domingo, 29 de junio de 2014

Nosolodeyod en Blog Hop Project

El actor americano Bob Hope.
No lo confundamos con Blog Hop
Qué curiosos son esos círculos que se van creando entre gente que no se conoce. Doy clase en el MAES (Máster de enseñanza secundaria) y me interesa mucho conocer la innovación docente seria en los institutos; varias de las actividades que enseñé a mis alumnos este curso estaban basadas en ideas de profesores del Instituto Chaves Nogales, de Sevilla. Por sus blogs y por la experiencia de los alumnos que han hecho prácticas allí, sé que es un centro con gente que curra mucho, piensa mucho y tiene muy pocos prejuicios para la docencia. Y de repente, sin conocerlo de nada, me llega un mensaje de Nacho Gallardo, profesor de Lengua en ese instituto, a través de Twitter y con un texto que tardé en comprender: meme, blog hop... ¿ehh? Tras superar la fase en que me sentí una abuela tratando de encender la tele con el mando del aire acondicionado, entendí que era una invitación a participar en una cadena de blogs llamada BLOG HOP PROJECT. 
Respondes a unas preguntas sobre tu blog y las lanzas a otros tres blogs que leas. Muy honrada por lo que decía Nacho de mi blog y feliz de sentirme parte, aunque sea lejana, de ese vórtice de innovación y trabajo serio que parece ser hoy el Chaves Nogales de Sevilla, digo SÍ y contesto a las preguntas. Ahí van: 

¿Sobre qué estoy escribiendo actualmente?
Cuando empecé, el blog era un blog de aula para mis estudiantes de Filología Hispánica, y hablaba de las cosas que hacíamos o veíamos en la clase de Historia de la Lengua; pero cuando aumentó el número de visitas lo enfoqué más como una plataforma para la difusión divulgativa de la historia del español. Escribo una entrada semanal, pero cierro por vacaciones desde mediados de julio a fines de agosto; así que ahora estoy redactando las entradas finales de esta temporada. Las entradas que redacto son de temas no coincidentes semana a semana, normalmente suelo inspirarme en la actualidad; si hay una revuelta en Gamonal, hablo de los gamones; si gana Conchita Wurst lo de Eurovisión, hablo del sufijo en udo en ejemplos como la mujer barbuda, pero también hablo de mis lecturas o de cosas que me inspiran. Es bastante imprevisible también para mí saber de qué voy a escribir.
¿En qué difiere mi escritura de la de otros que desarrollan el mismo género?
No hay ningún blog dedicado específicamente solo a historia de la lengua, pero sí muchos dedicados a cuestiones lingüísticas. Recomiendo el de Eva Bravo sobre Español de América, el de Carlota de Benito sobre lingüística española, el de Elena Azofra sobre morfología y filología y el de Alberto Bustos sobre español actual...
En general, trato de que mis entradas no sean una clase puesta por escrito, así que intento conciliar brevedad, divulgación y, aunque suene pretencioso, belleza. Entiendo que hay mucho lirismo en la percepción que podemos hacer de la realidad a través de la Historia del español. Por otro lado, mi blog es también en parte un blog personal (sin pretender ser un egoblog, como se llama ahora a esto), porque doy noticia de algunas de las actividades académicas que organizo o frecuento. Mucha gente se escandaliza de las pocas horas de clase semanal que tiene un profesor universitario, por eso entiendo que es necesario difundir las otras cosas que hacemos: asistir a conferencias, visitar centros de investigación, participar en seminarios...
¿Por qué escribo lo que escribo?
Me resulta balsámico escribir y es reconfortante que me lean. Pero además siento que tengo un débito con la sociedad por permitirme trabajar en lo que me gusta y remunerarme por ello.
¿Cómo es mi proceso de escritura?
Hay entradas que tardo años en escribir; tengo un archivo de 20 páginas con entradas que aún no están terminadas, porque no encuentro el tono ni el objetivo para acabarlas. Otras las escribo en un par de horas... Creo en la inspiración, y hay etapas, normalmente cuando leo sobre cosas no lingüísticas o cuando viajo, en que soy más prolífica. Me alivia tener entradas “en el frigorífico”, escritas normalmente durante los meses de vacaciones, porque hay semanas en que me resulta imposible redactar.
¿A qué blogs les lanzas el reto de seguir la cadena?
Lanzo el reto primero a mi amigo Gustavo Porras, profesor de música, creador de un blog que fue el que me inspiró a crear el mío en 2009: Claves de música y director de un proyecto musical que me encanta y sigo año a año: un coro juvenil entre alumnos de varios institutos sevillanos. También me gustaría que contestasen dos compañeras que he citado: Carlota de Benito y Elena Azofra.
Gracias por hacerme parte de la iniciativa.
Leer más
El actor americano Bob Hope.
No lo confundamos con Blog Hop
Qué curiosos son esos círculos que se van creando entre gente que no se conoce. Doy clase en el MAES (Máster de enseñanza secundaria) y me interesa mucho conocer la innovación docente seria en los institutos; varias de las actividades que enseñé a mis alumnos este curso estaban basadas en ideas de profesores del Instituto Chaves Nogales, de Sevilla. Por sus blogs y por la experiencia de los alumnos que han hecho prácticas allí, sé que es un centro con gente que curra mucho, piensa mucho y tiene muy pocos prejuicios para la docencia. Y de repente, sin conocerlo de nada, me llega un mensaje de Nacho Gallardo, profesor de Lengua en ese instituto, a través de Twitter y con un texto que tardé en comprender: meme, blog hop... ¿ehh? Tras superar la fase en que me sentí una abuela tratando de encender la tele con el mando del aire acondicionado, entendí que era una invitación a participar en una cadena de blogs llamada BLOG HOP PROJECT. 
Respondes a unas preguntas sobre tu blog y las lanzas a otros tres blogs que leas. Muy honrada por lo que decía Nacho de mi blog y feliz de sentirme parte, aunque sea lejana, de ese vórtice de innovación y trabajo serio que parece ser hoy el Chaves Nogales de Sevilla, digo SÍ y contesto a las preguntas. Ahí van: 

