viernes, 4 de diciembre de 2009

Las Glosas Silenses en Sevilla

En 1878, un librero de París saca a subasta una colección de 55 manuscritos procedentes de un monasterio español, Santo Domingo de Silos. La desamortización del monasterio burgalés había desencadenado su expolio y la salida de los manuscritos.
El poeta parnasiano Leconte de Lisle, bibliotecario estatal, asesora al su gobierno francés para que adquiera alguna de las piezas, otras son compradas por el estado británico y se embarcan al Reino Unido para ser guardadas en la British Library. Desde 1878 el códice de Santo Domingo de Silos que contiene las Glosas Silenses, ese testimonio temprano de romance, posiblemente del siglo XI, está en Londres. La primera vez que ese códice volvió de Londres a España fue en 1992, cuando las Glosas se trajeron a Sevilla para ser exhibidas en el Pabellón de Castilla y León de la Expo 92.
Unas cosas se van, otras se vienen. En 1880, el monasterio se recupera como enclave religioso benedictino y los monjes plantan un ciprés en el patio del claustro; el árbol se convierte en símbolo del lugar al dedicarle el poeta Gerardo Diego en 1924 su famoso soneto:

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño;

flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi, señero, dulce firme,

qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,

ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
Un recorrido geográfico de Burgos a París, de París a Londres, de Londres a Sevilla. En vísperas de puente, valga como deseo de buen viaje a quienes se vayan fuera. Y, para el que se haya perdido en la explicación sobre las Glosas en clase: http://www.vallenajerilla.com/glosas/lenguasromances.htm
Y ahora, si quieres, deja tu comentario...
Leer más
En 1878, un librero de París saca a subasta una colección de 55 manuscritos procedentes de un monasterio español, Santo Domingo de Silos. La desamortización del monasterio burgalés había desencadenado su expolio y la salida de los manuscritos.
El poeta parnasiano Leconte de Lisle, bibliotecario estatal, asesora al su gobierno francés para que adquiera alguna de las piezas, otras son compradas por el estado británico y se embarcan al Reino Unido para ser guardadas en la British Library. Desde 1878 el códice de Santo Domingo de Silos que contiene las Glosas Silenses, ese testimonio temprano de romance, posiblemente del siglo XI, está en Londres. La primera vez que ese códice volvió de Londres a España fue en 1992, cuando las Glosas se trajeron a Sevilla para ser exhibidas en el Pabellón de Castilla y León de la Expo 92.
Unas cosas se van, otras se vienen. En 1880, el monasterio se recupera como enclave religioso benedictino y los monjes plantan un ciprés en el patio del claustro; el árbol se convierte en símbolo del lugar al dedicarle el poeta Gerardo Diego en 1924 su famoso soneto:

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño;

flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi, señero, dulce firme,

qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,

ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
Un recorrido geográfico de Burgos a París, de París a Londres, de Londres a Sevilla. En vísperas de puente, valga como deseo de buen viaje a quienes se vayan fuera. Y, para el que se haya perdido en la explicación sobre las Glosas en clase: http://www.vallenajerilla.com/glosas/lenguasromances.htm
Y ahora, si quieres, deja tu comentario...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

que quiere decir asi?

Publicar un comentario

Closed