lunes, 15 de abril de 2013

La culpa es de los sobres

Se escribía la carta, se doblaba el papel sobre sí mismo y, una vez plegado, se ponía el nombre del destinatario en una de las caras exteriores. Cuando desdoblabas la carta, podías ver la dirección donde te la habían mandado justo en un trozo del reverso, como en la imagen. 
Hoy los sobres se toman como imagen de la corruptela, el vehículo del dinero sucio e ilegal. ¡La culpa es de los sobres! Pero antes no había sobresSobre era solo la preposición que componía la palabra sobrescrito, forma de designar a los datos de destinatario incluidos en el exterior del pliego en esa etapa prefilatélica. 
Desde el siglo XIX circuló ya el invento nuevo de vestir la carta con una especie de envoltorio, por eso en francés es enveloppe. En español se popularizó el acortamiento sobrescrito = sobre por el que la preposición sobre dio lugar al sustantivo sobre que usamos hoy para meter nuestras cartas.
Aquí se juntan dos vectores vinculados a la Historia de la Lengua, el de la historia de las técnicas de escritura y el de los lenguajes especializados, como el del correo. Y esto lo cuenta la compañera de la Universidad de Barcelona Gloria Clavería en su trabajo “Notas lexicográficas y lexicológicas en torno a sobre (sustantivo) y sobrescrito"Moenia 7, 343-370. Un artículo de la misma autora sobre un tema relacionado puede leerse aquí
¿Has recibido cartas como las de antes, que siempre se encabezaban con una cruz en el centro de la primera línea? ¿Qué aspecto del lenguaje epistolar te parece lingüísticamente más interesante? Estimado lector: por la presente te ruego escribas un comentario.
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Se escribía la carta, se doblaba el papel sobre sí mismo y, una vez plegado, se ponía el nombre del destinatario en una de las caras exteriores. Cuando desdoblabas la carta, podías ver la dirección donde te la habían mandado justo en un trozo del reverso, como en la imagen. 
Hoy los sobres se toman como imagen de la corruptela, el vehículo del dinero sucio e ilegal. ¡La culpa es de los sobres! Pero antes no había sobresSobre era solo la preposición que componía la palabra sobrescrito, forma de designar a los datos de destinatario incluidos en el exterior del pliego en esa etapa prefilatélica. 
Desde el siglo XIX circuló ya el invento nuevo de vestir la carta con una especie de envoltorio, por eso en francés es enveloppe. En español se popularizó el acortamiento sobrescrito = sobre por el que la preposición sobre dio lugar al sustantivo sobre que usamos hoy para meter nuestras cartas.
Aquí se juntan dos vectores vinculados a la Historia de la Lengua, el de la historia de las técnicas de escritura y el de los lenguajes especializados, como el del correo. Y esto lo cuenta la compañera de la Universidad de Barcelona Gloria Clavería en su trabajo “Notas lexicográficas y lexicológicas en torno a sobre (sustantivo) y sobrescrito"Moenia 7, 343-370. Un artículo de la misma autora sobre un tema relacionado puede leerse aquí
¿Has recibido cartas como las de antes, que siempre se encabezaban con una cruz en el centro de la primera línea? ¿Qué aspecto del lenguaje epistolar te parece lingüísticamente más interesante? Estimado lector: por la presente te ruego escribas un comentario.

3 comentarios:

Antonio dijo...

De nuevo vuelvo a aprender algo interesante en el blog.
Esta entrada me invita a plantearme cuántos testimonios valiosos para la Historia de la Lengua habrá aportado la correspondencia privada conservada. Hoy los mensajes desaparecen con un solo clic en la opción "eliminar" de nuestro gestor de correo. Te invito a hacer una especie de prolepsis filológica, Lola, ¿qué recursos crees que se utilizarán en el futuro para estudiar la lengua de hoy?

Lola Pons dijo...

Hola Antonio
¿Para estudiar la lengua actual? Supongo que quedará recogida en corpus,que se podrán transcribir y visualizar (transcripciones de TV, ya hay alguna de Gran Hermano, por ejemplo). Claro, se perderán muchos correos-e, como se han perdido cientos de textos almacenados en soportes aparentemente más sólidos que el papel, pero que han resultado ser más efímeros (disquetes, discos blandos de la primera etapa informática...). Parte de esto es lo que se llama "literatura gris" y hay quienes se encargan de estudiarla, aunque no con fines lingüísticos.

jaramos.g dijo...

Curioso e interesante. Como mi antecesor en los comentarios, siempre aprendo aquí. Quisiera añadir una anécdota. Cuando yo era pequeño (¡ya hace!), oía hablar a mi padre de unos sobres que a algunos compañeros empleados el jefe les pasaba por debajo de la mesa a fin de mes. En mi casa, pues, la palabra "sobre" se convirtió en símbolo de injusticia, de privilegio, de desigualdad... Como sabemos, cada uno carga ciertas palabras de retazos de su vida singular. Salud(os).

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