viernes, 31 de mayo de 2013

Instantáneas #5. Mayo 2013

Ha sido un mes larguísimo y ha habido de todo. Aquí van algunas fotos de las cosas buenas:

-Cena en Sevilla con la especialista en educación multilingüe y paisaje lingüístico Christine Hélot. Entre nosotras, el interesante libro que Christine acaba de coeditar Linguistic Landscapes, Multilingualism and Social Change (Peter Lang). 


-Juan Luis Carriazo, profesor de Historia en la Universidad de Huelva y miembro del proyecto Historia15, fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Ingresó con el discurso "Un precedente de don Quijote en la Sevilla del Descubrimiento", un texto humano, lleno de guiños, sabiduría y de amenidad. ¡Enhorabuena, Juan Luis!


-Estuve en Madrid para ver la representación de un texto escrito por mí que ganó el primer premio del concurso convocado por el Museo de la Biblioteca Nacional de Madrid de microdiálogos teatrales. Estos son los actores que lo representaron:

-El concurso pedía un texto de hasta 600 caracteres (¡era muy micro!) donde se recrease un diálogo entre San Isidoro de Sevilla, Quevedo y Francisco de Jareño, el olvidado arquitecto de la Nacional, del que sabemos muy poco (pero sí que tenía “lunares” o enfados). Recordé mis ratos en la Sala Cervantes y la referencia a la Sala Barbieri, de partituras, donde nunca he trabajado, para escribir este texto

-En mayo tuvimos la última sesión de nuestro seminario de transcripción de documentos, una actividad que desarrollamos con los alumnos internos del proyecto Historia15 a quienes enseñamos a editar manuscritos. Aquí veis a una parte de los asistentes con la Dra. Eva Bravo, miembro del proyecto, y también profesora del seminario.

-Ya os hablé en una antigua entrada de por qué hay que ir a Lovaina. Pues me apliqué el cuento y de nuevo volé allí a encontrarme con alumnos. Gracias al profesor Bert Cornillie por su generosa hospitalidad: 

Di un par de clases y participé en un interesante coloquio sobre pronombres clíticos dirigido por Bert Cornillie:
Con Carlota de Benito y Andrés Enrique
-La recomendación del mes: música de Accademia del Piacere, el grupo dirigido por el sevillano Fahmi Alqhai. Rediscovering Spain (Glossa) es un disco de maravillosa factura y cuidado sonido, con la libertad, el virtuosismo y la improvisación musical marca de la casa Alqhai.


Llega junio, y su lanza blande el tórrido verano.

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Ha sido un mes larguísimo y ha habido de todo. Aquí van algunas fotos de las cosas buenas:

-Cena en Sevilla con la especialista en educación multilingüe y paisaje lingüístico Christine Hélot. Entre nosotras, el interesante libro que Christine acaba de coeditar Linguistic Landscapes, Multilingualism and Social Change (Peter Lang). 


-Juan Luis Carriazo, profesor de Historia en la Universidad de Huelva y miembro del proyecto Historia15, fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Ingresó con el discurso "Un precedente de don Quijote en la Sevilla del Descubrimiento", un texto humano, lleno de guiños, sabiduría y de amenidad. ¡Enhorabuena, Juan Luis!


-Estuve en Madrid para ver la representación de un texto escrito por mí que ganó el primer premio del concurso convocado por el Museo de la Biblioteca Nacional de Madrid de microdiálogos teatrales. Estos son los actores que lo representaron:

-El concurso pedía un texto de hasta 600 caracteres (¡era muy micro!) donde se recrease un diálogo entre San Isidoro de Sevilla, Quevedo y Francisco de Jareño, el olvidado arquitecto de la Nacional, del que sabemos muy poco (pero sí que tenía “lunares” o enfados). Recordé mis ratos en la Sala Cervantes y la referencia a la Sala Barbieri, de partituras, donde nunca he trabajado, para escribir este texto

-En mayo tuvimos la última sesión de nuestro seminario de transcripción de documentos, una actividad que desarrollamos con los alumnos internos del proyecto Historia15 a quienes enseñamos a editar manuscritos. Aquí veis a una parte de los asistentes con la Dra. Eva Bravo, miembro del proyecto, y también profesora del seminario.

-Ya os hablé en una antigua entrada de por qué hay que ir a Lovaina. Pues me apliqué el cuento y de nuevo volé allí a encontrarme con alumnos. Gracias al profesor Bert Cornillie por su generosa hospitalidad: 

Di un par de clases y participé en un interesante coloquio sobre pronombres clíticos dirigido por Bert Cornillie:
Con Carlota de Benito y Andrés Enrique
-La recomendación del mes: música de Accademia del Piacere, el grupo dirigido por el sevillano Fahmi Alqhai. Rediscovering Spain (Glossa) es un disco de maravillosa factura y cuidado sonido, con la libertad, el virtuosismo y la improvisación musical marca de la casa Alqhai.


Llega junio, y su lanza blande el tórrido verano.

martes, 28 de mayo de 2013

Por la yod al arte (V): ¡Esto es ritmo!

