viernes, 12 de marzo de 2010

Menéndez Pidal era el marido de...

Mañana, 13 de marzo, se cumplen 141 años del nacimiento de Ramón Menéndez Pidal en La Coruña. Hay abundantes ejemplos de filólogos de particular longevidad, y Pidal fue uno de ellos, ya que murió con 99 años en 1968. Pero hoy no vamos a ocuparnos de él. Como el pasado lunes 8 de marzo se celebraba el Día de la Mujer Trabajadora, nuestra entrada de hoy se dedicará a María Goyri (1874-1955), la esposa de D. Ramón, de cuya biografía podemos acentuar su presencia pionera en ámbitos intelectuales donde las mujeres no estaban presentes en esa época. Fue la primera mujer en licenciarse en Filosofía y Letras (carrera precedente de nuestra actual Filología) y la primera en doctorarse. Recuperó junto a Pidal el Romancero vivo en el siglo XX en Castilla e investigó sobre historia del lenguaje literario.
Para nosotros, que estamos acostumbrados a asistir a clases mixtas, y a tener profesores de ambos sexos en la Universidad, el relato de la primera clase que María Goyri recibió en la Facultad de Filosofía y Letras es escalofriante:
«Cuando María Goyri apareció en la puerta de la universidad para dar su primera clase, un portero estaba esperándola. Le condujo, ante la sorpresa de los estudiantes, hasta la sala de profesores. Allá el decano de Filosofía y Letras se acercó ceremoniosamente a la muchacha. 'Señorita, quedará usted aquí hasta la hora de clase. Yo vendré a recogerla'. Cerró con llave y se fue a sus ocupaciones. Cuando sonó la campana el profesor regresó, abrió el encierro y, ofreciéndole el brazo, le hizo caminar lentamente entre dos filas de estudiantes que, entre asombrados e irónicos, veían la irrupción de la igualdad de los sexos instalada en su universidad».
(El fragmento pertenece a María Teresa León, sobrina de Goyri, escritora).
Esta entrada es un homenaje a las mujeres que abrieron el camino a la presencia de otras mujeres en la Universidad española desde el último tercio del XIX: María Elena Maseras, primera universitaria española (se matriculó en 1872 en la Facultad de Medicina), Concepción Arenal, que hubo de estudiar disfrazada de chico, o María Goyri, entre otras. Aún hay espacios a los que llegar, espacios que recuperar, y las puertas no se abren solas (ni tampoco diciendo miembra o alumnos y alumnas). Deja tu comentario...
Una posdata: está abierta la inscripción, gratuita, al seminario Andalucía y América: el futuro lingüístico de un pasado común que se celebrará los días 22 y 23 de marzo en la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla. La inscripción de hace a través del correo-e de la organizadora, Eva Bravo (ebravoARROBAus.es).
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Mañana, 13 de marzo, se cumplen 141 años del nacimiento de Ramón Menéndez Pidal en La Coruña. Hay abundantes ejemplos de filólogos de particular longevidad, y Pidal fue uno de ellos, ya que murió con 99 años en 1968. Pero hoy no vamos a ocuparnos de él. Como el pasado lunes 8 de marzo se celebraba el Día de la Mujer Trabajadora, nuestra entrada de hoy se dedicará a María Goyri (1874-1955), la esposa de D. Ramón, de cuya biografía podemos acentuar su presencia pionera en ámbitos intelectuales donde las mujeres no estaban presentes en esa época. Fue la primera mujer en licenciarse en Filosofía y Letras (carrera precedente de nuestra actual Filología) y la primera en doctorarse. Recuperó junto a Pidal el Romancero vivo en el siglo XX en Castilla e investigó sobre historia del lenguaje literario.
Para nosotros, que estamos acostumbrados a asistir a clases mixtas, y a tener profesores de ambos sexos en la Universidad, el relato de la primera clase que María Goyri recibió en la Facultad de Filosofía y Letras es escalofriante:
«Cuando María Goyri apareció en la puerta de la universidad para dar su primera clase, un portero estaba esperándola. Le condujo, ante la sorpresa de los estudiantes, hasta la sala de profesores. Allá el decano de Filosofía y Letras se acercó ceremoniosamente a la muchacha. 'Señorita, quedará usted aquí hasta la hora de clase. Yo vendré a recogerla'. Cerró con llave y se fue a sus ocupaciones. Cuando sonó la campana el profesor regresó, abrió el encierro y, ofreciéndole el brazo, le hizo caminar lentamente entre dos filas de estudiantes que, entre asombrados e irónicos, veían la irrupción de la igualdad de los sexos instalada en su universidad».
(El fragmento pertenece a María Teresa León, sobrina de Goyri, escritora).
Esta entrada es un homenaje a las mujeres que abrieron el camino a la presencia de otras mujeres en la Universidad española desde el último tercio del XIX: María Elena Maseras, primera universitaria española (se matriculó en 1872 en la Facultad de Medicina), Concepción Arenal, que hubo de estudiar disfrazada de chico, o María Goyri, entre otras. Aún hay espacios a los que llegar, espacios que recuperar, y las puertas no se abren solas (ni tampoco diciendo miembra o alumnos y alumnas). Deja tu comentario...
Una posdata: está abierta la inscripción, gratuita, al seminario Andalucía y América: el futuro lingüístico de un pasado común que se celebrará los días 22 y 23 de marzo en la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla. La inscripción de hace a través del correo-e de la organizadora, Eva Bravo (ebravoARROBAus.es).

