domingo, 10 de junio de 2012

El tiempo está en uno

Más allá del verano pueden venir estaciones distintas del otoño. En la lengua antigua se podían separar verano y estío como dos estaciones distintas: el verano empezaba al final de la primavera y el estío ocupaba los propios meses de calor. ¿El resultado? Cinco estaciones, como decía Cervantes en el Quijote“A la primavera sigue el verano, al verano el estío, al estío el otoño, al otoño el invierno, y al invierno la primavera, y assí torna a andarse el tiempo”.
Otros borraban la primavera, y ponían al verano en su lugar; el estío era así la segunda estación, como señalaba Juan de Mena en su Comentario a la Coronación del Marqués de Santillana, en el siglo XV: “Demuéstrase el año departido en quatro tienpos: en verano e otoño e estío e invierno; e esto de tres en tres meses: el verano es março, abril e mayo; el estío es junio, julio e agosto; el otoño es setienbre, otubre e novienbre; el invierno es dezienbre, enero e febrero”.
Yo no propongo que cambiemos el número de las estaciones y tampoco quiero sugerir una alteración en el nombre de ellas. Ya sé que el verano boreal, el nuestro, empieza el 21 de junio y aún faltan unos días. No me quiero inmiscuir en solsticios o equinoccios... pero digo que el tiempo también está en uno. Y que, aunque el amigo verano no está aquí, yo me siento en verano: ya va haciendo mucha calor por Sevilla, tengo el corazón de mudanza y la cabeza en el siglo XV.
Por eso, Nosolodeyod se toma este año un poco antes las vacaciones de verano. Volveremos también un poco antes de lo habitual, a principios de septiembre. Hasta entonces, buen verano y cuida tu tiempo.
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Más allá del verano pueden venir estaciones distintas del otoño. En la lengua antigua se podían separar verano y estío como dos estaciones distintas: el verano empezaba al final de la primavera y el estío ocupaba los propios meses de calor. ¿El resultado? Cinco estaciones, como decía Cervantes en el Quijote“A la primavera sigue el verano, al verano el estío, al estío el otoño, al otoño el invierno, y al invierno la primavera, y assí torna a andarse el tiempo”.
Otros borraban la primavera, y ponían al verano en su lugar; el estío era así la segunda estación, como señalaba Juan de Mena en su Comentario a la Coronación del Marqués de Santillana, en el siglo XV: “Demuéstrase el año departido en quatro tienpos: en verano e otoño e estío e invierno; e esto de tres en tres meses: el verano es março, abril e mayo; el estío es junio, julio e agosto; el otoño es setienbre, otubre e novienbre; el invierno es dezienbre, enero e febrero”.
Yo no propongo que cambiemos el número de las estaciones y tampoco quiero sugerir una alteración en el nombre de ellas. Ya sé que el verano boreal, el nuestro, empieza el 21 de junio y aún faltan unos días. No me quiero inmiscuir en solsticios o equinoccios... pero digo que el tiempo también está en uno. Y que, aunque el amigo verano no está aquí, yo me siento en verano: ya va haciendo mucha calor por Sevilla, tengo el corazón de mudanza y la cabeza en el siglo XV.
Por eso, Nosolodeyod se toma este año un poco antes las vacaciones de verano. Volveremos también un poco antes de lo habitual, a principios de septiembre. Hasta entonces, buen verano y cuida tu tiempo.

viernes, 1 de junio de 2012

¡Mira, un yeísmo!

Cosas que pasan: va una tranquilamente por la calle, le da por entrar en su plaza favorita de Sevilla,y se encuentra un yeísmo (capiya por capilla, final de la segunda línea):

Este es un sitio muy simbólico: el pequeño patio de naranjos de la Iglesia de El Salvador de Sevilla, donde hay restos visibles de la antigua mezquita de Ibn Adabbás sobre la que se construyó el imponente templo cristiano. Allí hay también una excavación de la cripta de los Pinelo (del XIV), la sede de un artesano de campanas... y un yeísmo en una placa de principios del XIX. Aunque se ha intentado fechar en época medieval, lo más probable es que el yeísmo (reemplazo de la palatal lateral / ʎ / por /y/, palatal central) naciera en el siglo XVI. Las primeras documentaciones son sobre todo andaluzas, pero posiblemente fue un fenómeno con varios focos de surgimiento.
Este lapicida yeísta nos enseña cómo la historia de la lengua no solo se hace con documentación escrita en papel. Y que un cambio grande y extendido, como este, puede estar reflejado en el soporte más inesperado.
Hoy la mayoría de la población hispanohablante es yeísta y se ha hecho poco frecuente la palatal lateral (la que escribimos con ll; puedes oírla al principio de este vídeo). ¿Eres de alguna de esas zonas donde aún se conserva el antiguo sonido? ¿Nostalgia de esa elle o extrañeza cuando la oyes a veces? Si eres extranjero, ¿te enseñaron a pronunciarla? Deja tu comentario...
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Cosas que pasan: va una tranquilamente por la calle, le da por entrar en su plaza favorita de Sevilla,y se encuentra un yeísmo (capiya por capilla, final de la segunda línea):

Este es un sitio muy simbólico: el pequeño patio de naranjos de la Iglesia de El Salvador de Sevilla, donde hay restos visibles de la antigua mezquita de Ibn Adabbás sobre la que se construyó el imponente templo cristiano. Allí hay también una excavación de la cripta de los Pinelo (del XIV), la sede de un artesano de campanas... y un yeísmo en una placa de principios del XIX. Aunque se ha intentado fechar en época medieval, lo más probable es que el yeísmo (reemplazo de la palatal lateral / ʎ / por /y/, palatal central) naciera en el siglo XVI. Las primeras documentaciones son sobre todo andaluzas, pero posiblemente fue un fenómeno con varios focos de surgimiento.
Este lapicida yeísta nos enseña cómo la historia de la lengua no solo se hace con documentación escrita en papel. Y que un cambio grande y extendido, como este, puede estar reflejado en el soporte más inesperado.
Hoy la mayoría de la población hispanohablante es yeísta y se ha hecho poco frecuente la palatal lateral (la que escribimos con ll; puedes oírla al principio de este vídeo). ¿Eres de alguna de esas zonas donde aún se conserva el antiguo sonido? ¿Nostalgia de esa elle o extrañeza cuando la oyes a veces? Si eres extranjero, ¿te enseñaron a pronunciarla? Deja tu comentario...