Hoy
hace casi 30 años que murió don Dámaso Alonso.
Fue en 1990 y no sé de qué forma ni cómo, pero recuerdo que en el colegio nos
hablaron de él ese día y en algún momento del Bachillerato leímos el poema de “Mujer
con alcuza” y el más banal pero muy lingüístico sobre el siglo de las siglas. En la
Facultad lo estudiamos y leímos más por gusto que por exigencia de los
profesores, pero fuimos dibujando su figura desde su análisis de las Soledades, los pasajes en que Alberti
habla de él en La arboleda perdida y su posición dentro del grupo del 27. Hace unos años tuve la inmensa suerte de poder
leer sus cartas a Luis Rosales, que estudié en este artículo. Una carta escrita desde Estados
Unidos valorando al exilio español que encontró allí y unas líneas escritas en
Madrid en un tarjetón del Hotel Ritz fueron las piezas más interesantes de ese
epistolario, tan corto y tan simbólico por muchas razones. Dámaso Alonso fue
también un buen historiador de la lengua, que trabajó sobre fonetismo, análisis
de textos literarios, estilística... Ahora que valoramos las tesis y los
artículos por citar mucha bibliografía reciente, no está de más recordar que
esa bibliografía menos reciente, que ya empieza a ser venerable (cuando no
vetusta), tiene mucho que decirnos aún, y sigue mereciendo lecturas y citas.
Que tengáis una buena semana.
Que tengáis una buena semana.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Closed