8 comentarios:

Maritornes dijo...

Me ha encantado que rescate en este blog la figura de Goyri. Ella y muchas otras mujeres que conformaron el Lyceum Club de Madrid en los años 20 del pasado siglo fueron intelectuales excepcionales, y su memoria se ha ido diluyendo cada vez más a lo largo del tiempo. Es una pena. Y sobre todo, es estremecedor que una editora (es mi caso) se tenga que enfrentar a "miembras" y a otras cositas igual de simpáticas (expresiones impronunciable como "lxs alumnxs") cada vez en más textos de mujeres que creen estar contribuyendo de ese modo a la lucha por no sé qué igualdad. Creo que deberíamos recordar a estas mujeres que, como Goyri, trabajaron dura y honestamente desde el ámbito científico-académico. Tal vez así nos centremos un poquito.
Me gustaría mencionar a la primera mujer que se doctoró en Filosofía y Letras: Ángela Carraffa, de la Universidad de Salamanca, obtuvo el título de doctora en 1892. Supongo que también sería esposa de alguien, pero no he conseguido rastrear el nombre de su marido.
Un abrazo.
Laura Zorrilla Ortiz de Urbina

Lola Pons dijo...

Además de ese trabajo duro en el ámbito científico-académico que mencionas, esas mujeres pioneras también abogaron por una normalización de la educación física entre las mujeres, porque se enseñase higiene y gimnasia sin distinción de sexo. Es ejemplar esa defensa de una educación integral para ellas.
Un saludo, Maritornes. No sé si eres asturiana, como la Maritornes del Quijote y como el propio Menéndez Pidal.

Olga y Tamara Piñero dijo...

Paradojas de la vida. María Goyri fue la primera mujer que estudió filosofía y letras, rodeada de hombres. Hoy día, en filología es normal ver a muchas chicas y a algunos chicos entre ellas. Parece que se ha dado la vuelta a la historia en este aspecto. Gracias a esta mujer y a otras que lucharon por lo que creían, hoy en día podemos ver a mujeres en todos los ámbitos, en trabajos que antes se decían que eran de hombres. Ya hay mujeres camioneras, bomberas, abogadas, doctoras, etc., que además de ejercer su profesión cuidan de su familia, y este duro y gratificante trabajo no tiene horario ni vacaciones.

Gustavo dijo...

Gracias a mujeres como María Goyri se abrieron puertas que estaban injustamente cerradas a las mujeres pero creo que si hoy volviera a nacer tendría que "remangarse" de nuevo porque, a pesar de que nuestro país ha cambiado mucho, aun queda un largo camino por andar. El porcentaje de mujeres en puestos de responsabilidad no sólo es insultante en empresas o administraciones... ¿y en la Universidad? ¿Cuántas mujeres han llegado a ser rectoras? La primera llegó en 1982, Elisa Pérez Vega, y desde entonces no llegan apenas a la quincena. Una institución como la universitaria, con cientos de años de historia, y que ostenta además la responsabilidad de transmitir los valores más nobles debería reflexionar sobre este tema ¿no? ;-)

Lola Pons dijo...

Bien, ahora hay cuotas de igualdad forzadas en el reparto de tribunales y comisiones, si no me equivoco. De cualquier forma, son muchas las mujeres que por voluntad propia deciden no interesarse por la gestión y administración universitarias. Conciliar e sun verbo de difícil conjugación cuando se hace en primera persona del tiempo presente, con docencia, investigación y vida fuera de las aulas. El caso es que para los hombres sí resulta hacedero y ser padre no significa lo mismo que ser madre, sospecho.

Anónimo dijo...

ESTE BLOG ME PARECE EXCELENTE NO SABIA NADA DE LA VIDA DE LA ESPOSA DE DON RAMON!

Gonzalo Muro dijo...

Es curioso ver cómo grandes hombres contaron con esposas no menos grandes aunque menos conocidas (por motivos obvios de la época, ya se sabe). Por eso me ha alegrado enormemente leer esta entrada ya que desconocía todo lo que en ella se recoge y pone de manifiesto que esa idea de que un gran hombre o una gran mujer precisan de una pareja dispuesta a asumir un segundo plano discreto. No, la fortaleza y el saber se refuerzan mutuamente. Esto es lo que acabo de aprender si es que no lo sabía ya.

Un abrazo agradecido y enhorabuena por este blog que desconocía.

S.M. dijo...

Y todo un puntazo lo de hacer la ruta del Cid como luna de miel, que me imagino a don Ramón preocupadísimo por el misterio de dónde está Alcocer en vez de estar por lo que había que estar.

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