El sábado pasado tuvo lugar en el Instituto de Estudios Hispánicos de la Sorbonne de París el examen de habilitación de la profesora Mónica Castillo Lluch, maître de conférences en la Universidad de Estrasburgo. La profesora Castillo es especialista en historia de la lengua (pronombres personales, lengua alfonsí, traducción de textos) y en sociolingüística de las lenguas de la España actual. Su examen (con título “Philologie, plurilinguisme et variation dans l’histoire de la langue espagnole”) fue defendido en sesión pública durante cuatro horas y le llevó a obtener el diplôme d’habilitation à diriger des recherches que en el sistema universitario francés es el paso necesario para poder concursar a una plaza de catedrático.
Aprovechando que el trabajo inédito de investigación que presentó la Dra. Castillo versaba sobre el Fuero Juzgo, el regalo que le llevamos desde España fue el facsímil de la edición dieciochesca de Ybarra del Fuero Viejo de Castilla hecho por la sevillana editorial Extramuros, que ofrece un catálogo de facsímiles muy correctamente presentados y totalmente asequibles.
El acto fue una ocasión muy agradable de encontrar a colegas franceses, españoles y alemanes que asistieron como público o tribunal y sirvió también para tomar el pulso a la vitalidad de los estudios de Historia de la Lengua española en Francia. Y ahí debo decir que me alegró enormemente ver que la Escuela de Filología Española haya encontrado representación “extramuros”, porque no es beneficioso para la comunidad científica investigar desde el ensimismamiento ni mediante la “esotérica discusión de salón” que denostaba el profesor Juan Gil en la entrevista que publicamos en la entrada anterior a esta. Actos como el examen de la Prof. Castillo (del que podéis ver algunas fotos aquí) confirman que hay una comunidad científica en torno a la Historia de la Lengua Española que trasciende la frontera de las universidades españolas, y en la que se da una fecunda conexión del método filológico tradicional con las teorías recientes sobre el cambio lingüístico. Seguimos respirando, pues, y el aire es fresco, como el de París el pasado sábado, donde hice esta foto también junto al Sena:
El acto fue una ocasión muy agradable de encontrar a colegas franceses, españoles y alemanes que asistieron como público o tribunal y sirvió también para tomar el pulso a la vitalidad de los estudios de Historia de la Lengua española en Francia. Y ahí debo decir que me alegró enormemente ver que la Escuela de Filología Española haya encontrado representación “extramuros”, porque no es beneficioso para la comunidad científica investigar desde el ensimismamiento ni mediante la “esotérica discusión de salón” que denostaba el profesor Juan Gil en la entrevista que publicamos en la entrada anterior a esta. Actos como el examen de la Prof. Castillo (del que podéis ver algunas fotos aquí) confirman que hay una comunidad científica en torno a la Historia de la Lengua Española que trasciende la frontera de las universidades españolas, y en la que se da una fecunda conexión del método filológico tradicional con las teorías recientes sobre el cambio lingüístico. Seguimos respirando, pues, y el aire es fresco, como el de París el pasado sábado, donde hice esta foto también junto al Sena:
Respirer Paris, cela conserve l'âme
3 comentarios:
¡Mi enhorabuena a la doctora Castillo!
Qué suerte, París...
Enhorabuena a la profesora Castillo. Pero Lola, y dicho desde la admiración y el cariño, !ya os vale!, !cómo os pasáis los lingüístas!, !viajáis más que Willy Fog!: Oxford, Neuchâtel, Lovaina, Logroño, y ahora París.¿Dónde quedó aquel tópico del ratón de biblioteca?, en vez de "andaluces por el mundo" vamos a tener que patentar "lingüístas por el mundo" o mejor aún, "la Pons por el mundo". !Y que no pare...!Saludos desde la siempre misma Sevilla.
http://youtu.be/NKtX8G6D-S8
Sí, es verdad, últimamente se me han concentrado los viajes. Suelen ser viajes muy cortos y muy intensos, porque durante poquísimos días (para no perder clases) ves a muchos compañeros y tienes jornadas muy intensas. Salir de casa a oír a otros compañeros para aprender (o para desaprender) de ellos es lo más enriquecedor y bonito de esta profesión (las cosas feas, que las hay, para qué contarlas...). Un abrazo de Lola Fogg
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