No soy excesivamente fetichista con los libros, pero hay algunos libros viejos que
he ido comprando y que atesoro con especial cuidado. Muchos de ellos tienen relación con la Lingüística
Histórica del español o de otras lenguas. Os quiero enseñar aquí algunos de
ellos:
-Menéndez Pidal en Austral. ¿Quién no tiene un libro de Austral en casa? De
los dos mil títulos que desde 1937 sacó Austral (os enlazo a un especial que
salió en Ínsula) hay más de una decena de verdes
de don Ramón, que se encuentran aún muy fácilmente en cualquier librería de
viejo.
-Mi Duden. Este lo compré baratísimo en Lyon, creo que quien me lo vendió no sabía la joya que era tener un ejemplar de principios de siglo (1924) de este diccionario, cuya primera edición (la hecha por Konrad Duden) data de 1872. Los sucesivos diccionarios Duden se convirtieron en el estándar de la ortografía alemana en el siglo XX.
Esa manita no es mía... |
-Otra vez Alemania. Esta es una primera edición de la traducción española (1929) de dos ensayos de Vossler, hecha en Buenos Aires. Me gusta mucho ese primer periodo de la formación de la Filología española en que Pidal y Lapesa se esforzaban en explicar, matizar y aplicar las teorías del idealismo en España.
-La Crestomatía de Pidal (1966). La compré hace años y la uso muchísimo. Aprendí la palabra crestomatía y su significado en las clases de Historia de la Lengua.
-¡El Keniston! Quiero decir, la Syntax of Castilian Prose. 16th century de Keniston (1937). Un día me harté de tenerla fotocopiada, y de consultarla fotocopiada también en la Biblioteca de la Universidad, así que decidí regalármela con ocasión de alguna Navidad. La compré en Iberlibro. Su anterior propietario, un tal David Gold, le puso fecha en México en 1965... qué intriga.
-Y por último, un libro reciente, el único de esta lista que no compré de segunda mano: la Defensa del estudiante y de la universidad de Pedro Salinas, un libro del
que hablé en el blog a principios de este curso 2011/ 2012 y que reaparece ahora, al final. Este
es el libro que he elegido para ir a la manifestación que el próximo martes 22 de
mayo partirá del Rectorado a las 18,30 contra los recortes en
Educación. Los alumnos nos convocan con libro en mano y camisa blanca, el color
del luto en varias culturas.
Y yo voy, tras la bandera de la educación.
Porque en dos semanas he tenido que ver, desde dos partidos distintos, ofensas
al colectivo de profesores, bajadas de sueldo, puertas abiertas a despidos y
puertas cerradas a los jóvenes investigadores que estamos formando en las universidades. Porque para
mí la educación sí que es un tesoro. ¿Qué libro vas a llevar tú? Deja tu
comentario.
14 comentarios:
Me encanta ver cómo hay más gente en el mundo que rebusca en librerías de viejo y se le ilumina la cara cuando da con ESE libro.
Personalmente, casi me gustan más los libros de segunda mano que los nuevos...
Yo todavía no sé qué libro llevaré, pero me encanta que estemos profesores y alumnos unidos en esto. Nos vemos en el Patio de la Fuente =)
Qué gran entrada!! Desde luego, el que no tenga un libro de Austral que tire la primera piedra. Tal y como dice Itzall, lo mejor de todo este horror que está ocurriendo es que los alumnos y los profesores estaremos juntos, unidos bajo una misma causa común. Espero ir, espero verte y espero ver muchos, muchos libros. Un abrazo
Pensaba llevar uno de Carlos Fuentes, en homenaje al escritor que se nos fue. Echando un vistazo a mis humildes estanterías me he visto tentado a coger la novela clásica de la revolución en México, “Los de abajo” de Mariano Azuela, por aquello que representó en su momento y por lo que podrá representar la manifestación de mañana en nuestro futuro(revolución pacífica por supuesto). También podría llevar un ensayo de Zamora Vicente cuyo título dice mucho de la situación que estamos viviendo actualmente, “La realidad esperpéntica”. Poniéndome un poco sentimental, podría elegir uno de cualquiera de los escritores sevillanos del grupo Mediodía que tan olvidados los tenemos y a los que recurro de vez en cuando: “Los años irreparables” de Rafael Montesinos, “La Ciudad” de Chaves Nogales, o el siempre necesario “Ocnos” de Cernuda. Me parecía bueno pasear un rato por Sevilla libros de escritores que también anduvieron por estas mismas calles en su momento. Pero al final, he cogido uno por casualidad y será el elegido: Una antología de textos de Francisco Giner de los Ríos, sobre educación, ciencias sociales y política, editado por la Junta de Andalucía y que tiene un título bastante certero para llevar mañana, como bien dices, tras la bandera de la educación, “Por una senda clara”. Saludos Lola, y felicidades por la nueva entrada, esperada hoy como agua de mayo.
