viernes, 31 de mayo de 2019

Instantáneas #45. Mayo 2019


Cuando los trigos encañan, por mayo, fui reuniendo muchas imágenes en la retina. Muestro algunas de ellas en esta entrada:
1. Me invitaron a participar en la IV Conferencia de Mecenas de la Universidad de Sevilla, organizada por el Consejo Social, institución dirigida por D.ª Concha Yoldi. Esta cita, dirigida al empresariado y al sector de las fundaciones, estaba este curso enfocada hacia las oportunidades de colaboración con las disciplinas humanísticas. Pude hablar de traducción, patrimonio, responsabilidad social corporativa y terminología en una agradable sesión presidida por el rector y el alcalde de Sevilla. 
2. Sigue abierto el plazo para inscribirse en el Curso de Formación para Profesores de Español como L2. Pongo aquí de nuevo el enlace, porque creo que en la información difundida anteriormente el enlace daba error. El curso es una oportunidad formativa de tipo generalista muy interesante; nunca está de más tener en el CV un diploma que te dé argumentos para trabajar en un sector que no para de crecer: el de la enseñanza de español para extranjeros.
3. En mayo publiqué en El País un texto sobre la necesidad de repensar a qué llamamos dialecto. Yo hablo dialecto y tú que lees esto también hablas dialecto. 

4. Y, por último, aunque lo tengo fresco en el recuerdo, un viaje a Italia. Ir a Italia es llenarse de buen gusto y belleza. Esta vez pude visitar la zona de la Tuscia, que yo no conocía, para dar un par de sesiones de clase en Viterbo, en un claustro medieval y ante alumnos y compañeros atentísimos. Agradezco mucho la invitación a las clases. Y luego está lo que queda fuera de la clase: una mesa y una comida italiana con compañeros, las calles de la ciudad medieval más grande que jamás vi, reconocerme como mediterránea, encarnar a mis lectores extranjeros... y esas cosas que dan sentido a seguir escribiendo textos y estudiando.
Me despido. En junio tengo una cita importante, ya os la contaré cuando la emoción y los nervios se me asienten.

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Cuando los trigos encañan, por mayo, fui reuniendo muchas imágenes en la retina. Muestro algunas de ellas en esta entrada:
1. Me invitaron a participar en la IV Conferencia de Mecenas de la Universidad de Sevilla, organizada por el Consejo Social, institución dirigida por D.ª Concha Yoldi. Esta cita, dirigida al empresariado y al sector de las fundaciones, estaba este curso enfocada hacia las oportunidades de colaboración con las disciplinas humanísticas. Pude hablar de traducción, patrimonio, responsabilidad social corporativa y terminología en una agradable sesión presidida por el rector y el alcalde de Sevilla. 
2. Sigue abierto el plazo para inscribirse en el Curso de Formación para Profesores de Español como L2. Pongo aquí de nuevo el enlace, porque creo que en la información difundida anteriormente el enlace daba error. El curso es una oportunidad formativa de tipo generalista muy interesante; nunca está de más tener en el CV un diploma que te dé argumentos para trabajar en un sector que no para de crecer: el de la enseñanza de español para extranjeros.
3. En mayo publiqué en El País un texto sobre la necesidad de repensar a qué llamamos dialecto. Yo hablo dialecto y tú que lees esto también hablas dialecto. 

4. Y, por último, aunque lo tengo fresco en el recuerdo, un viaje a Italia. Ir a Italia es llenarse de buen gusto y belleza. Esta vez pude visitar la zona de la Tuscia, que yo no conocía, para dar un par de sesiones de clase en Viterbo, en un claustro medieval y ante alumnos y compañeros atentísimos. Agradezco mucho la invitación a las clases. Y luego está lo que queda fuera de la clase: una mesa y una comida italiana con compañeros, las calles de la ciudad medieval más grande que jamás vi, reconocerme como mediterránea, encarnar a mis lectores extranjeros... y esas cosas que dan sentido a seguir escribiendo textos y estudiando.
Me despido. En junio tengo una cita importante, ya os la contaré cuando la emoción y los nervios se me asienten.

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