición.
De edición de textos, de monumentos textuales y de historia de la lengua trata el congreso que organizamos en Sevilla del 11 al 13 de septiembre de 2019 (VI Congreso de la red internacional Charta). Convocamos a historiadores de la lengua y de la literatura que editan textos o que tienen cosas que decir y aportar sobre los textos editados o recopilados por otros. Nos interesan las perspectivas contrastivas con el español, los márgenes de los textos, la edición que contraría a los datos tenidos por aceptados y la que los confirma, la escritura poco hábil y la perita, la de obras canónicas de la literatura, la de mujeres; los textos que nos hablan del estándar y los textos que nos hablan de lo que no entra en el estándar. La idea es poner al texto en el centro y hablar en torno a ese centro de rentabilidad lingüística.
Organizo este congreso con el Dr. Jaime González Gómez y con la ayuda de mis compañeros de Historia15. Nos asiste un comité científico que refrendará los procesos de evaluación propios de una cita académica y nos acompaña un comité de honor que apadrina el encuentro.
Hemos habilitado también la posibilidad de asistir como oyente, pensando en quienes quieren venir sin participar como comunicante, sean estudiantes, doctores o profesores que no quieren ponerse en primera fila. Hay cena, paseo y cafés para seguir hablando de ciencia en los descansos. Documento, monumento y un memento (o recordatorio): ve reservando agenda, nos vemos en Sevilla el mes de septiembre próximo. 
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La pareja de términos 'documentos' / 'monumentos' está asociada para mí a la etapa en que comencé a leer sobre Crítica Textual y Edición de Textos, cuando preparaba mi tesis. El libro La arqueología del saber de Foucault nos hacía pensar sobre cómo tradicionalmente hacemos monumentos a los documentos del pasado y, al hacerlo, los transformamos. Un documento es algo cerrado en sí mismo, pero al investigarlo lo tratamos de ubicar en su contexto extraviado y ese reconstruir lo que falta nos permite entenderlo y contribuye a que lo valoremos, a que lo hagamos monumento. Y toda reconstrucción de un texto empieza por su edición.
De edición de textos, de monumentos textuales y de historia de la lengua trata el congreso que organizamos en Sevilla del 11 al 13 de septiembre de 2019 (VI Congreso de la red internacional Charta). Convocamos a historiadores de la lengua y de la literatura que editan textos o que tienen cosas que decir y aportar sobre los textos editados o recopilados por otros. Nos interesan las perspectivas contrastivas con el español, los márgenes de los textos, la edición que contraría a los datos tenidos por aceptados y la que los confirma, la escritura poco hábil y la perita, la de obras canónicas de la literatura, la de mujeres; los textos que nos hablan del estándar y los textos que nos hablan de lo que no entra en el estándar. La idea es poner al texto en el centro y hablar en torno a ese centro de rentabilidad lingüística.
Organizo este congreso con el Dr. Jaime González Gómez y con la ayuda de mis compañeros de Historia15. Nos asiste un comité científico que refrendará los procesos de evaluación propios de una cita académica y nos acompaña un comité de honor que apadrina el encuentro.
Hemos habilitado también la posibilidad de asistir como oyente, pensando en quienes quieren venir sin participar como comunicante, sean estudiantes, doctores o profesores que no quieren ponerse en primera fila. Hay cena, paseo y cafés para seguir hablando de ciencia en los descansos. Documento, monumento y un memento (o recordatorio): ve reservando agenda, nos vemos en Sevilla el mes de septiembre próximo. 

domingo, 30 de septiembre de 2018

Instantáneas #37. Septiembre 2018


Septiembre ha sido un mes intenso. Resumo en fotos algunas cosas de estos últimos días
1. Sigo en El País, un curso más. Salieron en Verne dos artículos míos de divulgación lingüística: uno sobre los ex y su reflejo en la lengua, otro sobre eso que llamamos muletillas y que en lingüística se llaman marcadores discursivos. Me gustará mucho que entréis en los enlaces y los leáis.
2. En cuanto a viajes de trabajo, este mes tocó Salamanca, de lo que hablé ya en una entrada anterior del blog, con ocasión de la celebración del Congreso de la Semyr. Aprovecho ahora para difundir el enlace a la web del Semyr en la que podéis descargar buena parte de su fondo de publicaciones. Es verdad que son libros para tenerlos en papel, porque creo que pocos libros hay tan gustosos como los editados por la Semyr, con sus sobrecubiertas y sus páginas de papel grueso, pero para el investigador que busca en ocasiones un acceso digital rápido a un libro o artículo es una ventaja bucear por ese repositorio digital.
3. Y lanzamos el anuncio de un congreso que organizamos el equipo de Historia15 el próximo septiembre en Sevilla. Esta es la web, que os enseño como quien asoma la patita por debajo de la puerta. Más adelante os contaré todos los datos en una entrada. No estará de más que para entonces tengáis ya la fecha reservada en vuestra agenda; septiembre es un mes ideal para venir a Sevilla.
Tiene su gracia que una entrada sobre septiembre acabe hablando del septiembre próximo, porque septiembre es un mes muy recursivo, tiene sus repeticiones, sus constancias. La Segunda Guerra Mundial (1939 a 1945) empezó y acabó un septiembre y hace poco supe que se habla de septiembre eterno o septiembre sin fin para las discusiones inacabables en la red. Pero yo creo que siempre estamos a tiempo de pasar de las guerras y de empezar una hoja en blanco. A ver qué escribimos en octubre. Buena suerte y mucha salud a mis lectores.
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Septiembre ha sido un mes intenso. Resumo en fotos algunas cosas de estos últimos días
1. Sigo en El País, un curso más. Salieron en Verne dos artículos míos de divulgación lingüística: uno sobre los ex y su reflejo en la lengua, otro sobre eso que llamamos muletillas y que en lingüística se llaman marcadores discursivos. Me gustará mucho que entréis en los enlaces y los leáis.
2. En cuanto a viajes de trabajo, este mes tocó Salamanca, de lo que hablé ya en una entrada anterior del blog, con ocasión de la celebración del Congreso de la Semyr. Aprovecho ahora para difundir el enlace a la web del Semyr en la que podéis descargar buena parte de su fondo de publicaciones. Es verdad que son libros para tenerlos en papel, porque creo que pocos libros hay tan gustosos como los editados por la Semyr, con sus sobrecubiertas y sus páginas de papel grueso, pero para el investigador que busca en ocasiones un acceso digital rápido a un libro o artículo es una ventaja bucear por ese repositorio digital.
3. Y lanzamos el anuncio de un congreso que organizamos el equipo de Historia15 el próximo septiembre en Sevilla. Esta es la web, que os enseño como quien asoma la patita por debajo de la puerta. Más adelante os contaré todos los datos en una entrada. No estará de más que para entonces tengáis ya la fecha reservada en vuestra agenda; septiembre es un mes ideal para venir a Sevilla.
Tiene su gracia que una entrada sobre septiembre acabe hablando del septiembre próximo, porque septiembre es un mes muy recursivo, tiene sus repeticiones, sus constancias. La Segunda Guerra Mundial (1939 a 1945) empezó y acabó un septiembre y hace poco supe que se habla de septiembre eterno o septiembre sin fin para las discusiones inacabables en la red. Pero yo creo que siempre estamos a tiempo de pasar de las guerras y de empezar una hoja en blanco. A ver qué escribimos en octubre. Buena suerte y mucha salud a mis lectores.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Curso de L2: recapitulando