¿Sobre qué estoy escribiendo actualmente?
Cuando empecé, el blog era un blog de aula para mis estudiantes de Filología Hispánica, y hablaba de las cosas que hacíamos o veíamos en la clase de Historia de la Lengua; pero cuando aumentó el número de visitas lo enfoqué más como una plataforma para la difusión divulgativa de la historia del español. Escribo una entrada semanal, pero cierro por vacaciones desde mediados de julio a fines de agosto; así que ahora estoy redactando las entradas finales de esta temporada. Las entradas que redacto son de temas no coincidentes semana a semana, normalmente suelo inspirarme en la actualidad; si hay una revuelta en Gamonal, hablo de los gamones; si gana Conchita Wurst lo de Eurovisión, hablo del sufijo en udo en ejemplos como la mujer barbuda, pero también hablo de mis lecturas o de cosas que me inspiran. Es bastante imprevisible también para mí saber de qué voy a escribir.
¿En qué difiere mi escritura de la de otros que desarrollan el mismo género?
No hay ningún blog dedicado específicamente solo a historia de la lengua, pero sí muchos dedicados a cuestiones lingüísticas. Recomiendo el de Eva Bravo sobre Español de América, el de Carlota de Benito sobre lingüística española, el de Elena Azofra sobre morfología y filología y el de Alberto Bustos sobre español actual...
En general, trato de que mis entradas no sean una clase puesta por escrito, así que intento conciliar brevedad, divulgación y, aunque suene pretencioso, belleza. Entiendo que hay mucho lirismo en la percepción que podemos hacer de la realidad a través de la Historia del español. Por otro lado, mi blog es también en parte un blog personal (sin pretender ser un egoblog, como se llama ahora a esto), porque doy noticia de algunas de las actividades académicas que organizo o frecuento. Mucha gente se escandaliza de las pocas horas de clase semanal que tiene un profesor universitario, por eso entiendo que es necesario difundir las otras cosas que hacemos: asistir a conferencias, visitar centros de investigación, participar en seminarios...
¿Por qué escribo lo que escribo?
Me resulta balsámico escribir y es reconfortante que me lean. Pero además siento que tengo un débito con la sociedad por permitirme trabajar en lo que me gusta y remunerarme por ello.
¿Cómo es mi proceso de escritura?
Hay entradas que tardo años en escribir; tengo un archivo de 20 páginas con entradas que aún no están terminadas, porque no encuentro el tono ni el objetivo para acabarlas. Otras las escribo en un par de horas... Creo en la inspiración, y hay etapas, normalmente cuando leo sobre cosas no lingüísticas o cuando viajo, en que soy más prolífica. Me alivia tener entradas “en el frigorífico”, escritas normalmente durante los meses de vacaciones, porque hay semanas en que me resulta imposible redactar.
¿A qué blogs les lanzas el reto de seguir la cadena?
Lanzo el reto primero a mi amigo Gustavo Porras, profesor de música, creador de un blog que fue el que me inspiró a crear el mío en 2009: Claves de música y director de un proyecto musical que me encanta y sigo año a año: un coro juvenil entre alumnos de varios institutos sevillanos. También me gustaría que contestasen dos compañeras que he citado: Carlota de Benito y Elena Azofra.
Gracias por hacerme parte de la iniciativa.

