TFG,
TFM... son horribles esas siglas, pero en España nos hemos hecho a ellas porque
con la reforma de Bolonia se hacen obligatoriamente trabajos de fin de grado
(TFG) y al terminar los másteres se hacen trabajos de fin de máster (TFM).
Después de años dirigiendo trabajos de este tipo y juzgándolos en tribunales me
permito hacer públicas algunas recomendaciones a los alumnos que emprenden este
camino con la intención de superar a esa sigla a final de curso. Como tutora,
suelo organizar la dirección de mis alumnos así:
1. Elegimos tema. Normalmente
pregunto al alumno qué NO le gusta y en qué asignaturas se ha desenvuelto
mejor; a partir de ahí, consensuamos uno o dos temas y pido al alumno que lea un
par de referencias de bibliografía para que se cerciore de que está en sintonía
con el objeto de estudio.
2. Temporalizamos: a quienes empiezan a investigar les recomiendo que comiencen reservando una tarde, mañana o un día completo de su
semana al trabajo. Siempre las mismas horas, siempre los mismos días, al menos
al principio. Tratar la investigación como una cita ineludible da constancia y
ayuda a irse centrando. Con mis dirigidos suelo fijar un cronograma (aunque no siempre se
cumpla...) de manera que el trabajo esté listo para su revisión final con suficiente antelación.
3. Organizamos el trabajo: normalmente
se pasa por estas fases: 1.leer la bibliografía (esto va desde que comienzas hasta
que estás a punto de depositar); 2.fijar el tema; 3.preparar el índice; 4.empezar a
redactar. En mi opinión lo más difícil es preparar el índice: desglosado en
epígrafes y subepígrafes, con indicación de cuántas páginas te va a ocupar cada
parte y de la bibliografía que mencionarás en cada una de ellas.
4. Preparamos archivos: haz en tu
ordenador una carpeta con cuatro archivos de Word: 1) lista de bibliografía
(marca de un color la leída y de otro la que está por leer); 2) diario de
trabajo (lo que haces en cada una de esas sesiones semanales en torno al tema,
así no te olvidas de una semana a otra, hay quien prefiere llevar esto en un cuaderno a propósito); 3) citas sacadas de la bibliografía;
4) trabajo redactado. Para no liarte con versiones ponle estos nombres: bibliografía / trabajo / citas de interes /
apellidos_Nombre_TFM. Esta última
es la versión que debes ir enviando o pasando a tu tutor. Lo que él te corrija
ha de ir a otra carpeta... algún alumno mío ha terminado depositando una
versión de su trabajo previa por liarse con los archivos.
5. Optimizamos el tiempo de
corrección: intenta que tu tutor no pierda el tiempo corrigiéndote erratas;
entrega tus sucesivas versiones con la lista de bibliografía que te has leído
(recuerda que solo has de poner aquello que cites), pon
números de página a tu archivo... El tiempo de los profesores es limitado, y si pasamos el
rato corrigiéndote detalles de forma, pierdes la posibilidad de que atendamos con
detalle al fondo.
6. Cuidamos la última versión: no
seas cutre y haz las cosas bien. Maqueta bien, sangra párrafos, pon
encabezamientos de página. Permítete saborear el caramelo y que los demás lo
lean con agrado.
7. Preparamos la defensa oral: ve a otras
defensas (¡muy recomendable!) y ensaya en casa la tuya.
Por
lo demás, échale tiempo y pega el trasero a la silla para trabajar. Como sabiamente
me decía alguien hace poco: la investigación no es tanto cuestión de cabeza
sino de... Termina la frase, deja tu comentario.
TFG,
TFM... son horribles esas siglas, pero en España nos hemos hecho a ellas porque
con la reforma de Bolonia se hacen obligatoriamente trabajos de fin de grado
(TFG) y al terminar los másteres se hacen trabajos de fin de máster (TFM).
Después de años dirigiendo trabajos de este tipo y juzgándolos en tribunales me
permito hacer públicas algunas recomendaciones a los alumnos que emprenden este
camino con la intención de superar a esa sigla a final de curso. Como tutora,
suelo organizar la dirección de mis alumnos así:
1. Elegimos tema. Normalmente
pregunto al alumno qué NO le gusta y en qué asignaturas se ha desenvuelto
mejor; a partir de ahí, consensuamos uno o dos temas y pido al alumno que lea un
par de referencias de bibliografía para que se cerciore de que está en sintonía
con el objeto de estudio.
