Di
mi primera clase universitaria en 1999, y estaba tan nerviosa que no sé cómo
pude llegar al final. Mañana doy la primera clase de este curso de la
asignatura Historia del español II, que
más o menos abarca desde el siglo XIII hasta... donde podamos, y confieso que,
como siempre, aunque no tanto como aquella primera vez, vuelvo a estar nerviosa
imaginándome cómo serán esos alumnos que aún no tengo, los alumnos de mañana.
A
algunos de mis alumnos de ayer, los de otros cursos, los he vuelto a ver: a veces sonrío al topármelos en la
tele, leerlos en la prensa, encontrármelos en los institutos o escucharlos en la
radio. A otros nos los volví a ver nunca, pero los recuerdo. A otros los he
olvidado: es parte de ese juego de barrer y hacer nuevos estratos que llamamos
memoria.
- Yo
tuve a un alumno que escribía poniendo en los encabezamientos una cruz (+)
arriba y centrada, como en las cartas manuscritas que tantas veces he trabajado
y que yo pensé que enterraban en ellas mismas ese hábito gráfico.
- Di
clase a una alumna norteamericana (apellidada, muy llamativamente Levy) que era
nieta de una judía sefardita. Fue su abuela la que le enseñó las primeras
nociones de español que tuvo, y que luego consolidó en la escuela.
- Fui la profesora de alumnos que quisieron embarcarse en la aventura de representar el Auto
de los Reyes Magos o el Cid, sin promesa
de recompensa alguna. Algunos suspendieron la materia, o no se presentaron,
pero posiblemente aprendieron mucho más en los ensayos de esas obras que con mis
clases.
Y
digo esto para que veáis que, cada uno a su manera, los alumnos universitarios
me han dado muchos recuerdos agradables a cambio de las clases que yo les di. ¿Hay alguno de mis alumnos, de ayer o de mañana, por aquí? Deja tu comentario...
Di
mi primera clase universitaria en 1999, y estaba tan nerviosa que no sé cómo
pude llegar al final. Mañana doy la primera clase de este curso de la
asignatura Historia del español II, que
más o menos abarca desde el siglo XIII hasta... donde podamos, y confieso que,
como siempre, aunque no tanto como aquella primera vez, vuelvo a estar nerviosa
imaginándome cómo serán esos alumnos que aún no tengo, los alumnos de mañana.
A
algunos de mis alumnos de ayer, los de otros cursos, los he vuelto a ver: a veces sonrío al topármelos en la
tele, leerlos en la prensa, encontrármelos en los institutos o escucharlos en la
radio. A otros nos los volví a ver nunca, pero los recuerdo. A otros los he
olvidado: es parte de ese juego de barrer y hacer nuevos estratos que llamamos
memoria.
- Yo
tuve a un alumno que escribía poniendo en los encabezamientos una cruz (+)
arriba y centrada, como en las cartas manuscritas que tantas veces he trabajado
y que yo pensé que enterraban en ellas mismas ese hábito gráfico.
- Di
clase a una alumna norteamericana (apellidada, muy llamativamente Levy) que era
nieta de una judía sefardita. Fue su abuela la que le enseñó las primeras
nociones de español que tuvo, y que luego consolidó en la escuela.
- Fui la profesora de alumnos que quisieron embarcarse en la aventura de representar el Auto
de los Reyes Magos o el Cid, sin promesa
de recompensa alguna. Algunos suspendieron la materia, o no se presentaron,
pero posiblemente aprendieron mucho más en los ensayos de esas obras que con mis
clases.
Y
digo esto para que veáis que, cada uno a su manera, los alumnos universitarios
me han dado muchos recuerdos agradables a cambio de las clases que yo les di. ¿Hay alguno de mis alumnos, de ayer o de mañana, por aquí? Deja tu comentario...
14 comentarios:
La profesora que tendré mañana... también la espero.
Ups!
Yo fui, soy y seré siempre un alumno. Nunca aprendí tanto como desde que me dedico a la enseñanza.
Y a este otro lo que le gustaría es ser tu alumno, en caso de vivir en Sevilla. Todavía voy por el latín, pero hago incursiones en la historia de nuestra lengua,claro.Encontré la antología de la prosa medieval de Manuel Ariza y Ninfa Criado y me encanta. Espero que hayas tenido un día radiante.Abrazos, de nuevo, Lola.
Aprendiendo, siempre aprendiendo. En eso seguimos. Saludos!
A mí también me encantaría ser tu alumna. Ya soy licenciada en Filología Hispánica pero iría a tus clases feliz. ¡Que tengas mucha suerte!
Gracias por saber usar las presentaciones de PowerPoint. Encantada desde t=-∞.
Fdo.:Comité de actividades inmorales.
Mmm... Me escribe un comité de actividades inmorales... Siento una mezcla de inquietud y complicidad.:)
Nunca fui tu alumna directamente aunque soy de las de ayer :) pero compartí contigo aprendizajes en ensayos y codirigiendo a los Reyes y al Cid. En esas aulas viví de todo. Todo lo bonito me lo llevé y me acompaña en mi mochilita de vida :)
Ahora habito otras aulas, otros pasillos, piso otras maderas y tablas y vivo en ensayos permanentes con un puñado de textos y personajes a los que prestarles mi cuerpo y mi voz.
Pero os llevo conmigo en este nuevo camino.
Un abrazo enorme.
Elena V.
Yo estuve de Séneca en la US, me suspendiste tu asignatura ( no pude asistir a tus clases porque me coincidían con las de Cano Aguilar) y luego me ayudaste a aprobar. Ojalá hubiera podido asistir y que pudieras ver que era muy buena alumna. De 8 para arriba. Pero a veces las cosas se presentan complicadas ( es una espinita que llevo todavía). Ahora soy profe en un cole y pronto seré mamá. Gracias por ayudarme. Un abrazo
Yo fui alumna tuya allá por 2008/09, Historia de la Lengua. Suspendí el curso anterior con Manuel Ariza (siempre me ponía 4, "está bien, pero te falta un poquito", me decía), y quise probar con Cano. Y la sorpresa es que al final nos diste clase tú, una agradable sorpresa, disfruté mucho tus clases.
Hola Conchi, hola Leticia. Me acuerdo de vosotras, claro. Espero que todo os vaya bien; mucha salud oara ti y para tu futuro bebé, Leticia. Nos vemos por el blog.
Yo soy de las alumnas de ayer, y no he podido aprender mas que en tus clases como en las representaciones tanto del Cid como en El Auto de los Reyes Magos. Un honor haber sido tu alumna.
Muchas gracias.
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