Foto de la inauguración
Hace unos meses informé por este mismo canal de que este año celebrábamos de nuevo en septiembre en Sevilla y en colaboración con el Instituto Cervantes la edición decimoctava del Curso de Formación para Profesores de Español como L2, una actividad de 100 horas que se divide en tres semanas de formación específica en clase y un periodo de prácticas en centros docentes o a través de una unidad didáctica. Abrió el curso el día 3 Pepe Gómez Asencio (entrevistado por Ana Sánchez Ameneiro en Diario de Sevilla con ocasión de su paso por Sevilla) y terminó el pasado martes. A falta de ver cómo se desarrollan las prácticas, me queda una positiva impresión de la tarea de dirigirlo.
L2 significa segunda lengua; otros prefieren hablar de ELE (español como lengua extranjera). Ambos términos son englobadores, ya que a veces se aprende español como ¡L3! y otras tampoco cabe hablar de ELE porque el estudiante puede que haya aprendido el español en casa pero en un contexto foráneo. El caso es que, sea como sea, saber una lengua no equivale a saber enseñarla. Para eso hay que aprender a ser profesor de español extranjera, tarea profesional con notable demanda laboral dentro y fuera de Europa y que han ejercido muchos de nuestros escritores, lingüistas y gramáticos más célebres.
Christoph Ehlers, Eva Bravo y yo.
18 años trabajando juntos en esto
Nuestro curso ofrece una primera semana de formación básica en metodología de aprendizaje de lenguas, técnicas grupales y trayectoria profesional para el enseñante de idiomas; una segunda semana en que explicamos con detalle cómo enseñar gramática, léxico, fonética y cómo dar clases a alumnado específico como el inmigrante o el que busca terminología concreta porque quiere aprender español de los negocios, y una tercera semana sobre montaje y planificación de unidades didácticas.
Me alegro de que 67 alumnos, divididos en dos grupos y venidos de dentro y de fuera de la Universidad de Sevilla, hayan elegido formarse con nosotros. De alguna forma, una siente que es crear riqueza atraer a estudiantes de otras universidades, nacionales y extranjeras, que eligen Andalucía para formarse y salir con un título debajo del brazo y con la satisfacción de haber aprendido.
El año que viene, en septiembre, repetimos... ¿Te lo piensas y nos vemos por aquí?

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Foto de la inauguración
Hace unos meses informé por este mismo canal de que este año celebrábamos de nuevo en septiembre en Sevilla y en colaboración con el Instituto Cervantes la edición decimoctava del Curso de Formación para Profesores de Español como L2, una actividad de 100 horas que se divide en tres semanas de formación específica en clase y un periodo de prácticas en centros docentes o a través de una unidad didáctica. Abrió el curso el día 3 Pepe Gómez Asencio (entrevistado por Ana Sánchez Ameneiro en Diario de Sevilla con ocasión de su paso por Sevilla) y terminó el pasado martes. A falta de ver cómo se desarrollan las prácticas, me queda una positiva impresión de la tarea de dirigirlo.
L2 significa segunda lengua; otros prefieren hablar de ELE (español como lengua extranjera). Ambos términos son englobadores, ya que a veces se aprende español como ¡L3! y otras tampoco cabe hablar de ELE porque el estudiante puede que haya aprendido el español en casa pero en un contexto foráneo. El caso es que, sea como sea, saber una lengua no equivale a saber enseñarla. Para eso hay que aprender a ser profesor de español extranjera, tarea profesional con notable demanda laboral dentro y fuera de Europa y que han ejercido muchos de nuestros escritores, lingüistas y gramáticos más célebres.
Christoph Ehlers, Eva Bravo y yo.
18 años trabajando juntos en esto
Nuestro curso ofrece una primera semana de formación básica en metodología de aprendizaje de lenguas, técnicas grupales y trayectoria profesional para el enseñante de idiomas; una segunda semana en que explicamos con detalle cómo enseñar gramática, léxico, fonética y cómo dar clases a alumnado específico como el inmigrante o el que busca terminología concreta porque quiere aprender español de los negocios, y una tercera semana sobre montaje y planificación de unidades didácticas.
Me alegro de que 67 alumnos, divididos en dos grupos y venidos de dentro y de fuera de la Universidad de Sevilla, hayan elegido formarse con nosotros. De alguna forma, una siente que es crear riqueza atraer a estudiantes de otras universidades, nacionales y extranjeras, que eligen Andalucía para formarse y salir con un título debajo del brazo y con la satisfacción de haber aprendido.
El año que viene, en septiembre, repetimos... ¿Te lo piensas y nos vemos por aquí?

