La vida últimamente, con sus pantallas dentro y sus mascarillas fuera va dejando lecciones, que cada uno aprende según su capacidad. Como todos, yo he tenido mis etapas en estas semanas: días de mayor silencio, días de quietud y días de inquietud. Sin ninguna gana de que la rueda empiece a girar demasiado rápido, hecha ya a escribir y dar clases en estas circunstancias, me fui viendo de nuevo acompañada por las cosas que trufaban también antes mi rutina. Y os dejo algunas de ellas por aquí:
1. Escribir. Dicen que es una actividad terapéutica, yo no tengo tal sensación, pero me gusta crear y, en mi mundo, escribir está ligado a unas formas agradables: empezar en papel, repasar, dejar descansar los textos. En estas semanas hablé de los futuros que nos vienen por delante y del presente como regalo en esta tribuna de El País y de palabras que el castellano medieval no tuvo me ocupé por aquí, en Verne.
2. Leer. He vuelto a leer cartas, me encantan los epistolarios y últimamente han caído las cartas de Pardo Bazán a Galdós: Miquiño mío, editado por Turner. Es un epistolario entretenido, están solo las cartas de ella a él y son en general misivas cortas, pero tiene retazos de interés y el mundo vigilado del XIX sobre el que Pardo Bazán zapateaba con libertad. Qué grande.
3. Organizar. Aproveché estas semanas para actualizar y ordenar las publicaciones que tengo expuestas en mi página web. Acaba de salir el prólogo que escribí este verano a la edición revisada del libro de Amado Alonso Estudios lingüísticos. Temas españoles. La ha publicado la editorial andaluza Athenaica con la editorial de la Universidad de Sevilla. De momento el libro está solo en formato digital y en unas semanas estará en papel. Os dejo los datos por aquí por si lo queréis pedir para las bibliotecas de vuestros centros o ver la muestra en pdf que se ofrece para descarga y en la que figura mi prólogo. Amado Alonso fue un personaje fundamental en la filología hispánica del medio siglo; de su azarosa vida y de cierto cuadro viajero escribí hace tiempo aquí.
Nos volvemos a ver por el blog. Os deseo mucha salud y serenidad a todos. Repito lo de la serenidad, porque hay quien no ha aprendido ni con esta lección.
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