Una ciudad puede ser vista como un gran texto desplegado entre plazas,
callejones, avenidas y alamedas, con mensajes escritos en los grandes
escaparates de multinacionales, en las paredes llenas de grafitis y en frágiles
carteles particulares pegados a un árbol. Paseamos por la ciudad hablando y, sin darnos cuenta, no paramos de leer. Yo quise hacer una fotografía lingüística del lugar en que habito, y el resultado ha sido este libro que acaba de salir:
Lola Pons Rodríguez (2012): El paisaje lingüístico de Sevilla. Lenguas y
variedades en el escenario urbano hispalense. Diputación de Sevilla. Sección
Ciencias Sociales 25, ISBN 978-84-7798-332-2, 312 páginas, 18 euros. Purchase/ Compra: aquí