viernes, 14 de septiembre de 2018

Generosa Salamanca


Hay ciudades que he visitado más por trabajo que en mi tiempo libre y de las que tengo muchos recuerdos filológicos. De todas las ciudades españolas, y después, obviamente, de Sevilla, para mí Salamanca es mi lugar filológico. Y lo es por razones exclusivamente personales. Cuando el ingreso como profesor titular se hacía por una acreditación a partir de tres exámenes orales en la ciudad de España donde por sorteo tocase cada año, yo me presenté a las oposiciones a titular en la ciudad de Salamanca. Eso fue de febrero a mayo de 2007 y cada viaje desde Sevilla hacia arriba por la Vía de la Plata implicaba que había pasado el examen anterior. Ahora recuerdo con más ternura que inquietud el miedo antes de cada prueba, cuando esperaba a que me llamaran para actuar en esa aula del Palacio Anaya que está de fondo en la foto.  Volver a Salamanca tiene para mí desde entonces ese recuerdo asociado a la oposición en que me hice funcionaria.
El caso es que septiempre ha comenzado de manera muy salmantina para mí, porque un grupo de ocho miembros de nuestro proyecto de investigación, Historia15, hemos participado en el interesantísimo  Congreso de la Sociedad Española de Estudios Medievales y Renacentistas (Semyr). En concreto, hemos asistido los doctorandos Inés Navarro di Meo y Ana Romera Manzanares y los doctores Blanca Garrido Martín, Jaime González Gómez, Marta López Izquierdo, Álvaro Octavio de Toledo, Consuelo Villacorta, así como esta que escribe.
Bajo el panel de título “La escritura elaborada en español de la Baja Edad Media al Renacimiento” nos hemos ocupado de variantes textuales que se ponen al servicio de la investigación lingüística. Hemos estado por Salamanca, hemos disfrutado del congreso, hemos oído un recital del Poema de Fernán González hecho por Antonio Rossell y hemos contactado con medievalistas de literatura. Aproveché para fotografiar paisaje lingüístico tan curioso como este:
Niños expósitos.
Calle Tentenecio. Pienso mandar a esa calle a mucha gente

Cuando veo que nuestros estudiantes de grado se hacen los viajes de fin de carrera a alguna playa perdida pienso que un gran viaje filológico sería ir de Sevilla a Salamanca, y de Salamanca a Italia, como fue Nebrija, y de allí a cualquier lugar donde se celebre la filología con generosidad.
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Hay ciudades que he visitado más por trabajo que en mi tiempo libre y de las que tengo muchos recuerdos filológicos. De todas las ciudades españolas, y después, obviamente, de Sevilla, para mí Salamanca es mi lugar filológico. Y lo es por razones exclusivamente personales. Cuando el ingreso como profesor titular se hacía por una acreditación a partir de tres exámenes orales en la ciudad de España donde por sorteo tocase cada año, yo me presenté a las oposiciones a titular en la ciudad de Salamanca. Eso fue de febrero a mayo de 2007 y cada viaje desde Sevilla hacia arriba por la Vía de la Plata implicaba que había pasado el examen anterior. Ahora recuerdo con más ternura que inquietud el miedo antes de cada prueba, cuando esperaba a que me llamaran para actuar en esa aula del Palacio Anaya que está de fondo en la foto.  Volver a Salamanca tiene para mí desde entonces ese recuerdo asociado a la oposición en que me hice funcionaria.
El caso es que septiempre ha comenzado de manera muy salmantina para mí, porque un grupo de ocho miembros de nuestro proyecto de investigación, Historia15, hemos participado en el interesantísimo  Congreso de la Sociedad Española de Estudios Medievales y Renacentistas (Semyr). En concreto, hemos asistido los doctorandos Inés Navarro di Meo y Ana Romera Manzanares y los doctores Blanca Garrido Martín, Jaime González Gómez, Marta López Izquierdo, Álvaro Octavio de Toledo, Consuelo Villacorta, así como esta que escribe.
Bajo el panel de título “La escritura elaborada en español de la Baja Edad Media al Renacimiento” nos hemos ocupado de variantes textuales que se ponen al servicio de la investigación lingüística. Hemos estado por Salamanca, hemos disfrutado del congreso, hemos oído un recital del Poema de Fernán González hecho por Antonio Rossell y hemos contactado con medievalistas de literatura. Aproveché para fotografiar paisaje lingüístico tan curioso como este:
Niños expósitos.
Calle Tentenecio. Pienso mandar a esa calle a mucha gente

Cuando veo que nuestros estudiantes de grado se hacen los viajes de fin de carrera a alguna playa perdida pienso que un gran viaje filológico sería ir de Sevilla a Salamanca, y de Salamanca a Italia, como fue Nebrija, y de allí a cualquier lugar donde se celebre la filología con generosidad.

viernes, 7 de septiembre de 2018

¡HOLA!

¡HOLA! No sé si resulta viejuno recordar cosas del año 1992, pero cuando veo un hola escrito en mayúsculas me viene a la cabeza la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, cuando todo el público al unísono saludaba con un Hola al mundo: 
https://www.youtube.com/watch?v=xF5mpfQdiBs

En esta entrada digo hola a lo que viene y adiós a a un verano que para mí ha sido algo distinto a otros, concentrada en una investigación que me tiene atrapada y enamorada. Pero eso os lo contaré más adelante, en algún viernes próximo, con tiempo y con fotos.
Este año vuelvo a la rutina con que empecé: entrada todos los viernes, blog en el dominio nosolodeyod.blogspot.com y actualizaciones en las redes sociales asociadas (Twitter, Facebook e Instagram... si me seguís en una veis lo que cuelgo en cualquiera de ellas, porque las tengo sincronizadas). Os invito a suscribiros al blog (aquí, con Feedburner, tenéis que meter vuestra dirección y luego pinchar a un vínculo que os llegará al correo) o a pasaros por aquí cada viernes para leer las entradas que iré publicando, relacionadas con mi actividad profesional como profesora e investigadora en historia de la lengua.
¿Estáis ahí? ¿Al otro lado? Si es así: ¡HOLA!

