domingo, 11 de abril de 2010

Ajihle 2001-2010

Buff... hace ya muchos años de esto. Un grupo de recién licenciados en Filología Hispánica de universidades varias de España (Córdoba, Madrid, Valencia...) deciden fundar una Asociación de Jóvenes Investigadores de Historia de la Lengua e Historiografía Lingüística (AJIHLE) y organizar un congreso abierto (Córdoba, abril de 2001). Muchos acudimos allí, miedosos, algo asombrados de que hubiera otros jóvenes como nosotros dedicados a los manuscritos y las gramáticas viejas.
Hay fotos de ese primer congreso de Ajihle: todos teníamos casi 10 años menos, no éramos doctores, no teníamos apenas experiencia dando clases, éramos demasiado jóvenes y empezamos a aprender juntos qué era eso de participar en un congreso, dar comunicaciones, preparar mesas redondas; todo ello entre iguales. Luego vinieron los congresos de Salamanca, Jaén, Madrid, Sevilla, Granada... Esta foto de abajo fue hecha en el Congreso de Salamanca de 2002, y ahí veis las caras, de izquierda a derecha, de: Luis Santos Río (profesor de la Universidad de Salamanca y uno de los plenaristas de aquel congreso), junto a él, en la fila delantera, la autora de este blog, y al lado, Ana Štulić, Miguel Ángel Aijón, Ana Rodríguez Barreiro (con bufanda roja), Gema Belén Garrido, Javier Rodríguez Molina, Pilar Salas, Elena Bédmar (en la fila delantera), Ivana Vučina y Mara Fuertes (con bufanda de colores), entre otros (ya no me acuerdo de todos los nombres...).


Al hacernos doctores ya no podíamos, justamente, seguir participando dentro de Ajihle, pero de alguna forma yo me sigo sintiendo parte de esa asociación de los principios; casi todos mis compañeros de entonces lo siguen siendo ahora y coincidimos en congresos de mayores sintiéndonos tan pequeños como hace diez años. En 2005 hubo un congreso de Ajihle en Sevilla y de nuevo en 2010 hay otro del 14 al 16 de abril, gracias a Olga Julián y Santiago del Rey, jóvenes becarios del Departamento que han retomado un testigo vivo todos estos años. Os animo a los lectores de este blog que estéis en Sevilla a asistir a las sesiones (el programa lo podéis encontrar aquí): conferencias, comunicaciones, mesas redondas y hasta un homenaje a la Ajihle fundacional, con más fotos, anécdotas y la presencia de algunos de los fundadores. Un brindis por Ajihle, y si alguno de los lectores pertenece o ha pertenecido a la asociación, ¡venga esos comentarios! Nos vemos la semana que viene en Sevilla.
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Buff... hace ya muchos años de esto. Un grupo de recién licenciados en Filología Hispánica de universidades varias de España (Córdoba, Madrid, Valencia...) deciden fundar una Asociación de Jóvenes Investigadores de Historia de la Lengua e Historiografía Lingüística (AJIHLE) y organizar un congreso abierto (Córdoba, abril de 2001). Muchos acudimos allí, miedosos, algo asombrados de que hubiera otros jóvenes como nosotros dedicados a los manuscritos y las gramáticas viejas.
Hay fotos de ese primer congreso de Ajihle: todos teníamos casi 10 años menos, no éramos doctores, no teníamos apenas experiencia dando clases, éramos demasiado jóvenes y empezamos a aprender juntos qué era eso de participar en un congreso, dar comunicaciones, preparar mesas redondas; todo ello entre iguales. Luego vinieron los congresos de Salamanca, Jaén, Madrid, Sevilla, Granada... Esta foto de abajo fue hecha en el Congreso de Salamanca de 2002, y ahí veis las caras, de izquierda a derecha, de: Luis Santos Río (profesor de la Universidad de Salamanca y uno de los plenaristas de aquel congreso), junto a él, en la fila delantera, la autora de este blog, y al lado, Ana Štulić, Miguel Ángel Aijón, Ana Rodríguez Barreiro (con bufanda roja), Gema Belén Garrido, Javier Rodríguez Molina, Pilar Salas, Elena Bédmar (en la fila delantera), Ivana Vučina y Mara Fuertes (con bufanda de colores), entre otros (ya no me acuerdo de todos los nombres...).


