No sé si habéis visto alguna vez la letra de Rafael Lapesa. Es esta: pulcra, muy ordenada, con trazo estirado como si vocales y consonantes fueran personajes del Greco. Este texto me parece emocionante, destila la preocupación ética que debería ser propia de todo maestro (si pincháis en la foto lo podéis ver en grande, el contenido lo he transcrito aquí).
Desde hace unas semanas tengo la letra
de Lapesa, la real, escrita en la primera página de uno de mis libros. Las que
se llamaban antes librerías de lance deparan lances como estos. Alguien (sé
quién, pero este no es el sitio de hacer esas revelaciones) vende su biblioteca
de alumna de Filosofía y Letras.
Estudió en la Complutense y tuvo cierta
familiaridad con Lapesa, así que este le dedicó varios de sus libros. Yo
localizo algunos de esos ejemplares autografiados y compro, entre otros, el libro que contiene esta dedicatoria:
Esa estudiante de la Complutense se
llamaba, como yo, M.ª Dolores. Sé que no es verdad, pero yo me emociono
pensando que Lapesa me dedicó este ejemplar de Poetas y prosistas en 1977 a mí.
Como un personaje del Greco, pintado con una dimensión que quizá no tiene en la
realidad, este ejemplar se proyecta también fuera de su espacio, tiene su algo
de fantasmagoría y espero que me sirva para recordar los aspectos que deben ser
representativos en mi vida profesional. Deja tu comentario...
No sé si habéis visto alguna vez la letra de Rafael Lapesa. Es esta: pulcra, muy ordenada, con trazo estirado como si vocales y consonantes fueran personajes del Greco. Este texto me parece emocionante, destila la preocupación ética que debería ser propia de todo maestro (si pincháis en la foto lo podéis ver en grande, el contenido lo he transcrito aquí).
Desde hace unas semanas tengo la letra
de Lapesa, la real, escrita en la primera página de uno de mis libros. Las que
se llamaban antes librerías de lance deparan lances como estos. Alguien (sé
quién, pero este no es el sitio de hacer esas revelaciones) vende su biblioteca
de alumna de Filosofía y Letras.
Estudió en la Complutense y tuvo cierta
familiaridad con Lapesa, así que este le dedicó varios de sus libros. Yo
localizo algunos de esos ejemplares autografiados y compro, entre otros, el libro que contiene esta dedicatoria:
Esa estudiante de la Complutense se
llamaba, como yo, M.ª Dolores. Sé que no es verdad, pero yo me emociono
pensando que Lapesa me dedicó este ejemplar de Poetas y prosistas en 1977 a mí.
Como un personaje del Greco, pintado con una dimensión que quizá no tiene en la
realidad, este ejemplar se proyecta también fuera de su espacio, tiene su algo
de fantasmagoría y espero que me sirva para recordar los aspectos que deben ser
representativos en mi vida profesional. Deja tu comentario...
3 comentarios:
Precioso, Lola. Como preciosas son también las dedicatorias que te hizo su discípulo y tu maestro, Manolo Ariza, en sus libros.
Un abrazo
¡Gracias! Manolo me dejó muchas dedicatorias en separatas, muy simpáticas todas. Un abrazo también a ti.
Qué ejemplo de ética profesional y personal. A mí me emociona pensar en personas tan humanas, que intentaban siempre predicar con el ejemplo, ofreciendo siempre tanto y sin esperar nada a cambio. Parecen hombres de otro tiempo, casi remotos.
Pienso que, además, enseñar es un acto constante de amor, de darse al otro, como demuestran las letras de R. Lapesa.
Gracias por compartirlo.
Publicar un comentario
Closed