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¡HOLA! No sé si resulta viejuno recordar cosas del año 1992, pero cuando veo un hola escrito en mayúsculas me viene a la cabeza la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, cuando todo el público al unísono saludaba con un Hola al mundo: 
https://www.youtube.com/watch?v=xF5mpfQdiBs

En esta entrada digo hola a lo que viene y adiós a a un verano que para mí ha sido algo distinto a otros, concentrada en una investigación que me tiene atrapada y enamorada. Pero eso os lo contaré más adelante, en algún viernes próximo, con tiempo y con fotos.
Este año vuelvo a la rutina con que empecé: entrada todos los viernes, blog en el dominio nosolodeyod.blogspot.com y actualizaciones en las redes sociales asociadas (Twitter, Facebook e Instagram... si me seguís en una veis lo que cuelgo en cualquiera de ellas, porque las tengo sincronizadas). Os invito a suscribiros al blog (aquí, con Feedburner, tenéis que meter vuestra dirección y luego pinchar a un vínculo que os llegará al correo) o a pasaros por aquí cada viernes para leer las entradas que iré publicando, relacionadas con mi actividad profesional como profesora e investigadora en historia de la lengua.
¿Estáis ahí? ¿Al otro lado? Si es así: ¡HOLA!

jueves, 12 de julio de 2018

Instantáneas #36. Junio y julio 2018

Julio es, al menos para mí, un momento estupendo para investigar. Disponer de mucho tiempo seguido, con menos correos que contestar y menos citas que atender, permite concentrarse mejor en el estudio. Por eso he escrito menos últimamente en el blog y esa es la razón por la que aprovecho esta entrada para despedirme hasta septiembre. 
Os cuento algunas cosas que me han pasado últimamente:
1. Junio fue mes muy viajero, y en cambio julio no lo está siendo nada. Entre los viajes de junio subrayo el que hice para dar seminarios y conferencias a la Freie Universität de Berlín. Ha sido la oportunidad de conocer más a fondo una ciudad provocadora con la que me he llevado la mar de bien. En la foto acompaño a los compañeros del seminario de Romanística en una cena con que cerramos mi estancia allí. 
2. Salió, después de estar unos años en prensa, un trabajo mío de investigación que supuso mi primera incursión en las cartas de filólogos de la Edad de Plata. Recoge las cartas que se cruzaron Luis Rosales y Dámaso Alonso y se puede leer en la revista científica Bulletin Hispanique (2018).
3. Escribí una tribuna de opinión en El País titulada "Lo que nadie quiere" sobre por qué creo que hay que elegir por vocación y no por "empleabilidad" la carrera universitaria. La podéis leer aquí. Fue muy emocionante recibir mensajes de alumnos de Bachillerato que estaban pensándose qué carrera estudiar y que leyeron mi texto.
3. En Verne- El País han seguido saliendo textos divulgativos míos sobre cuestiones de lengua. Los últimos han tratado de asuntos como: 
-las palabras con las que históricamente nos hemos referido a las lesbianas en español (lo podéis leer aquí
-y el signo de la manecilla, que tiene su gracia y su largo trasfondo histórico (se puede consultar aquí). 
Este verano continúa mi colaboración así que, como hasta ahora, en este enlace podéis leer lo que vaya apareciendo.
5. Me hizo mucha ilusión ver que un texto mío de opinión (esta tribuna sobre el acoso escolar) saliese como texto de Selectividad en el examen que hicieron los alumnos de Murcia. Ojalá hayan aprobado muchos alumnos con mi texto.
6. Y termino con una enojosa cuestión técnica. Espero que a quienes estáis suscritos al blog os haya llegado bien esta entrada a vuestro correo. Estoy teniendo problemas con el servidor y he vuelto a migrar el blog a su web originaria en Blogspot (suena muy Paquita Salas, pero he vuelto a blogspot, sí). Así que esta es a partir ahora la dirección del blog:
http://nosolodeyod.blogspot.com

Buen verano, mucha serenidad y mucha Filología.
Hasta septiembre.
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Julio es, al menos para mí, un momento estupendo para investigar. Disponer de mucho tiempo seguido, con menos correos que contestar y menos citas que atender, permite concentrarse mejor en el estudio. Por eso he escrito menos últimamente en el blog y esa es la razón por la que aprovecho esta entrada para despedirme hasta septiembre. 
Os cuento algunas cosas que me han pasado últimamente:
1. Junio fue mes muy viajero, y en cambio julio no lo está siendo nada. Entre los viajes de junio subrayo el que hice para dar seminarios y conferencias a la Freie Universität de Berlín. Ha sido la oportunidad de conocer más a fondo una ciudad provocadora con la que me he llevado la mar de bien. En la foto acompaño a los compañeros del seminario de Romanística en una cena con que cerramos mi estancia allí. 
2. Salió, después de estar unos años en prensa, un trabajo mío de investigación que supuso mi primera incursión en las cartas de filólogos de la Edad de Plata. Recoge las cartas que se cruzaron Luis Rosales y Dámaso Alonso y se puede leer en la revista científica Bulletin Hispanique (2018).
3. Escribí una tribuna de opinión en El País titulada "Lo que nadie quiere" sobre por qué creo que hay que elegir por vocación y no por "empleabilidad" la carrera universitaria. La podéis leer aquí. Fue muy emocionante recibir mensajes de alumnos de Bachillerato que estaban pensándose qué carrera estudiar y que leyeron mi texto.
3. En Verne- El País han seguido saliendo textos divulgativos míos sobre cuestiones de lengua. Los últimos han tratado de asuntos como: 
-las palabras con las que históricamente nos hemos referido a las lesbianas en español (lo podéis leer aquí
-y el signo de la manecilla, que tiene su gracia y su largo trasfondo histórico (se puede consultar aquí). 
Este verano continúa mi colaboración así que, como hasta ahora, en este enlace podéis leer lo que vaya apareciendo.
5. Me hizo mucha ilusión ver que un texto mío de opinión (esta tribuna sobre el acoso escolar) saliese como texto de Selectividad en el examen que hicieron los alumnos de Murcia. Ojalá hayan aprobado muchos alumnos con mi texto.
6. Y termino con una enojosa cuestión técnica. Espero que a quienes estáis suscritos al blog os haya llegado bien esta entrada a vuestro correo. Estoy teniendo problemas con el servidor y he vuelto a migrar el blog a su web originaria en Blogspot (suena muy Paquita Salas, pero he vuelto a blogspot, sí). Así que esta es a partir ahora la dirección del blog:
http://nosolodeyod.blogspot.com

