Las ilustraciones de don Pardino son fantásticas |
El otro día estaba yo (oh, qué
sorpresa) en casa cuando llamaron a la puerta. No esperábamos a nadie, no habíamos
pedido nada a domicilio, ¿quién arriesga nuestro confinamiento viniendo a casa?
Al abrir, me veo ahí encima de la alfombra de la entrada y con el ascensor de
fondo, a un pedazo de VOCATIVO. ¡Lola,
Lola, Lola! Siendo vocativo, está claro que no podía hacer otra cosa que
llamarme declinando este caso: ¡Lola,
Lola, Lola! (Era insistente). Sin tocarlo, decido hablarle en vocativo
también: ¡Vocativo, vocativo, vocativo!,
mientras con las manos le indico que se siente en el peldaño de la escalera. Se
sienta. Va con mascarilla. Me dice con pena pero desafiante: Musa, mihi causas memora. Le contesto: “El
vocativo es musa (‘musa, recuérdame
las causas’) y la frase está en el inicio de la Eneida”. Me lo tomo al pie de la letra y le doy detalles: “Gracias
por lo de musa, te explico: la causa de esto es el aislamiento social que se ha
decretado para tratar de frenar una pandemia”. Me responde: Manete, pueri, hic. Le digo: “El
vocativo es pueri (‘permaneced,
niños, aquí’, típica frase de los libros de latín) y, tranquilo, no hay niños
por las calles, todos permanecen en casa’. Pero me empecé a ver ridícula dando
explicaciones a un vocativo y, tal vez de forma imprudente, le solté con mal
genio: “¡No vengas a mi casa para hacerme ver lo importante que es un vocativo,
hombre!”. Una vecina gritó desde su balcón: “¡El vocativo es hombreeeee!”. Y él se levantó y se fue
refunfuñando mientras me dijo con desprecio: Et tu, Brute? (‘¿Tú también,
Bruto?’).
Yo no sé a vosotros, pero a mí me
están pasando cosas muy raras durante estos días.
2 comentarios:
!Genial!
:-D
Ay, Lola, Lola, Lola! Sin ningún reparo le hubieras o hubieses gritado:Vade retro!
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