La tela a ras de suelo, el bote de pintura gotea... Pollock está trabajando de pie, sentado o agachado, pero en movimiento constante, como sus pinceles.  El resultado es este:

Summertime (9a) de Jackson Pollock (1912-1956), visible en la Tate Modern de Londres. 
Esto es ritmo y está lleno de vida. Es horizontal como una palabra, el trazo de la pintura está bailando y a mí me hace recordar ese ritmo que también tenemos nosotros al hablar. 
La música de las palabra es su acento. Menéndez Pidal lo llamaba el alma de la palabra y sostenía que era un garante de su identidad desde el latín al castellano, ya que en general pocas habían desplazado su acento desde la lengua madre. Pero los cambios fonéticos han hecho perderse vocales interiores o finales, y, sin variar en general la vocal que era fuerte en latín, cada lengua romance ha terminado creando su propio ritmo: el del español es llano (la  mayoría de sus palabras lo son), el del italiano es esdrújulo, el del francés agudo. 
Nebrija hablaba en su Gramática de la lengua castellana (1492) de «los acentos que tiene la lengua castellana» y separaba muy acertadamente la mayoría llana de la acentuación española, las razones evolutivas de los agudos y las pretensiones cultistas de algunos usos esdrújulos:

La segunda regla sea: que todas las palabras de nuestra lengua común mente tienen el acento agudo en la penúltima sílaba, y en las dicciones bárbaras o cortadas del latín, en la última sílaba muchas veces, y muy pocas en la tercera, contando desde el fin; y en tanto grado rehúsa nuestra lengua el acento en este lugar, que muchas veces nuestros poetas, pasando las palabras griegas y latinas al castellano, mudan el acento agudo en la penúltima, teniéndolo en la que está antes de aquélla.

Y esa es la música con que te toca bailar, porque no eres dueño de acentuar donde quieras, aprendes a decir inspiración como aguda, lienzo como llana o psíquico como esdrújula con el mismo automatismo con que Pollock pintó Summertime. Esta obra es más una acción que una imagen, igual que una tilde es un compás más que una letra.
Tú también tienes un ritmo, porque ¿prefieres período a periodo, cardíaco a cardiaco, chófer a chofer, íbero o ibero? Deja tu comentario, dejá tu cómentario.

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La tela a ras de suelo, el bote de pintura gotea... Pollock está trabajando de pie, sentado o agachado, pero en movimiento constante, como sus pinceles.  El resultado es este:

Summertime (9a) de Jackson Pollock (1912-1956), visible en la Tate Modern de Londres. 
Esto es ritmo y está lleno de vida. Es horizontal como una palabra, el trazo de la pintura está bailando y a mí me hace recordar ese ritmo que también tenemos nosotros al hablar. 
La música de las palabra es su acento. Menéndez Pidal lo llamaba el alma de la palabra y sostenía que era un garante de su identidad desde el latín al castellano, ya que en general pocas habían desplazado su acento desde la lengua madre. Pero los cambios fonéticos han hecho perderse vocales interiores o finales, y, sin variar en general la vocal que era fuerte en latín, cada lengua romance ha terminado creando su propio ritmo: el del español es llano (la  mayoría de sus palabras lo son), el del italiano es esdrújulo, el del francés agudo. 
Nebrija hablaba en su Gramática de la lengua castellana (1492) de «los acentos que tiene la lengua castellana» y separaba muy acertadamente la mayoría llana de la acentuación española, las razones evolutivas de los agudos y las pretensiones cultistas de algunos usos esdrújulos:

La segunda regla sea: que todas las palabras de nuestra lengua común mente tienen el acento agudo en la penúltima sílaba, y en las dicciones bárbaras o cortadas del latín, en la última sílaba muchas veces, y muy pocas en la tercera, contando desde el fin; y en tanto grado rehúsa nuestra lengua el acento en este lugar, que muchas veces nuestros poetas, pasando las palabras griegas y latinas al castellano, mudan el acento agudo en la penúltima, teniéndolo en la que está antes de aquélla.

Y esa es la música con que te toca bailar, porque no eres dueño de acentuar donde quieras, aprendes a decir inspiración como aguda, lienzo como llana o psíquico como esdrújula con el mismo automatismo con que Pollock pintó Summertime. Esta obra es más una acción que una imagen, igual que una tilde es un compás más que una letra.
Tú también tienes un ritmo, porque ¿prefieres período a periodo, cardíaco a cardiaco, chófer a chofer, íbero o ibero? Deja tu comentario, dejá tu cómentario.

