jueves, 17 de mayo de 2018

Por la yod al arte (VIII): los libros como abrigo

Varias veces en este blog he hablado de arte conceptual y, en concreto, de fotografía conceptual. De hecho, de esa disciplina se llenó el blog durante el tiempo que estuve trabajando con una serie temática que abandoné y que hoy recupero: por la yod al arte. Y vuelvo a ella porque estas fotografías del islandés Sigurdur Gudmundsson tienen los ingredientes que me gustan en esta clase de fotos. Me gustan porque la escenografía y las poses, en su escenario antiguo y en su calidad de fotos de los años setenta sin retoque digital, pierden pretenciosidad al verlas ahora, en 2018. Y me gustan porque son fotos que se pueden interpretar como el diálogo entre un hombre y una realidad. Reales sí, son los objetos y paisajes que nos rodean, y real es, al menos para mí, algo tan social como la lengua. Podéis ver más aquí.



El componente en común de todas las fotos de Gudmunsson es que la imagen está muy vacía; la representación es muy simple, pero siempre hay un diálogo con algo; ese diálogo se hace muy a menudo con libros o con palabras que no se ven pero se evocan como en esta foto de una pareja en la playa. Y me parece una metáfora bonita para pensar en estas semanas en que venimos de grandes fiestas librescas (el día del libro, la Feria del Libro) y vamos hacia otra etapa muy letrada como el mes de junio, con la entrega de trabajos de fin de máster, escritura de exámenes, cierre de capítulos que hay que entregar... El más solitario de los lectores de este blog, sea quien sea, está acompañado siempre de sus palabras y, ahora que me está leyendo, está también acompañado de las mías. Yo creo en el abrigo del lenguaje y en la compañía de los libros; me sereno más en la palabra escrita que en la hablada. Por eso mi foto favorita de Gudmunsson podría ser esta: leña para calentar los pies, panes para alimentar el estómago y, de pecho a cabeza, libros, libros y libros. La foto se llama 'Montaña' pero yo la llamo 'Abrigo':



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Varias veces en este blog he hablado de arte conceptual y, en concreto, de fotografía conceptual. De hecho, de esa disciplina se llenó el blog durante el tiempo que estuve trabajando con una serie temática que abandoné y que hoy recupero: por la yod al arte. Y vuelvo a ella porque estas fotografías del islandés Sigurdur Gudmundsson tienen los ingredientes que me gustan en esta clase de fotos. Me gustan porque la escenografía y las poses, en su escenario antiguo y en su calidad de fotos de los años setenta sin retoque digital, pierden pretenciosidad al verlas ahora, en 2018. Y me gustan porque son fotos que se pueden interpretar como el diálogo entre un hombre y una realidad. Reales sí, son los objetos y paisajes que nos rodean, y real es, al menos para mí, algo tan social como la lengua. Podéis ver más aquí.



El componente en común de todas las fotos de Gudmunsson es que la imagen está muy vacía; la representación es muy simple, pero siempre hay un diálogo con algo; ese diálogo se hace muy a menudo con libros o con palabras que no se ven pero se evocan como en esta foto de una pareja en la playa. Y me parece una metáfora bonita para pensar en estas semanas en que venimos de grandes fiestas librescas (el día del libro, la Feria del Libro) y vamos hacia otra etapa muy letrada como el mes de junio, con la entrega de trabajos de fin de máster, escritura de exámenes, cierre de capítulos que hay que entregar... El más solitario de los lectores de este blog, sea quien sea, está acompañado siempre de sus palabras y, ahora que me está leyendo, está también acompañado de las mías. Yo creo en el abrigo del lenguaje y en la compañía de los libros; me sereno más en la palabra escrita que en la hablada. Por eso mi foto favorita de Gudmunsson podría ser esta: leña para calentar los pies, panes para alimentar el estómago y, de pecho a cabeza, libros, libros y libros. La foto se llama 'Montaña' pero yo la llamo 'Abrigo':



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