miércoles, 11 de abril de 2012

Lección de columpios

Lo releo y me gusta aún más que la vez anterior. El Góngora grande, del rizo formal, poetizando crípticamente los mitos clásicos, se humaniza ante mis ojos cuando vuelvo a leer el romance Hermana Marica
Hermana Marica,
mañana,que es fiesta,
no irás tú a la amiga
no yo iré a la escuela
[...]Iremos a misa, 
Veremos la iglesia,
Daranos un cuarto
Mi tía la ollera.

Compraremos dél
(Que nadie lo sepa)
Chochos y garbanzos 

Para la merienda;
Y en la tardecica,
En nuestra plazuela,
Jugaré yo al toro
Y tú a las muñecas

Con las dos hermanas,
Juana y Madalena,
Y las dos primillas,
Marica y la tuerta;
 

[...] jugaremos cañas
junto a la plazuela,
porque Barbolilla
salga acá y nos vea;
Barbola, la hija
de la panadera,
la que suele darme
tortas con manteca,
porque algunas veces
las bellaquerías
hacemos yo y ella
detrás de la puerta
La historia del amigo de Marica, que prepara un día de entretenimiento mañana que es fiesta y no hay "miga" (escuela de niñas) nos da noticias sobre qué ropa de domingo se ponían los niños en el siglo XVI, a qué jugaban, qué cosas cantaban en las puertas, cómo enredaban con los demás del barrio, cómo hacían bellaquerías detrás de la puerta, sus secretos y andanzas.
Lo releo y vuelvo a sentir las tardes de mi infancia, cuando apenas había tele para niños y nos pasábamos el día inventando. La merienda, el juguete liviano y el tiempo inmenso sin medir vuelven a estar en mis manos con este romance de Góngora. Lo releo, con tantas palabras viejas ya perdidas y tantas otras tan actuales que volverán a pronunciarse esta tarde cuando vuelvan a salir los niños a la plaza o a gritar a volaaaar mientras  montan en los columpios.  
Yo jugaba en el suelo a lo que llamaba Cortázar rayuela, en Sevilla capital llamábamos teje y en mi pueblo del Aljarafe sevillano llamaban michi. También a ladrones, territorio, pollito inglés... Algunos de esos juegos están explicados en esta página sobre juegos populares andaluces. Hablemos de nombres de juegos infantiles: ¿cuáles eran los tuyos? ¿Qué versos de ese famoso poema de Góngora te parecen más interesantes? Deja tu comentario...
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Lo releo y me gusta aún más que la vez anterior. El Góngora grande, del rizo formal, poetizando crípticamente los mitos clásicos, se humaniza ante mis ojos cuando vuelvo a leer el romance Hermana Marica
Hermana Marica,
mañana,que es fiesta,
no irás tú a la amiga
no yo iré a la escuela
[...]Iremos a misa, 
Veremos la iglesia,
Daranos un cuarto
Mi tía la ollera.

Compraremos dél
(Que nadie lo sepa)
Chochos y garbanzos 

Para la merienda;
Y en la tardecica,
En nuestra plazuela,
Jugaré yo al toro
Y tú a las muñecas

Con las dos hermanas,
Juana y Madalena,
Y las dos primillas,
Marica y la tuerta;
 

[...] jugaremos cañas
junto a la plazuela,
porque Barbolilla
salga acá y nos vea;
Barbola, la hija
de la panadera,
la que suele darme
tortas con manteca,
porque algunas veces
las bellaquerías
hacemos yo y ella
detrás de la puerta
La historia del amigo de Marica, que prepara un día de entretenimiento mañana que es fiesta y no hay "miga" (escuela de niñas) nos da noticias sobre qué ropa de domingo se ponían los niños en el siglo XVI, a qué jugaban, qué cosas cantaban en las puertas, cómo enredaban con los demás del barrio, cómo hacían bellaquerías detrás de la puerta, sus secretos y andanzas.
Lo releo y vuelvo a sentir las tardes de mi infancia, cuando apenas había tele para niños y nos pasábamos el día inventando. La merienda, el juguete liviano y el tiempo inmenso sin medir vuelven a estar en mis manos con este romance de Góngora. Lo releo, con tantas palabras viejas ya perdidas y tantas otras tan actuales que volverán a pronunciarse esta tarde cuando vuelvan a salir los niños a la plaza o a gritar a volaaaar mientras  montan en los columpios.  
Yo jugaba en el suelo a lo que llamaba Cortázar rayuela, en Sevilla capital llamábamos teje y en mi pueblo del Aljarafe sevillano llamaban michi. También a ladrones, territorio, pollito inglés... Algunos de esos juegos están explicados en esta página sobre juegos populares andaluces. Hablemos de nombres de juegos infantiles: ¿cuáles eran los tuyos? ¿Qué versos de ese famoso poema de Góngora te parecen más interesantes? Deja tu comentario...

18 comentarios:

Al norte de los nortes dijo...