jueves, 26 de junio de 2014

Di sí; pon no; da alas; lee ese

Di sí; pon no; da alas; lee ese... u otras frases absurdas que se me ocurren omitiendo cuatro de las cinco vocales. Juan de Robles (1631, El culto sevillano)  aconsejaba no escribir con la misma vocal toda la frase (“Las armas dan a España gran fama”, “Todos los moços son locos”) y para evitar eso recomendaba el uso “de los sinónimos que ha de tener el escritor mui bien vistos, i sienpre para este propósito a la mano". No sería muy del gusto de lo que hoy llamamos lipogramas.
Como juego, el lipograma (que consiste en evitar a propósito una o varias letras del alfabeto en un texto) se ha practicado desde la Antigüedad. Para el español, las muestras más viejas están en las novelas de Alonso de Alcalá y Herrera (1599-1682), de origen luso, que escribió cinco novelas, en cada una de las cuales falta una letra. 
Y se ha mantenido hasta hoy: hay lipogramas de Jardiel Poncela y la obra lipogramática más extensa que conozco: la novela de Georges Perec La disparition (1969) que se publicó originalmente en francés sin usar la e y en español se tradujo como El secuestro (sin usar la a, vocal más frecuente en nuestro idioma). Disfruté leyéndola (gracias, Álvaro, por dármela a conocer), pero más por la gracia que por el contenido.
El español tiene cinco vocales, como el latín, pero este tenía vocales largas y breves y ese factor de la cantidad vocálica se perdió entre los siglos III y V d.C. Suena a una cosa muy apocalíptica decir derrumbe de la cantidad vocálica y uno se imagina a un edificio cayendo replegado piso tras piso desde la planta superior al suelo. Pero no es nada muy dramático materialmente, sino algo como esto: 

Hay vocales que se mantienen (pero sin rasgo de cantidad), otras se funden con otras, y otras como la e breve y la o breve diptongan (ie, ue), por eso en español tenemos NOVU > nuevo o BENE> bien. Es el fenómeno de la diptongación, que no se da en gallego-portugués, en zonas suritálicas o en sardo. Pese al derrumbe de la cantidad, hay variedad suficiente de vocales en las lenguas romances como para no hacer lipogramas salvo por juego. Da alas a la andanada; cese el reserve... o sea, deja tu comentario o tu lipograma.
Leer más
Di sí; pon no; da alas; lee ese... u otras frases absurdas que se me ocurren omitiendo cuatro de las cinco vocales. Juan de Robles (1631, El culto sevillano)  aconsejaba no escribir con la misma vocal toda la frase (“Las armas dan a España gran fama”, “Todos los moços son locos”) y para evitar eso recomendaba el uso “de los sinónimos que ha de tener el escritor mui bien vistos, i sienpre para este propósito a la mano". No sería muy del gusto de lo que hoy llamamos lipogramas.
Como juego, el lipograma (que consiste en evitar a propósito una o varias letras del alfabeto en un texto) se ha practicado desde la Antigüedad. Para el español, las muestras más viejas están en las novelas de Alonso de Alcalá y Herrera (1599-1682), de origen luso, que escribió cinco novelas, en cada una de las cuales falta una letra. 
Y se ha mantenido hasta hoy: hay lipogramas de Jardiel Poncela y la obra lipogramática más extensa que conozco: la novela de Georges Perec La disparition (1969) que se publicó originalmente en francés sin usar la e y en español se tradujo como El secuestro (sin usar la a, vocal más frecuente en nuestro idioma). Disfruté leyéndola (gracias, Álvaro, por dármela a conocer), pero más por la gracia que por el contenido.
El español tiene cinco vocales, como el latín, pero este tenía vocales largas y breves y ese factor de la cantidad vocálica se perdió entre los siglos III y V d.C. Suena a una cosa muy apocalíptica decir derrumbe de la cantidad vocálica y uno se imagina a un edificio cayendo replegado piso tras piso desde la planta superior al suelo. Pero no es nada muy dramático materialmente, sino algo como esto: 

Hay vocales que se mantienen (pero sin rasgo de cantidad), otras se funden con otras, y otras como la e breve y la o breve diptongan (ie, ue), por eso en español tenemos NOVU > nuevo o BENE> bien. Es el fenómeno de la diptongación, que no se da en gallego-portugués, en zonas suritálicas o en sardo. Pese al derrumbe de la cantidad, hay variedad suficiente de vocales en las lenguas romances como para no hacer lipogramas salvo por juego. Da alas a la andanada; cese el reserve... o sea, deja tu comentario o tu lipograma.