miércoles, 28 de noviembre de 2012

Los impresores se multiplicaron por la tierra


En 1470, el monje Werner Rolewinck termina su crónica universal Fasciculus Temporum describiendo algunos hechos que ocurren en torno a la década de 1460, y ahí desliza esta frase “Et impressores librorum multiplicantur in terra” ('los impresores de libros se multiplicaron por la tierra'), haciendo alusión al nuevo invento de la imprenta. La anécdota la recuperó Lotte Hellinga, incunabulista, en su trabajo sobre El códice en el siglo XV. Y ahora que se celebra en Sevilla la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, me pregunto cuántas editoriales estarán representadas en esos anaqueles llenos de libros y cuántos de ellos estarán dedicados a la Historia de la Lengua.
Arco Libros, Ariel, Vervuert Iberoamericana, Peter Lang, Espasa Calpe... son las editoriales actuales que suelen publicar más libros vinculados a la Historia del español. Algunas de ellas son nuevas y otras muy vetustas, tanto que Menéndez Pidal también publicó en Espasa, además de en otras editoriales hoy ya olvidadas como Bailly-Bailliere e Hijos, donde sacó la edición de la Primera Crónica General de Alfonso X. En una carta de 1907 que escribió a Rufino José Cuervo, Pidal se quejaba de que no tenía ejemplares suficientes de la obra como para regalar a sus compromisos y que la editorial en cambio los mandaba a diarios provinciales: ”El editor, con mano avara, no reparte más que para la propaganda; lo peor es que considera como propaganda adecuada El Carbayón de Oviedo, El Eco de Cuenca”.
¿Cuál es tu editorial preferida? ¿La que edita de la forma más gustosa y apetecible o la que edita de forma más barata y accesible? ¿Te has pasado al libro electrónico? ¿Tienes una editorial de Historia de la Lengua de cabecera o consumes, con mano avara, meras fotocopias? Deja tu comentario...
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En 1470, el monje Werner Rolewinck termina su crónica universal Fasciculus Temporum describiendo algunos hechos que ocurren en torno a la década de 1460, y ahí desliza esta frase “Et impressores librorum multiplicantur in terra” ('los impresores de libros se multiplicaron por la tierra'), haciendo alusión al nuevo invento de la imprenta. La anécdota la recuperó Lotte Hellinga, incunabulista, en su trabajo sobre El códice en el siglo XV. Y ahora que se celebra en Sevilla la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, me pregunto cuántas editoriales estarán representadas en esos anaqueles llenos de libros y cuántos de ellos estarán dedicados a la Historia de la Lengua.
Arco Libros, Ariel, Vervuert Iberoamericana, Peter Lang, Espasa Calpe... son las editoriales actuales que suelen publicar más libros vinculados a la Historia del español. Algunas de ellas son nuevas y otras muy vetustas, tanto que Menéndez Pidal también publicó en Espasa, además de en otras editoriales hoy ya olvidadas como Bailly-Bailliere e Hijos, donde sacó la edición de la Primera Crónica General de Alfonso X. En una carta de 1907 que escribió a Rufino José Cuervo, Pidal se quejaba de que no tenía ejemplares suficientes de la obra como para regalar a sus compromisos y que la editorial en cambio los mandaba a diarios provinciales: ”El editor, con mano avara, no reparte más que para la propaganda; lo peor es que considera como propaganda adecuada El Carbayón de Oviedo, El Eco de Cuenca”.
¿Cuál es tu editorial preferida? ¿La que edita de la forma más gustosa y apetecible o la que edita de forma más barata y accesible? ¿Te has pasado al libro electrónico? ¿Tienes una editorial de Historia de la Lengua de cabecera o consumes, con mano avara, meras fotocopias? Deja tu comentario...

lunes, 19 de noviembre de 2012

Silvio en la Historia de la Lengua Española


No, no, no, no, no busques más que no hay... Qué buena onda contagia la canción Dónde está mi Betis que cantaba el rockero sevillano Silvio en homenaje al equipo de fútbol sevillano (la letra está aquí). Os invito a oírla en directo en este vídeo del año 89:


 Como podéis ver, en la primera frase de la canción se dice “Cuando el rey don San Fernando conquistó a Sevilla, él se preguntó ¿Dónde está mi Betis?. Soy capaz de imaginarme tan verosímil escena: el rey Fernando III, tras batallar con los árabes, se hace con el control de la ciudad y llega en 1248 a Sevilla gritando caballo en galope ¿Dónde está mi Betis? Pero en cambio, me choca que Silvio diga “conquistó a Sevilla” y no “conquistó Sevilla”, como lo diría yo, sin preposición a
Sabemos que el acusativo latino fue reemplazado por el complemento directo en español, que este lleva a normalmente si es específico o animado ("escucho a Silvio" pero "escucho la radio") y que esa ha ido creciendo en uso desde antiguo en nuestro idioma. Pero, ¿quién quiere un cambio lineal?, ¿nos gustan los partidos de fútbol en los que el perdedor desde el minuto cinco ya no tiene nada que hacer? El uso de a en español actual tiene su parte impredecible, pues también se puede observar en algunos casos un retroceso de a, una volatilización de esa preposición aparentemente destinada a ser triunfadora e invasiva en los objetos directos. Ello parece haber ocurrido a a ante países: antes se usaba, ya prácticamente ha desaparecido. Pero el cambio no parece muy antiguo, ya que Silvio aún dice conquistó a Sevilla y Menéndez Pidal escribía cosas como...  “después de la invasión almorávide el Cid conquista a Valencia (Menéndez Pidal, 1924, Poesía juglaresca y juglares, pg. 328). 
He aquí una semejanza de Silvio con don Ramón Menéndez Pidal, dos figuras, en su género, unidas por la Historia de la Lengua Española y, quién sabe, tal vez por el Betis. Olvida el 5-1 de anoche y deja tu comentario. 
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No, no, no, no, no busques más que no hay... Qué buena onda contagia la canción Dónde está mi Betis que cantaba el rockero sevillano Silvio en homenaje al equipo de fútbol sevillano (la letra está aquí). Os invito a oírla en directo en este vídeo del año 89:


 Como podéis ver, en la primera frase de la canción se dice “Cuando el rey don San Fernando conquistó a Sevilla, él se preguntó ¿Dónde está mi Betis?. Soy capaz de imaginarme tan verosímil escena: el rey Fernando III, tras batallar con los árabes, se hace con el control de la ciudad y llega en 1248 a Sevilla gritando caballo en galope ¿Dónde está mi Betis? Pero en cambio, me choca que Silvio diga “conquistó a Sevilla” y no “conquistó Sevilla”, como lo diría yo, sin preposición a
Sabemos que el acusativo latino fue reemplazado por el complemento directo en español, que este lleva a normalmente si es específico o animado ("escucho a Silvio" pero "escucho la radio") y que esa ha ido creciendo en uso desde antiguo en nuestro idioma. Pero, ¿quién quiere un cambio lineal?, ¿nos gustan los partidos de fútbol en los que el perdedor desde el minuto cinco ya no tiene nada que hacer? El uso de a en español actual tiene su parte impredecible, pues también se puede observar en algunos casos un retroceso de a, una volatilización de esa preposición aparentemente destinada a ser triunfadora e invasiva en los objetos directos. Ello parece haber ocurrido a a ante países: antes se usaba, ya prácticamente ha desaparecido. Pero el cambio no parece muy antiguo, ya que Silvio aún dice conquistó a Sevilla y Menéndez Pidal escribía cosas como...  “después de la invasión almorávide el Cid conquista a Valencia (Menéndez Pidal, 1924, Poesía juglaresca y juglares, pg. 328). 
He aquí una semejanza de Silvio con don Ramón Menéndez Pidal, dos figuras, en su género, unidas por la Historia de la Lengua Española y, quién sabe, tal vez por el Betis. Olvida el 5-1 de anoche y deja tu comentario. 