Buen verano, mucha serenidad y mucha Filología.
Hasta septiembre.

jueves, 31 de mayo de 2018

Instantáneas #35. Mayo 2018

Innsbruck (Austria)
Este mes de mayo ha tenido cinco semanas, cada una con sus citas filológicas. 
1. El mes empezó con una tribuna de opinión en El País, en la que hablé sobre la peligrosa posición de los anglicismos bullying y mobbing frente a la palabra acoso. La podéis leer aquí
2. Me entrevistó Gonzalo Gragera en la revista literaria Zenda (enlace aquí)
3. Viajé a Austria, a una preciosa ciudad incrustada en el valle de los Alpes, Innsbruck. Allí dicté la conferencia plenaria del congreso "Investigando las hablas andaluzas" organizado por Lorenzo García-Amaya, Jannis Harjus, Hanna Ruch y Nicholas Henriksen. Preparar esa conferencia me ha hecho estar varios meses dedicada a cuestiones de dialectología y gramática del español, y me ha gustado tanto que ya sé que voy a retomar esos temas en próximos congresos. 
4. Este mes he tenido varias colaboraciones con Verne-El País. Escribí el 1 de mayo sobre la palabra trabajo (este es el artículo) y también sobre qué es hablar pedante (aquí); luego, la actualidad me llevó a comentar las cuitas del pianista James Rhodes para aprender español (con este texto sobre los acentos en nuestro idioma) y el asunto inmobiliario de Pablo Iglesias e Irene Montero me hizo discurrir sobre la palabra chalé como forma de que se hagan amigos de nuevo Kichi e Iglesias (lo cuento en este artículo).
5. Firmé de nuevo en la Feria del Libro de Sevilla. Y (para mi sorpresa) hubo hasta cola (una cola muy muy larga, permitidme la broma). En la foto estoy con un estudiante canadiense que usa mi manual La lengua de ayer. 
Acabo. Empieza junio, ya sí el calor sobre Sevilla, ya la galvana tras el almuerzo y el penoso mediodía volviendo a casa. También la noche fresca, las piscinas, la agenda que empieza a despejarse, el final de curso para frotarse las manos pensando en un verano donde el tiempo seguido me permita terminar los textos inacabados. Y
 en la cabeza, el gran Jaime Gil de Biedma diciendo:
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.
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Innsbruck (Austria)
Este mes de mayo ha tenido cinco semanas, cada una con sus citas filológicas. 
1. El mes empezó con una tribuna de opinión en El País, en la que hablé sobre la peligrosa posición de los anglicismos bullying y mobbing frente a la palabra acoso. La podéis leer aquí
2. Me entrevistó Gonzalo Gragera en la revista literaria Zenda (enlace aquí)
3. Viajé a Austria, a una preciosa ciudad incrustada en el valle de los Alpes, Innsbruck. Allí dicté la conferencia plenaria del congreso "Investigando las hablas andaluzas" organizado por Lorenzo García-Amaya, Jannis Harjus, Hanna Ruch y Nicholas Henriksen. Preparar esa conferencia me ha hecho estar varios meses dedicada a cuestiones de dialectología y gramática del español, y me ha gustado tanto que ya sé que voy a retomar esos temas en próximos congresos. 
4. Este mes he tenido varias colaboraciones con Verne-El País. Escribí el 1 de mayo sobre la palabra trabajo (este es el artículo) y también sobre qué es hablar pedante (aquí); luego, la actualidad me llevó a comentar las cuitas del pianista James Rhodes para aprender español (con este texto sobre los acentos en nuestro idioma) y el asunto inmobiliario de Pablo Iglesias e Irene Montero me hizo discurrir sobre la palabra chalé como forma de que se hagan amigos de nuevo Kichi e Iglesias (lo cuento en este artículo).
5. Firmé de nuevo en la Feria del Libro de Sevilla. Y (para mi sorpresa) hubo hasta cola (una cola muy muy larga, permitidme la broma). En la foto estoy con un estudiante canadiense que usa mi manual La lengua de ayer. 
Acabo. Empieza junio, ya sí el calor sobre Sevilla, ya la galvana tras el almuerzo y el penoso mediodía volviendo a casa. También la noche fresca, las piscinas, la agenda que empieza a despejarse, el final de curso para frotarse las manos pensando en un verano donde el tiempo seguido me permita terminar los textos inacabados. Y
 en la cabeza, el gran Jaime Gil de Biedma diciendo:
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.

jueves, 17 de mayo de 2018

Por la yod al arte (VIII): los libros como abrigo

Varias veces en este blog he hablado de arte conceptual y, en concreto, de fotografía conceptual. De hecho, de esa disciplina se llenó el blog durante el tiempo que estuve trabajando con una serie temática que abandoné y que hoy recupero: por la yod al arte. Y vuelvo a ella porque estas fotografías del islandés Sigurdur Gudmundsson tienen los ingredientes que me gustan en esta clase de fotos. Me gustan porque la escenografía y las poses, en su escenario antiguo y en su calidad de fotos de los años setenta sin retoque digital, pierden pretenciosidad al verlas ahora, en 2018. Y me gustan porque son fotos que se pueden interpretar como el diálogo entre un hombre y una realidad. Reales sí, son los objetos y paisajes que nos rodean, y real es, al menos para mí, algo tan social como la lengua. Podéis ver más aquí.



