viernes, 31 de enero de 2014

Instantáneas #9. Enero 2014

Estas son algunas de las imágenes que han pasado por mi agenda este mes:
-Un alumno de la Complutense, Enrique Gambín, tiene un blog llamado “Lengua y literatura de bolsillo” en el que me hizo una entrevista. Aquí la enlazo.

-En invierno son muy adecuadas lecturas sobre mundos cerrados: la novela Stoner de John Williams, sobre la universidad norteamericana, sus mediocridades y miserias (¡ay, tan similares a las de la universidad española!) y la deliciosa 84 Charing Cross Road, epistolario en torno a una de esas librerías de lance de que os hablaba en la entrada anterior. 
La traducción de Stoner no me ha gustado. La 2.ª edición, al parecer, está revisada

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Estas son algunas de las imágenes que han pasado por mi agenda este mes:
-Un alumno de la Complutense, Enrique Gambín, tiene un blog llamado “Lengua y literatura de bolsillo” en el que me hizo una entrevista. Aquí la enlazo.

-En invierno son muy adecuadas lecturas sobre mundos cerrados: la novela Stoner de John Williams, sobre la universidad norteamericana, sus mediocridades y miserias (¡ay, tan similares a las de la universidad española!) y la deliciosa 84 Charing Cross Road, epistolario en torno a una de esas librerías de lance de que os hablaba en la entrada anterior. 
La traducción de Stoner no me ha gustado. La 2.ª edición, al parecer, está revisada

jueves, 23 de enero de 2014

La letra de Lapesa


No sé si habéis visto alguna vez la letra de Rafael Lapesa. Es esta: pulcra, muy ordenada, con trazo estirado como si vocales y consonantes fueran personajes del Greco. Este texto me parece emocionante, destila la preocupación ética que debería ser propia de todo maestro (si pincháis en la foto lo podéis ver en grande, el contenido lo he transcrito aquí).
Desde hace unas semanas tengo la letra de Lapesa, la real, escrita en la primera página de uno de mis libros. Las que se llamaban antes librerías de lance deparan lances como estos. Alguien (sé quién, pero este no es el sitio de hacer esas revelaciones) vende su biblioteca de alumna de Filosofía y Letras.
Estudió en la Complutense y tuvo cierta familiaridad con Lapesa, así que este le dedicó varios de sus libros. Yo localizo algunos de esos ejemplares autografiados y compro, entre otros, el libro que contiene esta dedicatoria:

Esa estudiante de la Complutense se llamaba, como yo, M.ª Dolores. Sé que no es verdad, pero yo me emociono pensando que Lapesa me dedicó este ejemplar de Poetas y prosistas en 1977 a mí. Como un personaje del Greco, pintado con una dimensión que quizá no tiene en la realidad, este ejemplar se proyecta también fuera de su espacio, tiene su algo de fantasmagoría y espero que me sirva para recordar los aspectos que deben ser representativos en mi vida profesional. Deja tu comentario...  
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No sé si habéis visto alguna vez la letra de Rafael Lapesa. Es esta: pulcra, muy ordenada, con trazo estirado como si vocales y consonantes fueran personajes del Greco. Este texto me parece emocionante, destila la preocupación ética que debería ser propia de todo maestro (si pincháis en la foto lo podéis ver en grande, el contenido lo he transcrito aquí).
Desde hace unas semanas tengo la letra de Lapesa, la real, escrita en la primera página de uno de mis libros. Las que se llamaban antes librerías de lance deparan lances como estos. Alguien (sé quién, pero este no es el sitio de hacer esas revelaciones) vende su biblioteca de alumna de Filosofía y Letras.
Estudió en la Complutense y tuvo cierta familiaridad con Lapesa, así que este le dedicó varios de sus libros. Yo localizo algunos de esos ejemplares autografiados y compro, entre otros, el libro que contiene esta dedicatoria:

Esa estudiante de la Complutense se llamaba, como yo, M.ª Dolores. Sé que no es verdad, pero yo me emociono pensando que Lapesa me dedicó este ejemplar de Poetas y prosistas en 1977 a mí. Como un personaje del Greco, pintado con una dimensión que quizá no tiene en la realidad, este ejemplar se proyecta también fuera de su espacio, tiene su algo de fantasmagoría y espero que me sirva para recordar los aspectos que deben ser representativos en mi vida profesional. Deja tu comentario...  

miércoles, 15 de enero de 2014

Menos gamones en Gamonal

Burgos en primera línea en estos días. En concreto, el barrio de Gamonal, reacio a alojar un bulevar de tráfico rodado, ha protagonizado manifestaciones que han tenido gran presencia en los medios. Un gamón es eso que veis en la imagen. 
Según la botánica, es una ‘planta liliácea, de flores blancas en espiga y hojas en forma de espada’ (María Moliner, Diccionario de uso del español).

Covarrubias (1611, Tesoro de la lengua castellana o española) definía así gamón:
‘Yerva conocida de un tallo; es pasto sabroso de los puercos, tiene virtud para muchas enfermedades, como lo podrás ver en Dioscórides’

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Burgos en primera línea en estos días. En concreto, el barrio de Gamonal, reacio a alojar un bulevar de tráfico rodado, ha protagonizado manifestaciones que han tenido gran presencia en los medios. Un gamón es eso que veis en la imagen. 
Según la botánica, es una ‘planta liliácea, de flores blancas en espiga y hojas en forma de espada’ (María Moliner, Diccionario de uso del español).

Covarrubias (1611, Tesoro de la lengua castellana o española) definía así gamón:
‘Yerva conocida de un tallo; es pasto sabroso de los puercos, tiene virtud para muchas enfermedades, como lo podrás ver en Dioscórides’

viernes, 10 de enero de 2014

Por la yod al arte (VI): leyendo la pintura

No te sorprendas de que en los cuadros haya palabras: en algún recorrido museístico doblaste la cabeza para leer el título de ese libro que, inclinado, componía en su abandono el conjunto que un pintor llamó bodegón. Pero mira esto:
Te acabas de dar de bruces con la obra de Mel Bochner (Pittsburgh, 1940). Pinta cuadros de sinónimos, cuadros hablantes, donde las palabras o enunciados se encadenan en torno a una idea hasta hacernos pensar en el amontonamiento de sus semejanzas y en sus necesarias pero sutiles diferencias.  Todo el cuadro es verbal.



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No te sorprendas de que en los cuadros haya palabras: en algún recorrido museístico doblaste la cabeza para leer el título de ese libro que, inclinado, componía en su abandono el conjunto que un pintor llamó bodegón. Pero mira esto:
Te acabas de dar de bruces con la obra de Mel Bochner (Pittsburgh, 1940). Pinta cuadros de sinónimos, cuadros hablantes, donde las palabras o enunciados se encadenan en torno a una idea hasta hacernos pensar en el amontonamiento de sus semejanzas y en sus necesarias pero sutiles diferencias.  Todo el cuadro es verbal.