Una cita bíblica (“Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, de otra manera el vino nuevo rompe los odres, y el vino nuevo se derrama y se pierde, por eso el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar”. San Marcos 2.22) sirvió para dar nombre a la colección Odres nuevos (“Vino viejo en odres nuevos") de Castalia, que en el colegio nos familiarizó a muchos con la literatura medieval española cuando éramos menos filólogos que ahora y sólo podíamos leer versiones adaptadas. En la colección se publicaban obras clásicas en español, con bastante modernización lingüística, muchas notas, actividades e información complementaria. Pero algunos de los personajes ya nos eran familiares: los habíamos conocido en los dibujitos (¿dibujos animados?, ¿periquitos?, ¿cómo los llamáis?). En los últimos años ha cambiado mucho el panorama audiovisual al que estamos expuestos, pero quizá alguno guarde en la memoria algunas de las imágenes con que se entretenía a los niños hace años. Las series de animación que ponían en la televisión de los ochenta nos presentaron épocas e historias que reaparecen continuamente en nuestras clases de Filología: el pequeño Ruy Díaz (el Cid niño de la imagen), el Quijote... e incluso la Francia carolingia, el liderazgo de Carlomagno y sus denuedos por aprender a leer eran objeto de uno de los capítulos de la serie francesa Érase una vez.
La reciente película española de animación El Cid: la leyenda recuperó la figura del Cid, pero esta vez un Cid adulto. No os asustéis:
La reciente película española de animación El Cid: la leyenda recuperó la figura del Cid, pero esta vez un Cid adulto. No os asustéis:
Pero, ¿de dónde ha salido este Cid gigante, este superhéroe afeitado y sin barba bellida? ¿Qué niño va a querer leer un poema que comienza poniendo a este jayán con espaldas doble de ancho a llorar? ¡El De los sos ojos tan fuertemientre llorando no es apto para un Cid así, dibujado para trabajar como portero de discoteca o dar tortazos en películas de acción!
¿Cómo leisteis por primera vez los clásicos de la literatura española? ¿Os enganchó su lectura? Leídas las versiones originales, ¿os parece que esas versiones adaptadas os traicionaron un tanto? Dejad vuestros comentarios (u os mandaré al nuevo Cid musculoso para meter miedo...).