El componente en común de todas las fotos de Gudmunsson es que la imagen está muy vacía; la representación es muy simple, pero siempre hay un diálogo con algo; ese diálogo se hace muy a menudo con libros o con palabras que no se ven pero se evocan como en esta foto de una pareja en la playa. Y me parece una metáfora bonita para pensar en estas semanas en que venimos de grandes fiestas librescas (el día del libro, la Feria del Libro) y vamos hacia otra etapa muy letrada como el mes de junio, con la entrega de trabajos de fin de máster, escritura de exámenes, cierre de capítulos que hay que entregar... El más solitario de los lectores de este blog, sea quien sea, está acompañado siempre de sus palabras y, ahora que me está leyendo, está también acompañado de las mías. Yo creo en el abrigo del lenguaje y en la compañía de los libros; me sereno más en la palabra escrita que en la hablada. Por eso mi foto favorita de Gudmunsson podría ser esta: leña para calentar los pies, panes para alimentar el estómago y, de pecho a cabeza, libros, libros y libros. La foto se llama 'Montaña' pero yo la llamo 'Abrigo':



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Varias veces en este blog he hablado de arte conceptual y, en concreto, de fotografía conceptual. De hecho, de esa disciplina se llenó el blog durante el tiempo que estuve trabajando con una serie temática que abandoné y que hoy recupero: por la yod al arte. Y vuelvo a ella porque estas fotografías del islandés Sigurdur Gudmundsson tienen los ingredientes que me gustan en esta clase de fotos. Me gustan porque la escenografía y las poses, en su escenario antiguo y en su calidad de fotos de los años setenta sin retoque digital, pierden pretenciosidad al verlas ahora, en 2018. Y me gustan porque son fotos que se pueden interpretar como el diálogo entre un hombre y una realidad. Reales sí, son los objetos y paisajes que nos rodean, y real es, al menos para mí, algo tan social como la lengua. Podéis ver más aquí.



El componente en común de todas las fotos de Gudmunsson es que la imagen está muy vacía; la representación es muy simple, pero siempre hay un diálogo con algo; ese diálogo se hace muy a menudo con libros o con palabras que no se ven pero se evocan como en esta foto de una pareja en la playa. Y me parece una metáfora bonita para pensar en estas semanas en que venimos de grandes fiestas librescas (el día del libro, la Feria del Libro) y vamos hacia otra etapa muy letrada como el mes de junio, con la entrega de trabajos de fin de máster, escritura de exámenes, cierre de capítulos que hay que entregar... El más solitario de los lectores de este blog, sea quien sea, está acompañado siempre de sus palabras y, ahora que me está leyendo, está también acompañado de las mías. Yo creo en el abrigo del lenguaje y en la compañía de los libros; me sereno más en la palabra escrita que en la hablada. Por eso mi foto favorita de Gudmunsson podría ser esta: leña para calentar los pies, panes para alimentar el estómago y, de pecho a cabeza, libros, libros y libros. La foto se llama 'Montaña' pero yo la llamo 'Abrigo':



miércoles, 25 de abril de 2018

Instantáneas #34. Abril 2018

Volvía hoy a casa pensando en que, mes tras mes, estas instantáneas que van apareciendo en el blog reflejan, como en un diario nada íntimo, las filologadas más relevantes que hago. En este mes de abril, como en otros, puedo contar que escribí en El País hablando de la expresión en plan y su uso en el lenguaje juvenil, así como de la vieja elle que una parte no yeísta de los hispanohablantes aún conserva. Podría explicar, y lo contaría con sincera alegría, que también colaboré con una sección del periódico que me encanta (De mamas & de papas) hablando de la adquisición del lenguaje. Podría hablar de entrevistas o de conferencias que fui a dar a algún sitio. Podría... Pero esta filología pública no reflejaría mi día a día ni mi filología privada, de casa. No permiten ninguna foto particularmente interesante para los lectores de este blog los actos que  llenan mi rutina y que son, en cambio, las cosas filológicas que más me gusta hacer. Ando investigando sobre gramática andaluza para una conferencia que doy próximamente en Austria, y esa investigación implica horas de lectura y anotación, por una parte, y horas de recolección de ejemplos, por otra. También estoy escribiendo un libro que espero terminar a final de este año 2018; me encanta el tema y el texto que estoy editando, pero voy lenta, y siento que estoy cosiendo un manto de kilómetros del que apenas llevo un centímetro bordado. No me desespero nada, porque ya sé, lo aprendí en mi tesis, que tras echar horas a un proyecto hay un día insospechado en que este es fruta madura, y cae hecho. Y junto con esos dos asuntos de investigación que me ocupan, estoy dirigiendo trabajos de fin de máster, atendiendo lo mejor que puedo a mis doctorandos, empezando a organizar un congreso y escribiendo para este blog.
De todo eso no hay foto, o quizá haya una dentro de meses o semanas, cuando (ojalá) los TFM y tesis se defiendan, los libros se terminen y las conferencias se pronuncien. Esas fotos y esos textos reflejarán entonces el logro pero no el trayecto, y es que a mí a estas alturas lo que me gusta más es el camino, la ruta y no tanto el colofón.  Por eso, cuando volvía hoy a casa, decidí que, al menos para este mes, esta entrada de instantáneas no enseñaría imágenes de final de meta. En esta entrada, la foto es el propio texto que escribo en el blog, un reflejo en chiquitito de todos los textos que he tecleado este mes y que siguen inacabados, estoy sosegadamente elaborando las próximas fotografías.