lunes, 20 de mayo de 2013

Sí se puede

¿Abreviar al scribir? Y q el txto rsultnt qde + o - así. ¿Q os parece leer 1 post n q s pierdan unas quâtas letras? Algunos dirán: ¡No se puede! ¡Abreviar palabras es el enemigo!¡En mis tiempos esto no pasaba! ¡Antorchas!
Lo cierto es que en la manuscritura antigua se abreviaba muchísimo: formas de tratamiento (V.M.), nasales (con un signo abreviativo sobre la vocal: cātaba era cantaba), palabras como merced, que, para, señor, perdido, tierra, cristiano, persona... son comunes en su versión pequeña, llenas de curvas superiores o de trazos inferiores que significaban que faltaba algo, que había que restituir letras.
También en documentación manuscrita muy cuidada y en impresos se daban estos fenómenos, y no solo por la carestía de la tinta, el menor esfuerzo al escribir o el deseo de que una palabra cupiese en la línea. Existía una rutina gráfica y lectora habituada al uso de abreviaturas, es más, incluso había marcas de abreviación que no significaban abreviatura alguna, eran meros exornos gráficos asociados a una palabra.
Por eso quienes editan textos antiguos deben tarde o temprano enfrentarse al problema de cómo desarrollar las abreviaturas de su fuente.
Esto de las abreviaturas técnicamente es conocido como braquigrafía y había tradiciones de escritura que insistían en prácticas braquigráficas que otras tradiciones solían escribir como palabras desarrolladas.
¿Podemos abreviar hoy? En el móvil o al escribir rápidamente los apuntes de clase, sí se puede. Pero no se puede (debe) en los exámenes, trabajos escritos ni en el correo formal. Porque la rutina gráfica actual asocia la abreviatura a un registro escrito de inmediatez y poca elaboración. Escribir para otro abreviando no es hoy señal de escritura cuidada.
¿Crees que se puede? ¿Usas abreviaturas al escribir? ¿Cuáles? ¿Cuál es el símbolo de abreviación más raro que has visto? Deja tu comêtario, sea extêso, lôgamête desarrollado o no.
Abreviaturas de letra gótica
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¿Abreviar al scribir? Y q el txto rsultnt qde + o - así. ¿Q os parece leer 1 post n q s pierdan unas quâtas letras? Algunos dirán: ¡No se puede! ¡Abreviar palabras es el enemigo!¡En mis tiempos esto no pasaba! ¡Antorchas!
Lo cierto es que en la manuscritura antigua se abreviaba muchísimo: formas de tratamiento (V.M.), nasales (con un signo abreviativo sobre la vocal: cātaba era cantaba), palabras como merced, que, para, señor, perdido, tierra, cristiano, persona... son comunes en su versión pequeña, llenas de curvas superiores o de trazos inferiores que significaban que faltaba algo, que había que restituir letras.
También en documentación manuscrita muy cuidada y en impresos se daban estos fenómenos, y no solo por la carestía de la tinta, el menor esfuerzo al escribir o el deseo de que una palabra cupiese en la línea. Existía una rutina gráfica y lectora habituada al uso de abreviaturas, es más, incluso había marcas de abreviación que no significaban abreviatura alguna, eran meros exornos gráficos asociados a una palabra.
Por eso quienes editan textos antiguos deben tarde o temprano enfrentarse al problema de cómo desarrollar las abreviaturas de su fuente.
Esto de las abreviaturas técnicamente es conocido como braquigrafía y había tradiciones de escritura que insistían en prácticas braquigráficas que otras tradiciones solían escribir como palabras desarrolladas.
¿Podemos abreviar hoy? En el móvil o al escribir rápidamente los apuntes de clase, sí se puede. Pero no se puede (debe) en los exámenes, trabajos escritos ni en el correo formal. Porque la rutina gráfica actual asocia la abreviatura a un registro escrito de inmediatez y poca elaboración. Escribir para otro abreviando no es hoy señal de escritura cuidada.
¿Crees que se puede? ¿Usas abreviaturas al escribir? ¿Cuáles? ¿Cuál es el símbolo de abreviación más raro que has visto? Deja tu comêtario, sea extêso, lôgamête desarrollado o no.
Abreviaturas de letra gótica

jueves, 9 de mayo de 2013

Yo soy ese

Yo soy ese.

Ese sonido que pierdes a final de sílaba si eres andaluz.
Lo mismo me escribieron s que ss que  ese larga (⌠) en la Edad Media.
El que asocias al plural en la ilusión de tus certezas.
El que sin embargo es singular en lo que esperas sea solo una vez en tu vida: crisis.
Artículo en catalán balear sa.
Tilde diacrítica quién soy. 
El umbral de tus condiciones si me usas.
Voz de arriero so,  que antes fue un posesivo masculino so lugar = su lugar
Rozando las cuatro teclas cercanas en el teclado soy seda.
Y seda silbé en algunas sibilantes medievales perdidas: ts, sh, s
Ya lo sabes. Yo soy s. ¿Y qué es la s para ti?

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Yo soy ese.

Ese sonido que pierdes a final de sílaba si eres andaluz.
Lo mismo me escribieron s que ss que  ese larga (⌠) en la Edad Media.
El que asocias al plural en la ilusión de tus certezas.
El que sin embargo es singular en lo que esperas sea solo una vez en tu vida: crisis.
Artículo en catalán balear sa.
Tilde diacrítica quién soy. 
El umbral de tus condiciones si me usas.
Voz de arriero so,  que antes fue un posesivo masculino so lugar = su lugar
Rozando las cuatro teclas cercanas en el teclado soy seda.
Y seda silbé en algunas sibilantes medievales perdidas: ts, sh, s
Ya lo sabes. Yo soy s. ¿Y qué es la s para ti?