viernes, 25 de enero de 2019

Casi treinta años


Hoy hace casi 30 años que murió don Dámaso Alonso. Fue en 1990 y no sé de qué forma ni cómo, pero recuerdo que en el colegio nos hablaron de él ese día y en algún momento del Bachillerato leímos el poema de “Mujer con alcuza” y el más banal pero muy lingüístico sobre el siglo de las siglas. En la Facultad lo estudiamos y leímos más por gusto que por exigencia de los profesores, pero fuimos dibujando su figura desde su análisis de las Soledades, los pasajes en que Alberti habla de él en La arboleda perdida y su posición dentro del grupo del 27. Hace unos años tuve la inmensa suerte de poder leer sus cartas a Luis Rosales, que estudié en este artículo. Una carta escrita desde Estados Unidos valorando al exilio español que encontró allí y unas líneas escritas en Madrid en un tarjetón del Hotel Ritz fueron las piezas más interesantes de ese epistolario, tan corto y tan simbólico por muchas razones. Dámaso Alonso fue también un buen historiador de la lengua, que trabajó sobre fonetismo, análisis de textos literarios, estilística... Ahora que valoramos las tesis y los artículos por citar mucha bibliografía reciente, no está de más recordar que esa bibliografía menos reciente, que ya empieza a ser venerable (cuando no vetusta), tiene mucho que decirnos aún, y sigue mereciendo lecturas y citas. 
Que tengáis una buena semana.

Leer más

Hoy hace casi 30 años que murió don Dámaso Alonso. Fue en 1990 y no sé de qué forma ni cómo, pero recuerdo que en el colegio nos hablaron de él ese día y en algún momento del Bachillerato leímos el poema de “Mujer con alcuza” y el más banal pero muy lingüístico sobre el siglo de las siglas. En la Facultad lo estudiamos y leímos más por gusto que por exigencia de los profesores, pero fuimos dibujando su figura desde su análisis de las Soledades, los pasajes en que Alberti habla de él en La arboleda perdida y su posición dentro del grupo del 27. Hace unos años tuve la inmensa suerte de poder leer sus cartas a Luis Rosales, que estudié en este artículo. Una carta escrita desde Estados Unidos valorando al exilio español que encontró allí y unas líneas escritas en Madrid en un tarjetón del Hotel Ritz fueron las piezas más interesantes de ese epistolario, tan corto y tan simbólico por muchas razones. Dámaso Alonso fue también un buen historiador de la lengua, que trabajó sobre fonetismo, análisis de textos literarios, estilística... Ahora que valoramos las tesis y los artículos por citar mucha bibliografía reciente, no está de más recordar que esa bibliografía menos reciente, que ya empieza a ser venerable (cuando no vetusta), tiene mucho que decirnos aún, y sigue mereciendo lecturas y citas. 
Que tengáis una buena semana.

viernes, 18 de enero de 2019

Traducciones en 'Roma'


La noticia de que se han retirado los subtítulos a español europeo que pusieron a la peli Roma de Cuarón ha sido el final de una historia que ha dado lugar a varios y muy buenos análisis sobre cómo el mundo audiovisual se acerca a la variación interna del español. En España, los artículos al respecto han sido muchos, pero, jugando con lo que la propia noticia nos muestra, yo prefiero recomendar desde aquí que tratéis de buscar información sobre este asunto en los medios americanos. Porque, leyendo este artículo del Heraldo de Colombia, quedan manifiestas no solo esas diferencias léxicas entre eso que llamamos español peninsular (mejor: español europeo) y eso que llamamos español hispanoamericano (mejor: americano), sino las diferencias en los modos de escribir en el periodismo de un lado y de otro.  
Por otra parte, hemos hablado mucho de subtitulado en estos días, pero pocos han advertido que es el doblaje el que suele ser, valga la redundancia, doble, ya que muchas pelis y series se doblan en España y en México simultáneamente, pensando en el mercado europeo y en el americano.
Leer más

La noticia de que se han retirado los subtítulos a español europeo que pusieron a la peli Roma de Cuarón ha sido el final de una historia que ha dado lugar a varios y muy buenos análisis sobre cómo el mundo audiovisual se acerca a la variación interna del español. En España, los artículos al respecto han sido muchos, pero, jugando con lo que la propia noticia nos muestra, yo prefiero recomendar desde aquí que tratéis de buscar información sobre este asunto en los medios americanos. Porque, leyendo este artículo del Heraldo de Colombia, quedan manifiestas no solo esas diferencias léxicas entre eso que llamamos español peninsular (mejor: español europeo) y eso que llamamos español hispanoamericano (mejor: americano), sino las diferencias en los modos de escribir en el periodismo de un lado y de otro.  
Por otra parte, hemos hablado mucho de subtitulado en estos días, pero pocos han advertido que es el doblaje el que suele ser, valga la redundancia, doble, ya que muchas pelis y series se doblan en España y en México simultáneamente, pensando en el mercado europeo y en el americano.

