viernes, 5 de marzo de 2010

Por vos he de morir

La muerte del vos de respeto en el castellano peninsular se debió, como vemos en las clases de morfosintaxis histórica, a una depreciación de este pronombre de cortesía, que terminó siendo reemplazado por vuestra merced (y su herencia, usted) a lo largo de los Siglos de Oro. Un vos de familiaridad, ya no de respeto, se conservó en algunas zonas de América, entre ellas el Cono Sur del que procede nuestra Mafalda:
Son muchas las cuestiones relacionadas con la historia de los pronombres y fórmulas de cortesía en español: el desgaste fonético de vuestra merced, el uso de un ustedes plural no reverencial en zonas del mundo hispánico (entre ellas Andalucía Occidental, con sus ustedes vais), las diferencias entre y vos en las zonas de América en que aún se conserva la vieja forma medieval... Y junto a estos aspectos de evolución y reparto de formas, también hay que preguntarse por el lenguaje en uso: ¿cómo empleaban vos y (o usted y ) nuestros antepasados? ¿Tuteaban menos que nosotros? ¿Cómo trataban a sus profesores? En España, hace unos meses se planteó la posibilidad de restaurar el uso obligatorio de usted en las aulas de los colegios: ¿hemos sido testigos de un cambio lingüístico en ese ámbito? Te pido que indagues en tu propia historia familiar: ¿siempre los hijos han tuteado a los padres? Deja tu comentario (te tuteo, si me lo permites).

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La muerte del vos de respeto en el castellano peninsular se debió, como vemos en las clases de morfosintaxis histórica, a una depreciación de este pronombre de cortesía, que terminó siendo reemplazado por vuestra merced (y su herencia, usted) a lo largo de los Siglos de Oro. Un vos de familiaridad, ya no de respeto, se conservó en algunas zonas de América, entre ellas el Cono Sur del que procede nuestra Mafalda:
Son muchas las cuestiones relacionadas con la historia de los pronombres y fórmulas de cortesía en español: el desgaste fonético de vuestra merced, el uso de un ustedes plural no reverencial en zonas del mundo hispánico (entre ellas Andalucía Occidental, con sus ustedes vais), las diferencias entre y vos en las zonas de América en que aún se conserva la vieja forma medieval... Y junto a estos aspectos de evolución y reparto de formas, también hay que preguntarse por el lenguaje en uso: ¿cómo empleaban vos y (o usted y ) nuestros antepasados? ¿Tuteaban menos que nosotros? ¿Cómo trataban a sus profesores? En España, hace unos meses se planteó la posibilidad de restaurar el uso obligatorio de usted en las aulas de los colegios: ¿hemos sido testigos de un cambio lingüístico en ese ámbito? Te pido que indagues en tu propia historia familiar: ¿siempre los hijos han tuteado a los padres? Deja tu comentario (te tuteo, si me lo permites).

5 comentarios:

Al norte de los nortes dijo...

Yo todavía me dirijo de "usted" a mi abuela, supongo que ser de una zona rural y una persona de costumbres bastante conservadoras incide en el mantenimiento de esta costumbre, hoy en día tampoco usual: de llamar a las abuelas de "usted". De hijos a padres salía en Cuéntame, pero tengo entendido que era una costumbre rural. También he leído algo sobre que en la II república se impuso el tuteo. Y por otro colado me pregunto si esto tiene alguna relación con esa costumbre de los hispanoamericanos de llamar a sus padre: "mi papá" que tanto nos chirría a los españoles. un saludo

Lola Pons dijo...

Pero eso último que me mencionas no me extraña en cambio nada: en la comarca del Aljarafe sevillano, de la que procedo, también te encuentras "mi papá" y "mi mamá" masivamente entre niños y adultos para referirse a sus padres en tercera persona: "Mi papá trabajaba en el campo" dicho por un sexagenario, que quizá, trataba de usted a su padre en la interlocución directa. Gracias por el comentario.

Amparo Kreysa dijo...

Tengo entendido que la utilización de "mi papá" o "mi mamá" es producto del abuso de las expresiones "padre" y "madre" con intención insultante.
No sé si es cierto, pero no me extrañaría nada.

Verónica Ruscio dijo...

Lola, como recordarás, soy argentina y uso el dialecto rioplatense: hablo, al igual que mis coterráneos, con el pronombre vos, que usamos en lugar del tú.

Aquí tratamos de usted a los ancianos. También, según el caso y el grado de escolaridad del hablante, a los médicos y abogados (más que a otras profesiones).

Entre esposos, se acostumbra el vos, pero conozco un caso extraño: mi marido se trataba de usted con su exesposa y esto era incomprendido por toda la familia de él porque, según me lo expresaron, ese tratamiento presentaba en la comunicación una distancia inconcebible entre dos que se quieren.

No entiendo a qué se refieren con «papá». Aquí, al menos en la ciudad de Buenos Aires, es común. De hecho, llamar «padre» y «madre» suena algo afectado y formal.

Agrego una nota de color. Hace años trabajé en el Ejército Argentino como correctora de textos. El ámbito castrense es muy particular y está regido por la jerarquía. Allí observé que los superiores podían tratar de usted o de vos a los subalternos, pero no al revés. Los subalternos solo pueden tratar de usted a sus superiores; emplear el vos es tomado como gesto irreverente, como falta de respeto.

Hace poco, hablando sobre dialectos y su reflejo en la escritura en mi clase de taller literario, un alumno venezolano me comentó que otros países el voseo tiene una connotación negativa. Lo sienten demasiado intimista, algo irrespetuoso, como si acortara con imprudencia las distancias entre los hablantes. Me dejó pensando y me pregunto cómo lo ven allá en España.

¡Saludos!

Lola Pons dijo...

Hola Verónica
Como sabes, aquí en España no usamos "vos" y nos recuerda a los personajes argentinos de los chistes o de algunas series de televisión. Decimos "papá" y "mamá" para el vocativo a los padres,pero cuando hablamos de ellos decimos "mi padre" o "mi padre" salvo en algunos pueblos andaluces como el de mi madre, en Sevilla, donde dicen, como en América "mi mamá" y "mi papá". Eso suena para el resto de los hablantes a habla infantil. Por lo demás, lo general es tutear dentro de la familia, aunque hay quien recuerda todavía cómo su madre llamaba de usted a la abuela y cosas así. Llevaba tiempo sin verte por aquí, Verónica. ¡Me alegra tu visita!

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