Un poema precioso. Me ha gustado mucho leerlo, y comprobar que Góngora no solo dejaba escapar sentimientos cuando pedía dinero o comida. Supongo que con los "chochos" se refiere a los altramuces, es curioso saber cual es el término real y cual el término imaginario en la metáfora lexicalizada. Un saludo

Anónimo dijo...

En Cuenca, alrededor de 1950 jugábamos al truque, a las bolas, a los alfileres, al clavo. Por supuesto al escondite, a la comba, al pasi misí, la gallina ciega,antón pirulero,el escondite ingles...
Hermana Marica lo recuerdo cantado, solo las primeras estrofas. Pero con seguridad decíamos "no irás tú a costura- ni yo iré a la escuela"
Como el tema de hoy es mas ligerito, me atevo a colaborar.Besos
Magdalena

Lola Pons dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Es interesante conocer esa variación en el recitado popular del romance gongorino. En la miga (así se seguía llamando en Triana a la escuela de niñas hasta los años 60: "la miguilla") lo que aprendían las niñas eran cosas básicas y domésticas.

Andrés dijo...

!Qué rápido pasa el tiempo cuando te haces mayor!. Es curioso pensar que antes, sin teléfonos móviles, los niños éramos capaces de salir a la calle para jugar sin necesidad de llamarnos antes, siempre sabíamos dónde estarían nuestros amigos. Años de juegos sin preocupaciones, cuando la única prima que existía, no era la de riesgo; sino la tuya propia, con la que intentaba hacer de vez en cuando alguna que otra "bellaquería detrás de la puerta". Al juego de la Rayuela lo conozco como "el turco". También jugábamos a "policía y ladrón", al "bote bote"(-!Bote bote por fulano que está escondido detrás del coche rojo!, -!bote bote "ehquivocao", que no soy fulano, soy zutano!).También recuerdo un juego un poco bestia que consistía en hacer dos grupos y salta unos encima de otros hasta conseguir que se cayeran los del otro equipo. Se llamaba "salto el rulo" y decíamos mientras saltábamos "salto el rulo que va el mulo.."(nunca mejor dicho). También recuerdo que cuando llovía y la tierra estaba mojada íbamos a la "era" a jugar a las "bolas"(canicas), y que mientras jugabas y tenías parte de tus bolas apostadas en "el puesto", a veces venía el "matón" de turno, que siempre era algo mayor que nosotros y al que nadie se atrevía a decirle nada porque te podía pegar una torta, o dos, o tres..., y nos quitaba las bolas de un manotazo al grito de "!zarpa!"(y entonces el robo estaba justificado porque te había dicho la palabra mágica). Sorprendentemente al buscar en el DRAE encuentro que "zarpa" efectivamente es "quitar o apoderarse de algo con violencia o engaño", va a resultar que los niños matones de mi barrios eran más instruidos de lo que pensábamos.
En fin, como diría Cernuda: "¿Nostalgia? No, lo que así recreas es el tiempo sin tiempo del niño"

Saludos Lola y gracias por esta entrada con la que nos has invitado a recordar y ponernos un poco nostálgicos, que tampoco viene mal de vez en cuando.

Patricia Manzano dijo...

¡Me encanta la publicación! Cuando era chica, jugaba al pique, a saltar la comba, al elástico, al "tú la llevas"... En este último, la gente lo daba todo y todos se encendían como mechas cuando les tocaba llevarla... Qué maravillosos años... Gracias, Lola, una vez más por hacernos pasear por los recuerdos :)

Besos de jueves para todos

Lola Pons dijo...

Gracias por los comentarios. En la web de juegos tradicionales andaluces que os enlazo en esta entrada aparece el nombre de "el turco" para el juego que yo llamaba "teje" o "michi". La mayoría de los juegos que nombráis también los he practicado yo (no los masculinos, que en mi patio eran la piola y luego el break-dance de los ochenta): pollito inglés, poli-ládron (¡sí!, lo pronunciabámos como llana), el elástico, la comba, los cromos, "territorio"... Ese "pique" que dices, Patricia, ¿en qué consistía exactamente? No lo recuerdo.

Patricia Manzano dijo...

Voy a explicarlo con una imagen, me va a ayudar más :

http://d3ds4oy7g1wrqq.cloudfront.net/nocturna/myfiles/Xarranca.JPG?Expires=1335391200&Signature=dOIPgmoLt7102OxrIA653~vpOfP3OgU6pfp0JKrjwNHbGwUMdzRwG9L2Vp2iY5HP9pD7J-rB6LOrCiTAV0s2h5whIhb4U23YxypMCV4VcC6iTsBF~ZzKUkXHQrMxR1eC~i9nN7TieAGDHzzOhjqyX8zLhR-Or-9qmixeg9hWP54_&Key-Pair-Id=APKAJYN3LZI5CG46B7AA&Policy=eyJTdGF0ZW1lbnQiOlt7IlJlc291cmNlIjoiaHR0cDovL2QzZHM0b3k3ZzF3cnFxLmNsb3VkZnJvbnQubmV0L25vY3R1cm5hL215ZmlsZXMvWGFycmFuY2EuSlBHIiwiQ29uZGl0aW9uIjp7IkRhdGVMZXNzVGhhbiI6eyJBV1M6RXBvY2hUaW1lIjoxMzM1MzkxMjAwfX19XX0_

(¡Qué enlace más largo...!