Lola, confieso que no tenía demasiada intención de acudir, pero el blog me anima no poco; hay que ser solidario con los jóvenes. De hacerlo, llevaría un libro de poemas con el que descanso de la asignatura. Hace mucho tiempo que no leo poesía nueva, salvo que el autor se llame Caballero Bonald, pero en esta ocasión me alegro de incumplir la norma implícita. Se trata de Wislawa Szymborska, dejo aquí un fragmento de "Algo sobre el alma": Alma se tiene a veces./ Nadie la posee sin pausa/ y para siempre./...A veces solo en el arrobo/ y los miedos de la infancia/ anida por más tiempo./ A veces nada más en el asombro/ de haber envejecido... Disculpa, me alejo del tema principal, en cualquier caso: NO a los recortes. Saludos
Qué bonitos esos versos, Pascual. Tengo que decir que pensé llevarme otro libro, La decadencia de Occidente... pero pesaba demasiado.
Desde Madrid y blandiendo el curso de Hans H.Orberg "Lingua latina per se illustrata", cuyo estudio es lo que me ocupa últimamente, os acompañaré en vuestro paseo-manifestación. Recuerdo lo que son los recortes en toreo:" Se llama recorte a toda aquella suerte en que el diestro se junta con el toro en un mismo centro, y cuando humilla le da un quiebro de cuerpo con el cual libra la cabezada, y sale con diferente viaje"(Paquiro. Tauromaquia completa. Ed.Turner) Espero que a estos otros recortadores no les salga tan limpia la faena. Desde luego, no habrá humillación alguna. Salud y saludos.
Definitivamente llevaré un libro de Blas de Otero, que con los tiempos que corren me da la impresión de que se van a volver a rescatar muchos de sus versos con todo lo que tienen de valor, y no con esa mera apreciación de "poesía social" que nunca ha sido del todo acertada en mi opinión. Al menos para mí su poesía nunca ha pasado de moda y pertenece a todos los tiempos y todos los hombres: nací en 1985 y llevo casi media vida leyéndolo. Eso sí, la primera edición de "Que trata de España" (Cuba, 1964) se queda en casa, uno no puede andar con ese tipo de pequeñas joyas personales por la calle sin dejar de sufrir algún tipo de paranoia constante a lo imprevisible.
Gracias por promover indirectamente esta manifestación, Lola. Allí estaré mañana.
"Cuanto menos aire, más.
Cuanto más sediento, más.
Ni más ni menos. Más."
B. de O.
Ummm, yo me compré filosofía del Lenguaje en Losada, de Vossler, por iberlibro y todavía estaba sin usar... increíble.
Umm, yo me llevé un libro interesante: ÉTICA Y ESTILO FALANGISTAS, un libro publicado en los 70, escrito por falangistas antifranquistas, recogiendo sentencias o algunos párrafos donde se aconseja un buen comportamiento para con los demás y para con uno mismo en todos los ámbitos de la vida. Si recopilador y autor principal es Sigfredo Hillers de Luque, y cada vez creo que es más difícil de encontrar. Creo que esta casta gobernante, heredera del tardofranquismo, deberían llevarse un buen rapapolvos y con una patada allá abajo mandarlos a algún lugar en el que no ostenten poder.
Saludos.
Madre mía, falangismo a estas alturas...
Llevé una edición de El Quijote, del maestro, para mí, una "bilia" literaria. Lo vi oportuno también porque cierta ínsula me recordaba a este desatino de país que olvida la educación pública, lo convierte todo en una falsa, como la ínsula, ficción.
Mi libro favorito de Austral es "Flor nueva de romances viejos": lo leo continuamente. Creo que Menéndez Pidal fue un genial maestro de todos nosotros a través de sus libros, en Austral muchos de ellos.
¡Aaaarg, maldita! ¡Te cambio un brazo por todos los libros de Menéndez Pidal! Mira, son todo ventajas: si viniera un holocausto zombie, tendrías algo con qué distraer su atención en caso de que te fueran persiguiendo, mientras que a mí me comerían sin brazo y con todos esos libros a cuestas... *risas*
La verdad es que da gusto encontrar gente que todavía sabe valorar el talento del Maestro, y que, como yo, busca hasta debajo de las piedras para hacerse con alguna obra suya.
Me ha gustado mucho la entrada.
Un saludo pidaliano
D. Valmont
El libro elegido para mi sería sin duda "Un velero Bergantín" de García Montero. Hay que defender a alumnos, a profesores y a la enseñanza.
El libro elegido para mi sería sin duda "Un velero Bergantín" de García Montero. Hay que defender a alumnos, a profesores y a la enseñanza.
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