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Volvía hoy a casa pensando en que, mes tras mes, estas instantáneas que van apareciendo en el blog reflejan, como en un diario nada íntimo, las filologadas más relevantes que hago. En este mes de abril, como en otros, puedo contar que escribí en El País hablando de la expresión en plan y su uso en el lenguaje juvenil, así como de la vieja elle que una parte no yeísta de los hispanohablantes aún conserva. Podría explicar, y lo contaría con sincera alegría, que también colaboré con una sección del periódico que me encanta (De mamas & de papas) hablando de la adquisición del lenguaje. Podría hablar de entrevistas o de conferencias que fui a dar a algún sitio. Podría... Pero esta filología pública no reflejaría mi día a día ni mi filología privada, de casa. No permiten ninguna foto particularmente interesante para los lectores de este blog los actos que  llenan mi rutina y que son, en cambio, las cosas filológicas que más me gusta hacer. Ando investigando sobre gramática andaluza para una conferencia que doy próximamente en Austria, y esa investigación implica horas de lectura y anotación, por una parte, y horas de recolección de ejemplos, por otra. También estoy escribiendo un libro que espero terminar a final de este año 2018; me encanta el tema y el texto que estoy editando, pero voy lenta, y siento que estoy cosiendo un manto de kilómetros del que apenas llevo un centímetro bordado. No me desespero nada, porque ya sé, lo aprendí en mi tesis, que tras echar horas a un proyecto hay un día insospechado en que este es fruta madura, y cae hecho. Y junto con esos dos asuntos de investigación que me ocupan, estoy dirigiendo trabajos de fin de máster, atendiendo lo mejor que puedo a mis doctorandos, empezando a organizar un congreso y escribiendo para este blog.
De todo eso no hay foto, o quizá haya una dentro de meses o semanas, cuando (ojalá) los TFM y tesis se defiendan, los libros se terminen y las conferencias se pronuncien. Esas fotos y esos textos reflejarán entonces el logro pero no el trayecto, y es que a mí a estas alturas lo que me gusta más es el camino, la ruta y no tanto el colofón.  Por eso, cuando volvía hoy a casa, decidí que, al menos para este mes, esta entrada de instantáneas no enseñaría imágenes de final de meta. En esta entrada, la foto es el propio texto que escribo en el blog, un reflejo en chiquitito de todos los textos que he tecleado este mes y que siguen inacabados, estoy sosegadamente elaborando las próximas fotografías.

martes, 10 de abril de 2018

Aprender a enseñar


El final del curso se empieza a vislumbrar. Para unos será un curso más que se acaba y para otros será el fin del grado, el fin del máster, el fin de la preparación de unas oposiciones. Hoy os recomiendo en el blog un curso que puede serviros para abrir nuevos horizontes, para preparar en el currículum una estancia fuera de España como profesor, para probar si os gusta o no la experiencia de dar clases de español como lengua extranjera y decidir a partir de ahí la posible realización de un máster... Es un curso de referencia dentro de su ámbito, avalado por años de continuidad y un éxito constante de matrículas.
En septiembre y durante tres semanas se organiza en la Universidad de Sevilla, y con la homologación de una institución estatal como el Instituto Cervantes, el Curso de Formación para Profesores de Español como L2. Son ya dieciocho años los que llevamos organizando este curso, aunque este año yo me estreno como directora tras una larga etapa en que ha ejercido como tal mi compañera Eva Bravo. 
Déjame que te cuente cómo se organiza el curso: son tres semanas de clase (eliges el turno: o mañana o tarde) y luego una fase de prácticas (eliges hacer un trabajo en forma de unidad didáctica o ejercer haciendo prácticas en alguna academia o centro de enseñanza); el profesorado pertenece a diversas universidades y centros de enseñanza españoles. Puedes preinscribirte e informarte en este enlace o en el correo electrónico: cursol2@us.es 
Me encantará verte por Sevilla en septiembre y saber que vas a terminar el curso con una buena formación introductoria y un título bajo el brazo para lanzarte a trabajar como lector, auxiliar de conversación o profe de español por el mundo.
Las oportunidades hay que crearlas. ¿Quieres crearte una?

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El final del curso se empieza a vislumbrar. Para unos será un curso más que se acaba y para otros será el fin del grado, el fin del máster, el fin de la preparación de unas oposiciones. Hoy os recomiendo en el blog un curso que puede serviros para abrir nuevos horizontes, para preparar en el currículum una estancia fuera de España como profesor, para probar si os gusta o no la experiencia de dar clases de español como lengua extranjera y decidir a partir de ahí la posible realización de un máster... Es un curso de referencia dentro de su ámbito, avalado por años de continuidad y un éxito constante de matrículas.
En septiembre y durante tres semanas se organiza en la Universidad de Sevilla, y con la homologación de una institución estatal como el Instituto Cervantes, el Curso de Formación para Profesores de Español como L2. Son ya dieciocho años los que llevamos organizando este curso, aunque este año yo me estreno como directora tras una larga etapa en que ha ejercido como tal mi compañera Eva Bravo. 
Déjame que te cuente cómo se organiza el curso: son tres semanas de clase (eliges el turno: o mañana o tarde) y luego una fase de prácticas (eliges hacer un trabajo en forma de unidad didáctica o ejercer haciendo prácticas en alguna academia o centro de enseñanza); el profesorado pertenece a diversas universidades y centros de enseñanza españoles. Puedes preinscribirte e informarte en este enlace o en el correo electrónico: cursol2@us.es 
Me encantará verte por Sevilla en septiembre y saber que vas a terminar el curso con una buena formación introductoria y un título bajo el brazo para lanzarte a trabajar como lector, auxiliar de conversación o profe de español por el mundo.
Las oportunidades hay que crearlas. ¿Quieres crearte una?