domingo, 11 de noviembre de 2012

Tres años hace


Una frase que repito mucho en mis clases es que es imposible presagiar el futuro de un cambio lingüístico. Es una especulación ociosa plantearse si tal variación en la lengua terminará dentro de un tiempo resolviéndose hacia un lado u otro: ¡los hablantes son impredecibles!  Pero si vaticinar el futuro de un cambio es imposible, no lo es describir su pasado.
Hoy hace tres años que abrí el blog Nosolodeyod... Ahorrémonos tópicos, pero nunca pensé que iba a durar. Y su consolidación en el tiempo no es la única sorpresa que me ha dado. Esto nació como un blog de clase, muy apegado a realidades del día a día de mis asignaturas y de las convocatorias universitarias, y ha terminado siendo el primer blog de Historia de la Lengua en la red, con unas doscientas visitas diarias, ejemplo de que las Letras, la Lengua y la Historia tienen sentido en una sociedad que nos parece que va demasiado rápido. Os doy las gracias a los lectores que hacéis posible que esto siga: a los que hacen comentarios y también a los que siguen Nosolodeyod más silenciosamente.
Para hacer un poco de historia de lo que ha sido este blog os he seleccionado mis tres entradas preferidas, una por cada curso escolar que ha tenido el blog. Elegir ha sido doloroso... pero me he inclinado por estas:
No quiero preguntarme cómo serán los próximos tres años del blog, pero sí preguntaros qué secciones, temas o perfiles os gustaría encontrar más por aquí, cuáles han sido vuestras entradas preferidas y por qué empezasteis (o dejasteis) la lectura del blog. 
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Una frase que repito mucho en mis clases es que es imposible presagiar el futuro de un cambio lingüístico. Es una especulación ociosa plantearse si tal variación en la lengua terminará dentro de un tiempo resolviéndose hacia un lado u otro: ¡los hablantes son impredecibles!  Pero si vaticinar el futuro de un cambio es imposible, no lo es describir su pasado.
Hoy hace tres años que abrí el blog Nosolodeyod... Ahorrémonos tópicos, pero nunca pensé que iba a durar. Y su consolidación en el tiempo no es la única sorpresa que me ha dado. Esto nació como un blog de clase, muy apegado a realidades del día a día de mis asignaturas y de las convocatorias universitarias, y ha terminado siendo el primer blog de Historia de la Lengua en la red, con unas doscientas visitas diarias, ejemplo de que las Letras, la Lengua y la Historia tienen sentido en una sociedad que nos parece que va demasiado rápido. Os doy las gracias a los lectores que hacéis posible que esto siga: a los que hacen comentarios y también a los que siguen Nosolodeyod más silenciosamente.
Para hacer un poco de historia de lo que ha sido este blog os he seleccionado mis tres entradas preferidas, una por cada curso escolar que ha tenido el blog. Elegir ha sido doloroso... pero me he inclinado por estas:
No quiero preguntarme cómo serán los próximos tres años del blog, pero sí preguntaros qué secciones, temas o perfiles os gustaría encontrar más por aquí, cuáles han sido vuestras entradas preferidas y por qué empezasteis (o dejasteis) la lectura del blog. 

viernes, 2 de noviembre de 2012

Y no poder conseguirlo

Desde que empecé a trabajar en la investigación universitaria, puedo decir que no ha habido un día en que no haya al menos dedicado un rato a pensar, a hablar o a leer sobre cómo era la lengua de nuestros antepasados.
Primero descubrí este mundo en las clases que recibí en la Universidad, luego fueron los libros de otros maestros los que, en la soledad del escritorio, me permitieron seguir andando ese camino; después, fue la tentación de ser yo quien se acercase directamente al manuscrito la que me hizo escribir  mis primeras páginas sobre la materia. Más tarde conocí a otros compañeros con intereses afines a los míos, hicimos grupo, y ahí sigo... La Historia de la Lengua es ya una parte diaria de mi vida. No sabría decir si lo que me enternece más es descubrir en los textos antiguos las palabras y las expresiones que yo misma he oído y digo o, al contrario, deshilar en esos mismos textos el motivo, el sentido de las frases y las voces que hoy ya no entendemos.
Pero hay momentos de impotencia, y uno es este en que escribo, en que siento que hay un secreto grande que nunca podré saber, un velo desplegado que no se puede levantar; siento que esos hablantes del pasado se nos han perdido para siempre. Creer que vuelvo a oírlos es un espejismo delicioso. Y no poder conseguirlo es al mismo tiempo el aire que alienta el fuego y el que hace peligrar la llama.

El personaje del Señor Miedo, de Alfonso Casas
http://alfonsocasas.blogspot.com.es/
 

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Desde que empecé a trabajar en la investigación universitaria, puedo decir que no ha habido un día en que no haya al menos dedicado un rato a pensar, a hablar o a leer sobre cómo era la lengua de nuestros antepasados.
Primero descubrí este mundo en las clases que recibí en la Universidad, luego fueron los libros de otros maestros los que, en la soledad del escritorio, me permitieron seguir andando ese camino; después, fue la tentación de ser yo quien se acercase directamente al manuscrito la que me hizo escribir  mis primeras páginas sobre la materia. Más tarde conocí a otros compañeros con intereses afines a los míos, hicimos grupo, y ahí sigo... La Historia de la Lengua es ya una parte diaria de mi vida. No sabría decir si lo que me enternece más es descubrir en los textos antiguos las palabras y las expresiones que yo misma he oído y digo o, al contrario, deshilar en esos mismos textos el motivo, el sentido de las frases y las voces que hoy ya no entendemos.
Pero hay momentos de impotencia, y uno es este en que escribo, en que siento que hay un secreto grande que nunca podré saber, un velo desplegado que no se puede levantar; siento que esos hablantes del pasado se nos han perdido para siempre. Creer que vuelvo a oírlos es un espejismo delicioso. Y no poder conseguirlo es al mismo tiempo el aire que alienta el fuego y el que hace peligrar la llama.

El personaje del Señor Miedo, de Alfonso Casas
http://alfonsocasas.blogspot.com.es/