Qué trabajo cuesta remontar y empezar
de nuevo. Pero el tiempo pasa demasiado rápido como para perderlo quejándonos o
mirando hacia atrás.
Podrían haber sido más largas o más
intensas, pero... las vacaciones han acabado. Podemos conservarlas en el recuerdo
como alimento del motor para este tiempo de trabajo. O podemos tener en las
vacaciones un ancla pesada que no nos permite avanzar. De nosotros depende cómo encarar el tiempo de un curso nuevo.
Creo que a mis lectores y a mí nos
gusta el pasado para comprenderlo y disfrutarlo pero no para esclavizarnos a él,
¿verdad? Así que vamos a poner la vista al frente y nos vamos a preparar para
esta expedición que se abre hoy con el curso que empieza.
Quiero ir preparando contigo
pertrechos y provisiones. La mesa de despacho despejada, los lápices afilados,
la pluma con carga de tinta y una nueva libreta de trabajo; un hábito de
horario y el tejer diario de la rueda de la rutina. Yo propongo que hagamos el
sendero juntos: nos vamos a encontrar como mínimo una vez a la semana y vamos a charlar
sobre la historia de la lengua de otro tiempo a través de los ojos de este
tiempo nuestro de hoy.
No sé si la expedición que nos queda es
larga, no tengo claro cuál es el lugar donde está la meta. Sí conozco las
etapas, y no pienso quedarme sentada ni hacer el viaje sola. La propia marcha
de una jornada será el entrenamiento para levantarse y seguir al día siguiente.
En unos meses, antes de las siguientes vacaciones, sí podré mirar hacia atrás y
decir: yo hice ese camino.
En un manuscrito que estoy transcribiendo: "Quien adelante no mira atrás se halla" |
Buena expedición, mis queridos lectores,
y bienvenidos a un nuevo curso de Nosolodeyod.
3 comentarios:
Cuando leo tu entrada siento esa nostalgia de las cosas que acaban, a las que intento agarrarme para impedir que el tiempo pase.
Septiembre es un mes de muchos cambios, la luz adquiere nuevos matices y la naturaleza comienza su paso inexorable hacia la melancolía del otoño, que dará paso a la dureza del invierno. Reconozco que me gustaría parar el tiempo, inventarme una barita mágica con la que poder crear burbujas temporales y espaciales a la medida de mis deseos: que los momentos tan preciosos con amigos no acaben, que los niños no crezcan, que las personas a las que quiero no mueran..... Pero nada de esto está en mi mano: los momentos preciosos se acaban (tan de repente que casi pienso que han sido un sueño), los niños crecen y ya no son niños (aunque para una madre siempre lo sean) y las personas a las que quiero se mueren sin previo aviso. Ni siquiera yo soy la misma de ayer.
Lejos de aferrarme a todo esto, aprendo a soltar y me maravillo ante la vitalidad de lo nuevo, de la continua renovación que es la vida. Con la vista puesta en la meta y el ánimo de continuar hacia adelante. Hoy yo también hago mío el título de tu entrada, Lola: "Quien adelante no mira atrás se halla".
¡Qué bueno es tenerte de vuelta!
Flavia Souto.
Así es, Lola. Muchas ganas y pilas cargadas. Buen comienzo de curso.
Antonio
"La tarde todavía
dará incienso de oro a tu plegaria,
y quizás el cénit de un nuevo día
amenguará tu sombrs solitaria.
.................
Muy cerca está, romero,
la tierra verde y santa y florecida"
A. Machado (Del camino)
Maravilloso curso para todos, os deseo.
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