viernes, 8 de febrero de 2019

Becarios que hacen ciencia


María, Blanca, quien escribe, Jaime y Ana
Bueno, pues aquí están. Son los de la foto: mis cuatro becarios de investigación, unos lo han sido y otros lo son ahora. Todos ellos están adscritos a Historia15, los sucesivos proyectos de investigación sobre la lengua de los siglos XV y XVI de los que he sido responsable. Ser directora de proyectos me hizo comenzar a dirigir becas de investigación, las ayudas que se conceden para que los estudiantes que han acabado la carrera con mejor expediente puedan hacer su tesis con un sueldo y con la posibilidad de ir entrenándose en la docencia universitaria y en estancias fuera. Dirigir a becarios es una experiencia muy intensa, llena de inquietudes y de alegrías, de picos y valles. Y este mes de febrero, justamente, siento que es un buen momento para reflexionar por escrito sobre este asunto. La primera becaria de investigación que dirigí, Blanca Garrido, acaba de firmar un contrato de profesora en la Universidad de Sevilla. El segundo becario que dirigí, Jaime González, termina este mes su periodo de formación y, ya doctor, se marcha de la Universidad de Sevilla a hacer investigación posdoctoral. Una que vuelve, otro que se va, y dos que permanecen: Ana Romera y María Fernández, dedicadas ambas a sus tesis sobre textos del español del siglo XV. Ya son casi diez años los que llevo dirigiendo alumnos, junto con estos becarios están también los estudiantes de Grado que consiguen becas de seis meses, de colaboración o de introducción a la investigación.
Y ahora, con esa experiencia, puedo decir que también se aprende a dirigir, a combinar firmeza y flexibilidad, a saber delegar. Dirigir becarios es una forma distinta de dar clases: es formar, con una relación más estrecha y constante de la que tienes con un estudiante. Ya no podría entender la Universidad sin el equipo de becarios. Lo que he aprendido con ellos..., lo que he aprendido de mí misma gracias a ellos. En este vídeo que ha preparado la Universidad de Sevilla para el 11 de febrero, el Día de la Mujer en la Ciencia, salimos algunas de las mujeres del equipo (yo llevo en las manos un microfilm... algo casi tan vetusto como un manuscrito). Hacemos ciencia, y en su momento empezamos haciéndola como becarios. ¿Estará leyendo este blog mi próximo becario? Ojalá que sí.



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María, Blanca, quien escribe, Jaime y Ana
Bueno, pues aquí están. Son los de la foto: mis cuatro becarios de investigación, unos lo han sido y otros lo son ahora. Todos ellos están adscritos a Historia15, los sucesivos proyectos de investigación sobre la lengua de los siglos XV y XVI de los que he sido responsable. Ser directora de proyectos me hizo comenzar a dirigir becas de investigación, las ayudas que se conceden para que los estudiantes que han acabado la carrera con mejor expediente puedan hacer su tesis con un sueldo y con la posibilidad de ir entrenándose en la docencia universitaria y en estancias fuera. Dirigir a becarios es una experiencia muy intensa, llena de inquietudes y de alegrías, de picos y valles. Y este mes de febrero, justamente, siento que es un buen momento para reflexionar por escrito sobre este asunto. La primera becaria de investigación que dirigí, Blanca Garrido, acaba de firmar un contrato de profesora en la Universidad de Sevilla. El segundo becario que dirigí, Jaime González, termina este mes su periodo de formación y, ya doctor, se marcha de la Universidad de Sevilla a hacer investigación posdoctoral. Una que vuelve, otro que se va, y dos que permanecen: Ana Romera y María Fernández, dedicadas ambas a sus tesis sobre textos del español del siglo XV. Ya son casi diez años los que llevo dirigiendo alumnos, junto con estos becarios están también los estudiantes de Grado que consiguen becas de seis meses, de colaboración o de introducción a la investigación.
Y ahora, con esa experiencia, puedo decir que también se aprende a dirigir, a combinar firmeza y flexibilidad, a saber delegar. Dirigir becarios es una forma distinta de dar clases: es formar, con una relación más estrecha y constante de la que tienes con un estudiante. Ya no podría entender la Universidad sin el equipo de becarios. Lo que he aprendido con ellos..., lo que he aprendido de mí misma gracias a ellos. En este vídeo que ha preparado la Universidad de Sevilla para el 11 de febrero, el Día de la Mujer en la Ciencia, salimos algunas de las mujeres del equipo (yo llevo en las manos un microfilm... algo casi tan vetusto como un manuscrito). Hacemos ciencia, y en su momento empezamos haciéndola como becarios. ¿Estará leyendo este blog mi próximo becario? Ojalá que sí.



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