viernes, 29 de julio de 2016

Una despedida no muy larga


Este curso ha reunido muchas emociones distintas. Además, ha sido muy intenso, ya que, aparte de las clases en la Universidad, he tenido viajes de trabajo dentro y fuera de España, la dirección de trabajos fin de máster y la atención a mis doctorandos (por cierto, una de ellas defiende ya mismo, el 7 de septiembre, y estáis invitados a asistir). He estado yendo a la Facultad hasta esta última semana de julio y hoy he logrado cerrar una publicación que debía.
Por eso, queridos, ahora os voy a ilustrar sobre la riqueza léxica del español: me voy, salgo, parto, me piro y me las piro, me marcho, me retiro, me ausento, inicio mi exida, emigro, hago desbandada, me rajo, me largo, me escapo... no me vais a ver el pelo durante un mes. En agosto voy a hacer un montón de cosas no filológicas que también me encantan y me parecen divertidísimas.
Y, por si alguno se queda con ganas de leer sobre historia de la lengua en agosto, os enlazo una selección de varias entrevistas y noticias que han salido a raíz de la publicación de mi libro divulgativo Una lengua muy larga.
La despedida no es muy larga porque no lo serán las vacaciones que empiezan tras ella. Yo me abrazaré al abandono de los horarios, buscaré sosiego y me enroscaré en placeres pequeños. Nos vemos en septiembre. 
Felices vacaciones.

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Este curso ha reunido muchas emociones distintas. Además, ha sido muy intenso, ya que, aparte de las clases en la Universidad, he tenido viajes de trabajo dentro y fuera de España, la dirección de trabajos fin de máster y la atención a mis doctorandos (por cierto, una de ellas defiende ya mismo, el 7 de septiembre, y estáis invitados a asistir). He estado yendo a la Facultad hasta esta última semana de julio y hoy he logrado cerrar una publicación que debía.
Por eso, queridos, ahora os voy a ilustrar sobre la riqueza léxica del español: me voy, salgo, parto, me piro y me las piro, me marcho, me retiro, me ausento, inicio mi exida, emigro, hago desbandada, me rajo, me largo, me escapo... no me vais a ver el pelo durante un mes. En agosto voy a hacer un montón de cosas no filológicas que también me encantan y me parecen divertidísimas.
Y, por si alguno se queda con ganas de leer sobre historia de la lengua en agosto, os enlazo una selección de varias entrevistas y noticias que han salido a raíz de la publicación de mi libro divulgativo Una lengua muy larga.
La despedida no es muy larga porque no lo serán las vacaciones que empiezan tras ella. Yo me abrazaré al abandono de los horarios, buscaré sosiego y me enroscaré en placeres pequeños. Nos vemos en septiembre. 
Felices vacaciones.

domingo, 24 de julio de 2016

Brexida

Nunca me había dado por inventarme una palabra. Y lo voy a hacer hoy: la palabra es BREXIDA. Ahora os la explico.
Cuando yo tenía el pelo rojo y vivía en Oxford la mar de bien
Técnicamente lo llaman creación léxica, o, más poéticamente, onomaturgia. Y se aplica cuando sabemos que alguien, con nombre y apellidos y en una fecha determinada, creó un término nuevo. Lo habitual es que las palabras nuevas no nazcan así, sino que se difundan a través del préstamo desde otras lenguas, o bien se formen desde raíces ya existentes a las que unir prefijos o terminaciones. Por otro lado, lo relevante para la historia de la lengua no es tanto crear una palabra como tener éxito con ella y que se difunda. De ahí que podamos aducir como ejemplos de creación léxica solo los casos en que la palabra ha tenido aceptación social y ha entrado en la lengua. Por ejemplo, perogrullada fue inventada por Quevedo; o mileurista, la palabra que Carolina Alguacil creó y difundió en una carta a El País  en 2005. Podéis encontrar más ejemplos en este artículo del gran Pedro Álvarez de Miranda.
Así que yo voy con mi invención: brexida es en realidad una media invención, porque es la forma española que propongo para el término inglés Brexit, usado para designar la salida del Reino Unido (Britain) de la Unión Europea tras el reciente referéndum. 
Ya hay recomendaciones normativas para que escribamos la palabra en cursiva y sin tilde, pero yo pregunto: ¿por qué no adaptarla? Exit es una palabra que el inglés tomó del latín: remite al verbo EXIRE, que significaba ‘salir fuera’ (EX+IRE). Este verbo latino también dejó herencia en el castellano medieval: era exir, se pronunciaba eshir /eʃir/ y se usó hasta el siglo XIV. Decía el héroe Mio Cid cuando rezaba a la Virgen María antes de salir a sus campañas militares:
¡Vuestra vertud me vala, Gloriosa, en mi exida,
e me ayude e me acorra de noch e de día!
Ahí exida era ‘salida, marcha de un lugar’.
Si los británicos han sacado exit del latín exire, ¿por qué nosotros no recurrimos a nuestro viejo verbo exir y al antiguo sustantivo exida? Brexida (de acentuación llana, y pronunciado con /ks/: breksida) es paralelo a salida, venida y otros sustantivos similares.
Cierto es que todo esto lo digo con sorna, pero con ciertas expectativas. Nunca se sabe si lo que empieza como una broma puede difundirse y tener éxito. También nos parecía que el referéndum británico iba en broma y fijaos cómo ha terminado la cosa. De pena
Por eso, como europea convencida, aunque haya inventado esta palabra, hubiese preferido que no existiera nunca y clamo:
¡Abajo el Brexit y abajo la brexida!