miércoles, 28 de marzo de 2018

Instantáneas #33. Marzo 2018


El tribunal estuvo compuesto por
Álvaro Octavio de Toledo, M. Jesús Torrens, Belén Almeida,
Cristina Moya y Florencio del Barrio
Es víspera de Madrugá y voy murmurando de fondo por la casa unos versos de un poema que cité hace tiempo aquí (“Viernes Santo” de Javier Salvago): “La misma luna, el mismo / perfume del naranjo / aromando las calles, / donde la vida estalla”. Los ciclos nos hacen entender el mundo, comprender los cambios de tiempo y ascenderlos, si ello nos complace, a categoría de rito. La vida universitaria es fuertemente cíclica: todos los septiembres empieza, todos los junios acaba; “adoptas” a un estudiante como investigador para guiarlo en su tesis, y luego termina y ha de empezar a buscar su lugar en el mundo. Los textos también tienen su ciclo, desde que los empiezas escribiendo ideas hasta que, una vez terminados, lo dejas dormir unos días antes de lanzarlos a que empiecen a navegar en la lectura ajena. La rutina, que a otros atrofia y disgusta, a mí me serena y me abraza. Me gustan los ciclos.
Hoy miro hacia atrás y veo que este marzo ha terminado justamente con los cierres de algunos ciclos y la apertura de otros nuevos. De los ciclos que se cierran os doy cuenta aquí:
-La tesis de mi discípulo Jaime González se defendió el 5 de marzo. Obtuvo un sobresaliente cum laude y la concesión de mención internacional. 
Quiero explicar, para el público no universitario que lee este blog, que esa internacionalidad se otorga si el periodo de realización de la tesis incluye una estancia prolongada en una universidad no española y si la propia defensa se hace parcialmente en una lengua no española (en el caso de Jaime, fue el francés). Cada tesis tiene su dificultad, y todas hacen sufrir a los doctorandos durante su realización. El día de la defensa es de celebración, de alegría, de satisfacciones... y es muy agradable ver que, después de la tesis, ya no tienes a un becario sino a un compañero con quien trabajar.
-Publiqué con ocasión del día 8 de marzo una tribuna de opinión en El País dedicada a las mujeres filólogas que han quedado sepultadas en nuestra memoria. La enlazo aquí.
-Dediqué las piezas de divulgación lingüística de este mes en El País-Verne a desmontar falsedades, como el mito de que la palabra almóndiga es recomendada por la RAE (se puede leer aquí); en la segunda pieza (esta), traté de atacar otros prejuicios lingüísticos que podemos derrumbar simplemente atendiendo a la historia del español, en concreto, mirando los nombres de los colores.
-Para terminar, una convocatoria: el día 11 de abril impartiré por invitación de la Unión de Correctores del Español, un seminario virtual sobre leísmo, laísmo y loísmo. Os podéis apuntar aquí.
Buena suerte en todos vuestros ciclos y aventuras.

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El tribunal estuvo compuesto por
Álvaro Octavio de Toledo, M. Jesús Torrens, Belén Almeida,
Cristina Moya y Florencio del Barrio
Es víspera de Madrugá y voy murmurando de fondo por la casa unos versos de un poema que cité hace tiempo aquí (“Viernes Santo” de Javier Salvago): “La misma luna, el mismo / perfume del naranjo / aromando las calles, / donde la vida estalla”. Los ciclos nos hacen entender el mundo, comprender los cambios de tiempo y ascenderlos, si ello nos complace, a categoría de rito. La vida universitaria es fuertemente cíclica: todos los septiembres empieza, todos los junios acaba; “adoptas” a un estudiante como investigador para guiarlo en su tesis, y luego termina y ha de empezar a buscar su lugar en el mundo. Los textos también tienen su ciclo, desde que los empiezas escribiendo ideas hasta que, una vez terminados, lo dejas dormir unos días antes de lanzarlos a que empiecen a navegar en la lectura ajena. La rutina, que a otros atrofia y disgusta, a mí me serena y me abraza. Me gustan los ciclos.
Hoy miro hacia atrás y veo que este marzo ha terminado justamente con los cierres de algunos ciclos y la apertura de otros nuevos. De los ciclos que se cierran os doy cuenta aquí:
-La tesis de mi discípulo Jaime González se defendió el 5 de marzo. Obtuvo un sobresaliente cum laude y la concesión de mención internacional. 
Quiero explicar, para el público no universitario que lee este blog, que esa internacionalidad se otorga si el periodo de realización de la tesis incluye una estancia prolongada en una universidad no española y si la propia defensa se hace parcialmente en una lengua no española (en el caso de Jaime, fue el francés). Cada tesis tiene su dificultad, y todas hacen sufrir a los doctorandos durante su realización. El día de la defensa es de celebración, de alegría, de satisfacciones... y es muy agradable ver que, después de la tesis, ya no tienes a un becario sino a un compañero con quien trabajar.
-Publiqué con ocasión del día 8 de marzo una tribuna de opinión en El País dedicada a las mujeres filólogas que han quedado sepultadas en nuestra memoria. La enlazo aquí.
-Dediqué las piezas de divulgación lingüística de este mes en El País-Verne a desmontar falsedades, como el mito de que la palabra almóndiga es recomendada por la RAE (se puede leer aquí); en la segunda pieza (esta), traté de atacar otros prejuicios lingüísticos que podemos derrumbar simplemente atendiendo a la historia del español, en concreto, mirando los nombres de los colores.
-Para terminar, una convocatoria: el día 11 de abril impartiré por invitación de la Unión de Correctores del Español, un seminario virtual sobre leísmo, laísmo y loísmo. Os podéis apuntar aquí.
Buena suerte en todos vuestros ciclos y aventuras.