viernes, 26 de octubre de 2018

Que vivan las clases


Uno de los efectos curiosos de los cambios en los planes de estudio que atravesamos hace unos años (la famosa reforma de Bolonia) fue que nuestros horarios dejaron de ser regulares. De tener que impartir en licenciatura asignaturas anuales, con su horario fijo, pasamos a tener en los grados asignaturas cuatrimestrales, con un horario de septiembre a enero y otro de febrero a junio. En los másteres los horarios son aún más extraños porque la docencia está concentrada en dos meses.
Y por ese arte boloñés del birlibirloque, resulta que yo he empezado mis clases en estos días. Comienzo el año académico con dos cursos de máster: uno dedicado de manera monográfica a la edición de textos y otro dedicado al análisis de textos antiguos del español. Pasé las últimas semanas preparando y revisando materiales, pero siento que de nada sirven hasta que veo la cara de los alumnos: su nivel, sus objetivos de investigación, sus intereses. Es sorprendente, pero después de más de quince años dando clases, me sigo acelerando las vísperas del inicio de una asignatura y me sorprendo cotilleando en las fichas virtuales de mis alumnos para ver quiénes son y de dónde vienen mis próximos compañeros de camino.

Este blog se creó en 2009 para mis alumnos y ha sido desde entonces muchas cosas más que un blog de clase: se convirtió en una página divulgativa sobre la historia del español, fue después una agenda de actividades pasadas o futuras sobre lengua española y ahora lo concibo como una plataforma para difundir investigación y avisos de interés sobre la disciplina académica a la que me dedico. Pero no se me olvida que nació como blog para mis estudiantes. Y eso vuelve a ser ahora, cuando en estas líneas me dirijo a ellos para saludarlos y darles la bienvenida. Vuelvo a abrir la puerta de un aula que ocuparé durante más de una hora, las manos vuelven a mancharse de tiza, veo una mano levantada que pregunta algo. Ya empieza la fiesta. Que vivan las clases. Que viva la Universidad.

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Uno de los efectos curiosos de los cambios en los planes de estudio que atravesamos hace unos años (la famosa reforma de Bolonia) fue que nuestros horarios dejaron de ser regulares. De tener que impartir en licenciatura asignaturas anuales, con su horario fijo, pasamos a tener en los grados asignaturas cuatrimestrales, con un horario de septiembre a enero y otro de febrero a junio. En los másteres los horarios son aún más extraños porque la docencia está concentrada en dos meses.
Y por ese arte boloñés del birlibirloque, resulta que yo he empezado mis clases en estos días. Comienzo el año académico con dos cursos de máster: uno dedicado de manera monográfica a la edición de textos y otro dedicado al análisis de textos antiguos del español. Pasé las últimas semanas preparando y revisando materiales, pero siento que de nada sirven hasta que veo la cara de los alumnos: su nivel, sus objetivos de investigación, sus intereses. Es sorprendente, pero después de más de quince años dando clases, me sigo acelerando las vísperas del inicio de una asignatura y me sorprendo cotilleando en las fichas virtuales de mis alumnos para ver quiénes son y de dónde vienen mis próximos compañeros de camino.

Este blog se creó en 2009 para mis alumnos y ha sido desde entonces muchas cosas más que un blog de clase: se convirtió en una página divulgativa sobre la historia del español, fue después una agenda de actividades pasadas o futuras sobre lengua española y ahora lo concibo como una plataforma para difundir investigación y avisos de interés sobre la disciplina académica a la que me dedico. Pero no se me olvida que nació como blog para mis estudiantes. Y eso vuelve a ser ahora, cuando en estas líneas me dirijo a ellos para saludarlos y darles la bienvenida. Vuelvo a abrir la puerta de un aula que ocuparé durante más de una hora, las manos vuelven a mancharse de tiza, veo una mano levantada que pregunta algo. Ya empieza la fiesta. Que vivan las clases. Que viva la Universidad.

3 comentarios:

graziavittoria2@gmail.com dijo...

¡ Que vivan! Que luego se añoran...esos 5 años 5 en la US( Como le pasa a esta escribiente).

Rocío Rivera dijo...

Aprovechad al maximo. De la Profesora Pons aprenderéis de verdad sobre cualquier cuestión que se proponga.

graziavittoria2@gmail.com dijo...

¡ Que vivan! Que luego se añoran...esos 5 años 5 en la US( Como le pasa a esta escribiente).

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