viernes, 4 de enero de 2019

Jugando al golf con doña Emilia


No está entre mis propósitos de 2019 aprender a jugar al golf. Me reconozco incapaz de ejercer la clase de paciencia necesaria para ese deporte y soy capaz de visualizarme estrellando el palo contra el césped. Sí, en cambio, trataré en este año que empieza de contar por aquí algunas de las claves lingüísticas que encuentro en las lecturas que hago por mero placer. Y aquí va la primera.
Estas Navidades me ha acompañado el libro El encaje roto. Antología de cuentos de violencia contra las mujeres; se trata de una buena recopilación de cuentos de Emilia Pardo Bazán (1851-1921) editada por la profesora Cristina Patiño Eirín en Contraseña editorial. El subtítulo de este libro no agrupa a todos los cuentos que se incluyen (hay también violencia de las mujeres pero sobre todo hay prejuicios contra las mujeres), pero en cualquier caso, El encaje roto es como antología una buenísima representación de Pardo Bazán como cuentista, con los motivos costumbristas esperables de su tiempo, pero también con un retrato completo de todos los tipos de mujer que se podía uno encontrar en el siglo XIX: la fiel esposa, la amante, la gitana, la letrada, la estéril, la discapacitada, la aprovechada, la sometida...  
En esa recopilación me he topado con algunas palabras que no conocía, sorpresa agradabilísima que da lugar a que una se distraiga de la lectura, cotillee sobre la voz en cuestión y termine tardando más de la cuenta en terminar un libro.
Si os hablo de un juego que consiste en un palo con terminación curva con el que se desplaza una pelota para que entre en un agujero que se ha hecho previamente... todos pensáis en golf. Pues bien, antes de que ese deporte de inspiración británica se extendiese por España, muchos de nuestros antepasados pensarían en el juego popular de la CACHAVA. Es una de las palabras que he aprendido dentro de este libro. Una cachava es un cayado o bastón con final curva pero también, oh sorpresa, era un juego que desde  principios del siglo XX (o sea, en la propia época de doña Emilia) y en su versión más técnica y profesional llamamos golf. Me imagino los anuncios de las promociones urbanísticas si los redactásemos con la vieja palabra: preciosas villas de lujo con vistas al césped de un imponente campo de cachavas. En fin, que ni el golf es nuevo ni Pardo Bazán antigua. 
Me alegrará que nos sigamos leyendo por aquí cada viernes de 2019.

Leer más

No está entre mis propósitos de 2019 aprender a jugar al golf. Me reconozco incapaz de ejercer la clase de paciencia necesaria para ese deporte y soy capaz de visualizarme estrellando el palo contra el césped. Sí, en cambio, trataré en este año que empieza de contar por aquí algunas de las claves lingüísticas que encuentro en las lecturas que hago por mero placer. Y aquí va la primera.
Estas Navidades me ha acompañado el libro El encaje roto. Antología de cuentos de violencia contra las mujeres; se trata de una buena recopilación de cuentos de Emilia Pardo Bazán (1851-1921) editada por la profesora Cristina Patiño Eirín en Contraseña editorial. El subtítulo de este libro no agrupa a todos los cuentos que se incluyen (hay también violencia de las mujeres pero sobre todo hay prejuicios contra las mujeres), pero en cualquier caso, El encaje roto es como antología una buenísima representación de Pardo Bazán como cuentista, con los motivos costumbristas esperables de su tiempo, pero también con un retrato completo de todos los tipos de mujer que se podía uno encontrar en el siglo XIX: la fiel esposa, la amante, la gitana, la letrada, la estéril, la discapacitada, la aprovechada, la sometida...  
En esa recopilación me he topado con algunas palabras que no conocía, sorpresa agradabilísima que da lugar a que una se distraiga de la lectura, cotillee sobre la voz en cuestión y termine tardando más de la cuenta en terminar un libro.
Si os hablo de un juego que consiste en un palo con terminación curva con el que se desplaza una pelota para que entre en un agujero que se ha hecho previamente... todos pensáis en golf. Pues bien, antes de que ese deporte de inspiración británica se extendiese por España, muchos de nuestros antepasados pensarían en el juego popular de la CACHAVA. Es una de las palabras que he aprendido dentro de este libro. Una cachava es un cayado o bastón con final curva pero también, oh sorpresa, era un juego que desde  principios del siglo XX (o sea, en la propia época de doña Emilia) y en su versión más técnica y profesional llamamos golf. Me imagino los anuncios de las promociones urbanísticas si los redactásemos con la vieja palabra: preciosas villas de lujo con vistas al césped de un imponente campo de cachavas. En fin, que ni el golf es nuevo ni Pardo Bazán antigua. 
Me alegrará que nos sigamos leyendo por aquí cada viernes de 2019.