2. Temporalizamos: a quienes empiezan a investigar les recomiendo que comiencen reservando una tarde, mañana o un día completo de su
semana al trabajo. Siempre las mismas horas, siempre los mismos días, al menos
al principio. Tratar la investigación como una cita ineludible da constancia y
ayuda a irse centrando. Con mis dirigidos suelo fijar un cronograma (aunque no siempre se
cumpla...) de manera que el trabajo esté listo para su revisión final con suficiente antelación.
3. Organizamos el trabajo: normalmente
se pasa por estas fases: 1.leer la bibliografía (esto va desde que comienzas hasta
que estás a punto de depositar); 2.fijar el tema; 3.preparar el índice; 4.empezar a
redactar. En mi opinión lo más difícil es preparar el índice: desglosado en
epígrafes y subepígrafes, con indicación de cuántas páginas te va a ocupar cada
parte y de la bibliografía que mencionarás en cada una de ellas.
4. Preparamos archivos: haz en tu
ordenador una carpeta con cuatro archivos de Word: 1) lista de bibliografía
(marca de un color la leída y de otro la que está por leer); 2) diario de
trabajo (lo que haces en cada una de esas sesiones semanales en torno al tema,
así no te olvidas de una semana a otra, hay quien prefiere llevar esto en un cuaderno a propósito); 3) citas sacadas de la bibliografía;
4) trabajo redactado. Para no liarte con versiones ponle estos nombres: bibliografía / trabajo / citas de interes /
apellidos_Nombre_TFM. Esta última
es la versión que debes ir enviando o pasando a tu tutor. Lo que él te corrija
ha de ir a otra carpeta... algún alumno mío ha terminado depositando una
versión de su trabajo previa por liarse con los archivos.
5. Optimizamos el tiempo de
corrección: intenta que tu tutor no pierda el tiempo corrigiéndote erratas;
entrega tus sucesivas versiones con la lista de bibliografía que te has leído
(recuerda que solo has de poner aquello que cites), pon
números de página a tu archivo... El tiempo de los profesores es limitado, y si pasamos el
rato corrigiéndote detalles de forma, pierdes la posibilidad de que atendamos con
detalle al fondo.
6. Cuidamos la última versión: no
seas cutre y haz las cosas bien. Maqueta bien, sangra párrafos, pon
encabezamientos de página. Permítete saborear el caramelo y que los demás lo
lean con agrado.
7. Preparamos la defensa oral: ve a otras
defensas (¡muy recomendable!) y ensaya en casa la tuya.
Por
lo demás, échale tiempo y pega el trasero a la silla para trabajar. Como sabiamente
me decía alguien hace poco: la investigación no es tanto cuestión de cabeza
sino de... Termina la frase, deja tu comentario.
7 comentarios:
Siempre tenemos miedo a no ser capaces de las cosas porque no somos cerebritos o nos consideramos más mediocres que brillantes. Sin embargo, yo creo que lo único necesario para ser bueno en algo y ser capaces de ello (si Dios no nos bendice con una mente de matriculas de honor) es la constancia y la originalidad, esas dos tienen que ser nuestras metas y nuestras herramientas.
Anabel A.
Sin ánimo de ser ofensiva (antes al contrario) la diferencia entre los alumnos de cuando yo estudiaba y los actuales es que antes nos creíamos muy listos, y a los de ahora alguien les ha dicho que no lo son... y se lo han creído.
El esfuerzo es el único camino hacia el éxito; no creo que nadie haya logrado jamás una meta digna (ni futbolista, ni profe universitario ni peluquero NADIE) sin haberse currado el camino.
Así que, Anabel, adelante y mucho trabajo. Gracias por tu comentario.
Trabajo, constancia y sacrificio. Sin duda, las claves del éxito. Guardo un buen recuerdo de mi TFM y el resultado fue fantástico porque lo preparamos con antelación y sin agobios. Desde aquí quiero darte las gracias Lola. Fue un auténtico placer contar contigo como directora de TFM. Un abrazo.
sino de confianza, tanto en uno mismo, en sus conocimientos, como en quien dirige tu TFM. Seguir al pie de la letra, pero críticamente, las recomendaciones y hasta órdenes de tu tutora es fundamental. A veces somos ciegos ante nuestos errores. Yo me alegro de que Catalina Fuentes me dirigiera y fuera persistente en algunos detalles. Sin ella no hubiera podido terminar un trabajo que creo bastante aceptable (bueno diría, si no pecara de soberbia)
Un saludo.
Me encanta tu blog y este artículo! Afortunadamente ya llegué a superar tanto el TFG (en Alemania) como el TFM (en la Universidad de Sevilla). Este camino me llevó al doctorado en Filología Alemana. Por lo tanto me encantaría leer una entrada con algunas recomendaciones útiles para la tesis doctoral en cuanto a preparaciones de archivos y optimización de tiempo. Muchas gracias. Un saludo
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