Lola Pons dijo...

Pues eso es el teje, turco o michi. Ya tenemos otra variante más: pique.

Patricia Manzano dijo...

¡Sí! Por lo que leí en la web donde encontré la imagen, se llama o se decía así en Utrera, aunque yo soy de Dos Hermanas.

Antonio dijo...

Precioso romance. Yo recuerdo juegos ya mencionados como pollito inglés y también otros como el salto piola, las cuatro esquinas o huevo, pico, araña. Es una pena que estos juegos se hayan perdido ya que fomentaban las relaciones personales entre los niños. Hoy estos se relacionan online aunque físicamente solo estén separados por un par de metros.

Lola Pons dijo...

¿Cuál es el juego de "huevo, pico, araña, Antonio? No me suena.

Juan Fco. Cózar Peralta. dijo...

Este poema me persigue!
De pequeño lo aprendí de memoria para recitarlo el día de Andalucía (pondráste el corpiño... aún me acuerdo!), sin poder evitar las risas infantiles cuando decía "chocho", aunque ya sabía que eran los altramuces.
Luego en la carrera, en Historia de la Educación, lo expusieron para hablar del término "amiga" o "miga".
Y ahora lo veo en el blog.
En mi pueblo, la rayuela se llama "piola". Un término argentino, al igual que el título del libro argentino. También jugábamos al trompo (peonza), a jugar con una lima en el barro, al escondite...

Antonio dijo...

Este juego consistía en que uno de los niños se agachaba tomando la misma postura que en el salto piola, los demás (de uno en uno) se iban subiendo "a caballito" encima de él posando los dedos sobre su espalda y adoptando con estos diferentes formas. El dedo índice era pico, las yemas de los dedos con la mano abierta era araña y las puntas de los dedos unidos era huevo. Si el sufridor acertaba cuál de las tres figuras le estaban haciendo sobre la espalda cambiaba el rol con el compañero que tenía encima.

Pascual Garrido dijo...

Lola, preciosa entrada,rejuvenecemos con el poema,no nos viene mal a algunos. Qué bonito el verso: Pondráste el corpiño; y carnestolendas, belleza de palabra. Una denominación más del juego rayuela es colache, así lo llamaban en Jaén,colache. Los de mi generación éramos de jugar a la pelota, cualquier cosa envuelta en un trapo servía; lo más divertido era echarla al lugar donde estaban las niñas, al otro lado del patio y esperar a ver qué hacían: imperturbables permanecían. Lo que ha llovido.. García Montero dice que la nostalgia que siente es la del futuro, cuando el futuro esperaba intacto, a estrenar. Bueno...

Sheila dijo...

Me encanta la entrada. Mi abuela me enseñó a jugar la rayuela, pero aquí en Aragón se llama, o ella lo llama, "el descanso".

Chus dijo...

Preciosos versos de Góngora, Lola. Yo , la verdad, es que no entiendo cómo se las compondrán los niños hoy. He tenido mi primer nieto y estaré al tanto, a ver si entiendo algo de este nuevo mundo. Nosotros hemos jugado tanto que hasta diría que era una exageración, todo el dia jugando. Y en cada época el suyo, que era muy importante. Los que yo recuerdo eran: "3 navios en el mar"(nos buscábamos por todo el pueblo de mi abuelo. Impresionante)El burro: burrada, pero comprensible para cualquiera, entonces. "El rescate", emocionante. La rayuela creo que le llamábamos "El avión"; pero otra modalidad, muy parecida, era "El calderón" que es lo mismo, pero sin que las rayas pintaran las alas, solo el cuerpo del avión. Lo de las canicas, claro, y el trompo, por supuesto. Otro, más burro, era hacer un agujero en la tierra, echar agua, luego polvo de carburo y poner encima un bote de hojalata con un agujero en el fondo, por donde salía el gas resultante y ahí poner una cerilla: al bote salía hasta la luna. Y seguimos vivos... de milagro.Gracias Lola, por tántos recuerdos, que nos llevan a tántas palabras

jaramos.g dijo...

Aquí en mi pueblo, Antequera, a la rayuela se le llamaba "chucla" ("jugar a la chucla") y era un entretenimiento exclusivamente femenino. Hasta ahora no he encontrado ningún otro lugar en el que se usara esa palabra (que me suena a americanismo). Salud(os).

Lola Pons dijo...

No conocía la palabra, que aparece en los diccionarios como nombre de pescado, el trompero. Habrá que ver qué dicen los atlas lingüísticos. ¡Gracias por tus comentarios!

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