Con ánimo de investigación filológica esta semana he
visitado la Feria de abril. Hace un buen
tiempo de feria: soleado, agradable y con algo de brisa. Es también un momento
ideal para hablar del genitivo en latín, un tema que no para de comentarse en
las casetas, como se puede deducir del nombre de esta, sita en la calle Ricardo
Bombita (las calles de la Feria tienen nombre de torero): Domus Romanorum o 'casa de los romanos'.
ROMANORUM
es genitivo plural en latín, una lengua con casos, donde la terminación de las
palabras definía su papel sintáctico. Tal sistema se perdió en la génesis de
las lenguas romances, que reemplazaron generalmente casos por preposiciones,
por ejemplo, en lugar del genitivo empleamos estructuras con de: FERIA APRILIS
se hubiera llamado en latín lo que es hoy Feria de abril.
En esta foto estoy reflexionando en la Feria sobre el latín vulgar |
Y no solo hemos barrido el sistema de casos, hemos perdido otras cosas
latinas. También tema recurrente sobre el que se conversa en el albero
sevillano es la pérdida léxica ocurrida en latín vulgar. Pensemos que hoy ya no
decimos DOMUS sino casa. DOMUS era la palabra convencional para ‘casa’ en
latín, mientras que CASA era una construcción menos elaborada: una cabaña (¡o una caseta de la Feria!, al fin y al cabo las casetas son estructuras
efímeras) eran CASAS en latín. En un fenómeno típico del latín vulgar, este par
léxico se redistribuyó de forma que se hizo forma general justamente la palabra
que aludía a la realidad menos refinada, perdiéndose la otra. Así, DOMUS no ha
dejado herencia en español, más allá de algún derivado.
Los cambios lingüísticos sobrevenidos
en latín vulgar inquietan mucho en mi ciudad; como pude comprobar en la Feria, unos
bailan sevillanas para celebrar el triunfo de las preposiciones en tanto que
otros pasean a caballo por ver si hallan un resto de caso locativo en alguna
esquina. Luego están quienes se encuentran
anclados en el pasado, como los de DOMUS ROMANORUM o como muchos otros que se encuentran fuera de la Feria. Deja tu
comentario y olé.
8 comentarios:
Interesante "trabajo de campo" en el campus ferial. Y no menos iteresante e instructiva explicación. Sin tener grandes conocimientos de latín, me asalta una duda: ¿la construcción latina "fetén" no sería la inversa, o sea, "romanorum domus"? Felicidades por este blog tuyo, que sigo desde hace un tiempo. Salud(os).
FERIA.Dicc.Autoridades:"Qualquiera de los dias de la semana,, excepto el Sábado y el Domingo. Llámase asi por disposición de San Sylvestre Papa: y se dice Feria segunda el lunes, Feria tercera el martes,&c." Pues eso es lo que siempre entendí: para mi el descanso y suspensión del trabajo puede ocurrir cada lunes o cada martes. Y no porque yo haya sido un bohemio, sino por guía papal. Cuando me encuentro con más fuerza para trabajar son los dias de fiesta, quién sabe si para tapar la falta de comercio en ellos. En las ferias, como tu, me puedo encontrar tan ricamente reflexionando sobre el latín vulgar, o cosas así. Muchas veces creí que era un poco raro, aunque, también, yo mismo. Gracias a tu foto y tu comentario, me encuentro reforzado. Gracias
Las ferias eran las celebraciones no religiosas, ya que las religiosas eran fiestas ("Santificarás las fiestas"). La gracia de la Feria de Sevilla es que es una fiesta completamente ajena a lo religioso, y, en cambio, absolutamente tradicional.
JA Ramos, el orden latino típico cuando había adjetivos junto al nombre era la anteposición del adjetivo; el genitivo gozaba de libertad de posición, en cambio.
Vale, quedo enterado, mi duda se ha disipado. Gracias. No sé si has visto que a dos artículos anteriores ("Cosas que he hecho últimamente" y "Lección de columpios") les he hecho sendos comentarios. Salud(os).
Sí, los he visto y respondido. Gracias por comentar, los comentarios dan sentido al blog.
Buenas tardes, soy administrador de Blogueros de Sevilla. Nos gustaría si tuviera a bien, facilitarnos su dirección de correo. Puedes hacerla llegara cm@bloguerosdesevilla.com Gracias.
Te he escrito ya. Saludos
Lola, últimamente pienso muy a menudo lo lamentable (al menos, para mí) que fue la pérdida de los casos en las lenguas derivadas del latín. Ahora que llevo dos años estudiando ruso, me fascina la complejidad de las declinaciones en esa lengua y cómo la utilización correcta o incorrecta de éstas determina la educación del hablante. También me sorprende el ejemplo que detallas de la palabra DOMUS. Si en ruso la palabra CASA se dice DOM,esto indicaría que DOMUS ha dejado herencia en una lengua eslava y, por el contrario, no ha hecho lo propio en las lenguas de origen latino (en rumano, portugués, italiano y español es CASA, sólo en francés, MAISON). Pero la raíz DOM- no se atisba por ninguna parte. Veo penosa la ingente pérdida léxica y gramatical acontecida en el latín vulgar mientras todas las lenguas eslavas se aferraron a las declinaciones y no simplificaron su gramática de una forma tan cobarde. Esto únicamente me lleva a pensar en la laxitud y el abandono de los hablantes hacia su propia lengua, desidia que se perpetúa hasta la actualidad. De hecho, muchos de los problemas de España provienen de la Edad Media y parece que la lengua tampoco quedó incólume en ese etapa oscura y destructiva que nos apabulló hace siglos. Habría que aprender del pasado y proteger de la corrupción a un idioma. De lo contrario, el español de aquí a poco más de un siglo perderá el 50% del vocabulario, el imperfecto y a saber cuántas cosas más. Soy GASPAR MURILLO, su ex-alumno de la Facultad de Comunicación.
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