miércoles, 14 de marzo de 2018

Los alumnos de Alba


Una imagen que repito mucho para que se entienda qué significa para un autor escribir un libro es la de la botella con mensaje que se lanza al mar. Eso de echar botellas al agua es un acto bastante incívico, pero lo de escribir un libro, sin ser incívico, se parece bastante. Una escribe, los editores publican y ya el libro solo vuelve en forma de algo tan frío como las cifras de ventas o en forma de algo tan cálido como los mensajes de los lectores, que agradezco y contesto cuando puedo. 
De todos los mensajes que me llegan, tengo debilidad por los que vienen del profesorado de Secundaria. Ya sabéis que en España es un sector muy castigado salarial y administrativamente, sometido a legislaciones cambiantes y atrapado en una faralla terminológica y burocrática difícil de desenredar. Por ello, valoro mucho su entusiasmo vocacional y su inquietud por seguir formándose y formando a los alumnos. A veces me cuentan que han llevado a sus clases algún texto o un vídeo mío para que sus alumnos lo comenten. Otras veces han ido más allá del comentario y han hecho una actividad de creación con los estudiantes.
Recientemente me llegó un correo de la joven profesora Alba Machado Carrasco, que ejerce en el colegio La Presentación de Málaga. Tomando como punto de partida este texto que escribí sobre el imperfecto en español, sus estudiantes han escrito sobre otros tiempos verbales de nuestra lengua. Alba me envió algunas de las redacciones que hicieron sus alumnos, y me parecieron muy emocionantes. Os entresaco algunas citas:
-En una redacción sobre el presente de indicativo: Ahora os tengo que dejar porque tengo muchos planes y cosas que hacer, pero aunque yo no os lo pueda contar más tarde ya se encargará el pasado, ese tiempo que disfruta al referirse a los hechos ya realizados.
-En otra sobre el condicional simple (querría, vendría): Me conocen por condicionar al imperfecto del subjuntivo, por ser ese que siempre impide al imperfecto del subjuntivo cumplirse, y ahora mismo estaría pensando en todas aquellas anécdotas que mi agraciado pasado me ha dejado pero solo soy una simple forma sin destino alguno.
-En otra sobre los tiempos verbales en general: Ayer podía anunciar: “Mañana leeré el relato”, hace un rato podía decir: “Hoy voy a leer el relato”, y mañana podré contarle a una amiga: “Ayer leí el relato”. El tablero es el tiempo. El puzzle mágico recibe el nombre de vida.
Me lo he pasado muy bien leyéndolas, y espero que los alumnos disfrutaran haciéndolas. Cuando los docentes cierran la puerta de la clase, tienen en su mano la facultad de conseguir que los estudiantes entiendan, odien, amen o toleren la asignatura de Lengua y Literatura.
Muchos hablan de lo desagradable que es el mundo digital y la peligrosa anonimia de quien se esconde en un perfil de red social. Pero también hay que acordarse de estos gestos amables que tienen a veces los lectores, y que, desde este blog viejecito y rezongón, me apetece reconocer.

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Una imagen que repito mucho para que se entienda qué significa para un autor escribir un libro es la de la botella con mensaje que se lanza al mar. Eso de echar botellas al agua es un acto bastante incívico, pero lo de escribir un libro, sin ser incívico, se parece bastante. Una escribe, los editores publican y ya el libro solo vuelve en forma de algo tan frío como las cifras de ventas o en forma de algo tan cálido como los mensajes de los lectores, que agradezco y contesto cuando puedo. 
De todos los mensajes que me llegan, tengo debilidad por los que vienen del profesorado de Secundaria. Ya sabéis que en España es un sector muy castigado salarial y administrativamente, sometido a legislaciones cambiantes y atrapado en una faralla terminológica y burocrática difícil de desenredar. Por ello, valoro mucho su entusiasmo vocacional y su inquietud por seguir formándose y formando a los alumnos. A veces me cuentan que han llevado a sus clases algún texto o un vídeo mío para que sus alumnos lo comenten. Otras veces han ido más allá del comentario y han hecho una actividad de creación con los estudiantes.
Recientemente me llegó un correo de la joven profesora Alba Machado Carrasco, que ejerce en el colegio La Presentación de Málaga. Tomando como punto de partida este texto que escribí sobre el imperfecto en español, sus estudiantes han escrito sobre otros tiempos verbales de nuestra lengua. Alba me envió algunas de las redacciones que hicieron sus alumnos, y me parecieron muy emocionantes. Os entresaco algunas citas:
-En una redacción sobre el presente de indicativo: Ahora os tengo que dejar porque tengo muchos planes y cosas que hacer, pero aunque yo no os lo pueda contar más tarde ya se encargará el pasado, ese tiempo que disfruta al referirse a los hechos ya realizados.
-En otra sobre el condicional simple (querría, vendría): Me conocen por condicionar al imperfecto del subjuntivo, por ser ese que siempre impide al imperfecto del subjuntivo cumplirse, y ahora mismo estaría pensando en todas aquellas anécdotas que mi agraciado pasado me ha dejado pero solo soy una simple forma sin destino alguno.
-En otra sobre los tiempos verbales en general: Ayer podía anunciar: “Mañana leeré el relato”, hace un rato podía decir: “Hoy voy a leer el relato”, y mañana podré contarle a una amiga: “Ayer leí el relato”. El tablero es el tiempo. El puzzle mágico recibe el nombre de vida.
Me lo he pasado muy bien leyéndolas, y espero que los alumnos disfrutaran haciéndolas. Cuando los docentes cierran la puerta de la clase, tienen en su mano la facultad de conseguir que los estudiantes entiendan, odien, amen o toleren la asignatura de Lengua y Literatura.
Muchos hablan de lo desagradable que es el mundo digital y la peligrosa anonimia de quien se esconde en un perfil de red social. Pero también hay que acordarse de estos gestos amables que tienen a veces los lectores, y que, desde este blog viejecito y rezongón, me apetece reconocer.

3 comentarios:

Maite dijo...

Felicidades.
Muy cierto lo que dices del profesorado.
Saludos

Lola Pons dijo...

Gracias,Maite.

Unknown dijo...

Buenas noches, hasta hace varios días no te conocía. Y hoy soy admiradora de tu trabajo y sobre todo del entusiasmo que rebosas. Soy profesora de lengua en la ESO, y me he comprado tu libro, pero no solo eso, a mis alumnos de 1º les estoy leyendo pasajes del mismo, y están disfrutando conmigo. Y lo mejor de todo en varias alumnas hemos despertado el interés por la filología, algo que verdaderamente me emociona. Gracias, gracias de corazón.

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