Al hacernos doctores ya no podíamos, justamente, seguir participando dentro de Ajihle, pero de alguna forma yo me sigo sintiendo parte de esa asociación de los principios; casi todos mis compañeros de entonces lo siguen siendo ahora y coincidimos en congresos de mayores sintiéndonos tan pequeños como hace diez años. En 2005 hubo un congreso de Ajihle en Sevilla y de nuevo en 2010 hay otro del 14 al 16 de abril, gracias a Olga Julián y Santiago del Rey, jóvenes becarios del Departamento que han retomado un testigo vivo todos estos años. Os animo a los lectores de este blog que estéis en Sevilla a asistir a las sesiones (el programa lo podéis encontrar aquí): conferencias, comunicaciones, mesas redondas y hasta un homenaje a la Ajihle fundacional, con más fotos, anécdotas y la presencia de algunos de los fundadores. Un brindis por Ajihle, y si alguno de los lectores pertenece o ha pertenecido a la asociación, ¡venga esos comentarios! Nos vemos la semana que viene en Sevilla.

6 comentarios:

Covadonga dijo...

Hola Lola, me ha encantado conocer tu blog y me ha acariciado un poco el alma esta tarde leer tu primera entrada con Salinas, uno de mis poetas preferidos.

He aprovechado la consulta para descargarme el programa de AJHLE, gracias por colgarlo.

Un abrazo
Covadonga Fouces

Lola Pons dijo...

¡Un primer comentario de una antigua participante en Ajihle! Bienvenida, Cova. Aún tengo una foto del Ajihle salmantino en que sales, esquinada pero perceptible.

Covadonga dijo...

Hola Lola, después de descubrir tu blog se me quedó rondando por la cabeza la idea de que me había tropezado antes con la letra “yod”, y no precisamente en mis olvidadas clases de Historia de la Lengua, así que buscando entre los libros de poesía que tengo desparramados por estanterías y mesillas de noche encontré el poema en prosa “Yod” de José Ángel Valente que te copio como homenaje a tu blog.

En 1980 José Ángel Valente, retoma libremente en su libro Tres Lecciones de Tinieblas una tradición hebrea que atribuye al profeta Jeremías el Libro de las lamentaciones en el que se narra el hondo dolor por la destrucción de la ciudad de Jerusalén. A partir del siglo VIII de nuestra era la liturgia católica romana incorporó este texto a los oficios de Pascua. Con posterioridad, los compositores franceses de finales del siglo XVII -de Lalande, Charpentier y, de manera especialmente memorable, Couperin-, llevaron a su más alta forma de expresión este género de música sacra que conocemos como Leçons de ténèbres. En las Lecciones de tinieblas se canta una letra del alfabeto hebreo, seguida de uno de los versículos que componen el poema de Jeremías.

José Ángel Valente, en sus Tres Lecciones de Tinieblas retoma esta tradición en clave amorosa:

YOD

La mano: en alianza la mano y la palabra: de alef a tav se
extiende yod: el tiempo no partido: la longitud de todo lo
existente cabe en la primera letra del nombre: yo no podría
franquear este umbral: no está mi voz desnuda: la mano es
una vibración muy leve como pulmón de un ave o como el
despertar: lo que es de tiempo no es de tiempo: no pasaré o
no entraré en el nombre: exilio: separaré las aguas para que
llegues hasta mí, dijiste: la mano es un gran pájaro incendia-
do que vuela hacia el poniente y se consume como una an-
torcha de oscura luz.

(José Ángel Valente, Tres Lecciones de Tinieblas)


Un abrazo
Covadonga

Lola Pons dijo...

No conocía ese texto de Valente, que, por lo que veo, evoca a la yod como letra inicial en el alfabeto hebreo para el nombre divino de Yavéh; la letra contó con un fuerte sentido simbólico tanto en la tradición judía como en la occidental, que reutilizó dos letras hebreas (yod y wau) para designar a las semiconsonantes que resultan claves en la evolución histórica del latín al español.
Gracias por el comentario, Cova.

Elena Bédmar dijo...

Hola, Lola, cómo me alegra saber de ti.
Soy Elena Bédmar, más mayor, con gafas, casada... Pero aún no he acabado mi tesis... La enseñanza media me roba tanta energia... La acabaré, por supuesto, ponle una vela a la Virgen por mí y reza a sor Joaquina :)
Me da pena ver cómo pasa el tiempo. Daniel Sáez y el enorme Álvaro faltan en esa foto... Hay que hacerles justicia.
Un beso muy grande.

Lola Pons dijo...

¡Elena! Qué alegría saber un poquito de ti, todos estamos mayores, con gafas más grandes y algunos también casados. Que no te dé pena que pase el tiempo, gracias a él podremos ver tu tesis pronto, ¿no? Un beso.

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