(Psst, psst, la semana que viene, última entrada del blog antes de vacaciones)
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Nunca me había dado por inventarme una palabra. Y lo voy a hacer hoy: la palabra es BREXIDA. Ahora os la explico.
Cuando yo tenía el pelo rojo y vivía en Oxford la mar de bien
Técnicamente lo llaman creación léxica, o, más poéticamente, onomaturgia. Y se aplica cuando sabemos que alguien, con nombre y apellidos y en una fecha determinada, creó un término nuevo. Lo habitual es que las palabras nuevas no nazcan así, sino que se difundan a través del préstamo desde otras lenguas, o bien se formen desde raíces ya existentes a las que unir prefijos o terminaciones. Por otro lado, lo relevante para la historia de la lengua no es tanto crear una palabra como tener éxito con ella y que se difunda. De ahí que podamos aducir como ejemplos de creación léxica solo los casos en que la palabra ha tenido aceptación social y ha entrado en la lengua. Por ejemplo, perogrullada fue inventada por Quevedo; o mileurista, la palabra que Carolina Alguacil creó y difundió en una carta a El País  en 2005. Podéis encontrar más ejemplos en este artículo del gran Pedro Álvarez de Miranda.
Así que yo voy con mi invención: brexida es en realidad una media invención, porque es la forma española que propongo para el término inglés Brexit, usado para designar la salida del Reino Unido (Britain) de la Unión Europea tras el reciente referéndum. 
Ya hay recomendaciones normativas para que escribamos la palabra en cursiva y sin tilde, pero yo pregunto: ¿por qué no adaptarla? Exit es una palabra que el inglés tomó del latín: remite al verbo EXIRE, que significaba ‘salir fuera’ (EX+IRE). Este verbo latino también dejó herencia en el castellano medieval: era exir, se pronunciaba eshir /eʃir/ y se usó hasta el siglo XIV. Decía el héroe Mio Cid cuando rezaba a la Virgen María antes de salir a sus campañas militares:
¡Vuestra vertud me vala, Gloriosa, en mi exida,
e me ayude e me acorra de noch e de día!
Ahí exida era ‘salida, marcha de un lugar’.
Si los británicos han sacado exit del latín exire, ¿por qué nosotros no recurrimos a nuestro viejo verbo exir y al antiguo sustantivo exida? Brexida (de acentuación llana, y pronunciado con /ks/: breksida) es paralelo a salida, venida y otros sustantivos similares.
Cierto es que todo esto lo digo con sorna, pero con ciertas expectativas. Nunca se sabe si lo que empieza como una broma puede difundirse y tener éxito. También nos parecía que el referéndum británico iba en broma y fijaos cómo ha terminado la cosa. De pena
Por eso, como europea convencida, aunque haya inventado esta palabra, hubiese preferido que no existiera nunca y clamo:
¡Abajo el Brexit y abajo la brexida!

(Psst, psst, la semana que viene, última entrada del blog antes de vacaciones)

jueves, 7 de julio de 2016

Aprende portugués en 10 fotos

Vais a aprender portugués ¡en 10 fotos! Estamos en plan "Nosolodeyod: curso de idiomas".
Todas las imágenes se han tomado en un reciente viaje a Oporto y Guimaraes. Tomad nota.
1. En portugués hay tudo y hay todo, el primero designa la generalidad, como en este cartel (todo comenzó en Guimaraes porque se tiene por el lugar de la batalla que funda el país). En cuanto a todo, se usa para designar a ‘todos y cada uno’ todo ser humano é mortal.
2. En portugués se pierde la nasal en posición intervocálica, eso da lugar a que la vocal se pronuncie nasalizada, y esa nasalidad se marca con virgulilla. Fijaos en el resultado de la forma latina MANU  (español mano) en esta foto.
3. El grupo MB se mantiene sin asimilar LUMBU no da lomo, como en castellano, sino lombo:



 4. Es recuente el rotacismo o intercambio L/R.  PLATEA  da praça (y español es plaza).



 5. El grupo PL- latino pasa a medio palatal africado sordo (o sea, suena como ch). PLORARE es llorar en castellano y chorar en portugués. Así, en este ultramarinos, que se llama Comer e chorar por mais:
 6. El portugués tiene artículo con posesivo (o seu projeto: el su proyecto), coincide en eso con el gallego, el asturleonés o el catalán:
  
7. En portugués usan fechar para ‘cerrar’, y ese rasgo occidental también lo vemos en gallego, en la zona más occidental de Huelva e incluso en Canarias:

8. En portugués no se aspiró la F y no diptongaron las vocales breves E y O, por eso vemos fazer y tempo en esta foto:

9. En portugués dicen NOITE y no dicen noche, en NOCTE para el grupo KT el portugués ha vocalizado la consonante en I sin hacer palatal a la consonante siguiente, como sí ha ocurrido en castellano:
Mirad en la zona inferior de la foto: a noite

10. En portugués existen contracciones, más que en castellano: de os (de los) da dos.




¡Adoro Portugal! ¡Que ganen la Eurocopa!


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Vais a aprender portugués ¡en 10 fotos! Estamos en plan "Nosolodeyod: curso de idiomas".
Todas las imágenes se han tomado en un reciente viaje a Oporto y Guimaraes. Tomad nota.
1. En portugués hay tudo y hay todo, el primero designa la generalidad, como en este cartel (todo comenzó en Guimaraes porque se tiene por el lugar de la batalla que funda el país). En cuanto a todo, se usa para designar a ‘todos y cada uno’ todo ser humano é mortal.
2. En portugués se pierde la nasal en posición intervocálica, eso da lugar a que la vocal se pronuncie nasalizada, y esa nasalidad se marca con virgulilla. Fijaos en el resultado de la forma latina MANU  (español mano) en esta foto.
3. El grupo MB se mantiene sin asimilar LUMBU no da lomo, como en castellano, sino lombo:



 4. Es recuente el rotacismo o intercambio L/R.  PLATEA  da praça (y español es plaza).



 5. El grupo PL- latino pasa a medio palatal africado sordo (o sea, suena como ch). PLORARE es llorar en castellano y chorar en portugués. Así, en este ultramarinos, que se llama Comer e chorar por mais:
 6. El portugués tiene artículo con posesivo (o seu projeto: el su proyecto), coincide en eso con el gallego, el asturleonés o el catalán:
  
7. En portugués usan fechar para ‘cerrar’, y ese rasgo occidental también lo vemos en gallego, en la zona más occidental de Huelva e incluso en Canarias:

8. En portugués no se aspiró la F y no diptongaron las vocales breves E y O, por eso vemos fazer y tempo en esta foto:

9. En portugués dicen NOITE y no dicen noche, en NOCTE para el grupo KT el portugués ha vocalizado la consonante en I sin hacer palatal a la consonante siguiente, como sí ha ocurrido en castellano:
Mirad en la zona inferior de la foto: a noite

10. En portugués existen contracciones, más que en castellano: de os (de los) da dos.




¡Adoro Portugal! ¡Que ganen la Eurocopa!