sábado, 25 de diciembre de 2010

Ese niño que ha nacido

Un viernes de diciembre del siglo XVII. No es de noche pero la calleja que lleva a la Inclusa está oscura, el aire huele a lluvia y hace frío en la esquina por la que una mujer pasa con algo arremolinado entre los brazos: un niño de lágrima breve. La madre lo arrulla aún más en la manta vieja y lo pone en el torno. Al girar la madera, dice Ave María y deposita con el niño esta notita:

este niño no ba cristiano / llamen le anton por esta +
[o sea, este niño no está bautizado, llámenle Antón por esta cruz].

La mujer se va llorando por el niño abandonado y nos dejó un documento que se conserva en el Archivo de la Comunidad de Madrid y que fue editado por Pedro Sánchez-Prieto Borja, catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares y director del grupo de investigación GITHE en el volumen IV de los Textos para la historia del español. Aquí otra muestra:

esta niña esta christiana / y se llama Juana Fernandez / no tiene padre ni madre.
Afortunadamente, esos documentos se conservaron como parte de los expedientes de nacimiento guardados en el archivo de la Inclusa. En ellos puede observarse (como en la primera imagen aquí incluida) la grafía poco perita de quienes, sin ser ágrafos, tenían poca práctica en la escritura. Son los documentos poco elaborados, escritos a veces por semicultos, que están siendo recuperados en los últimos años para reconstruir la historia de la lengua no literaria, poco elaborada y apegada a la vida cotidiana. Estas notitas de niños abandonados me recuerdan a la letra de un villancico... Madre en la puerta hay un niño,más hermoso que el sol bello, diciendo que tiene frío,porque viene casi en cueros.Pues dile que entre y se calentará, porque en esta tierra ya no hay caridad
Feliz Navidad a los lectores de nosolodeyod
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Un viernes de diciembre del siglo XVII. No es de noche pero la calleja que lleva a la Inclusa está oscura, el aire huele a lluvia y hace frío en la esquina por la que una mujer pasa con algo arremolinado entre los brazos: un niño de lágrima breve. La madre lo arrulla aún más en la manta vieja y lo pone en el torno. Al girar la madera, dice Ave María y deposita con el niño esta notita:

este niño no ba cristiano / llamen le anton por esta +
[o sea, este niño no está bautizado, llámenle Antón por esta cruz].

La mujer se va llorando por el niño abandonado y nos dejó un documento que se conserva en el Archivo de la Comunidad de Madrid y que fue editado por Pedro Sánchez-Prieto Borja, catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares y director del grupo de investigación GITHE en el volumen IV de los Textos para la historia del español. Aquí otra muestra:

esta niña esta christiana / y se llama Juana Fernandez / no tiene padre ni madre.
Afortunadamente, esos documentos se conservaron como parte de los expedientes de nacimiento guardados en el archivo de la Inclusa. En ellos puede observarse (como en la primera imagen aquí incluida) la grafía poco perita de quienes, sin ser ágrafos, tenían poca práctica en la escritura. Son los documentos poco elaborados, escritos a veces por semicultos, que están siendo recuperados en los últimos años para reconstruir la historia de la lengua no literaria, poco elaborada y apegada a la vida cotidiana. Estas notitas de niños abandonados me recuerdan a la letra de un villancico... Madre en la puerta hay un niño,más hermoso que el sol bello, diciendo que tiene frío,porque viene casi en cueros.Pues dile que entre y se calentará, porque en esta tierra ya no hay caridad
Feliz Navidad a los lectores de nosolodeyod

martes, 7 de diciembre de 2010

Nosolodeyod regala libros por su cumpleaños

Para celebrar que este blog dedicado a la Historia de la Lengua ha cumplido un año y en homenaje a mis lectores, he preparado en nosolodeyod un regalo para vosotros. Tenemos como premio más de 35 libros de temática humanística, gracias a la generosidad de los profesores Mónica Castillo (Universidad de Estrasburgo) y Rafael Cano (Universidad de Sevilla) y la Fundación Caja Madrid. Aquí tenéis una foto de algunos de los libros que se regalarán; la lista completa es esta:


Hay dos condiciones muy fáciles para participar:
1) Hay que ser seguidor de la página en Facebook o a través de Seguidores de Google (a la derecha de estas líneas). Es una manera de reconocer a quienes se toman el esfuerzo de vincularse con este blog de alguna forma. Podéis haceros seguidores ahora, no hay problema. Por lo demás, puede participar cualquier persona, sea o no alumno de la Universidad de Sevilla: profesores, estudiantes, lectores de España, de América...
2) Publicar un comentario en cualquiera de estas entradas del blog:


Espero poder regalar un libro por persona, pero si hubiera más participantes que libros escogeré entre los comentarios más elaborados. El plazo se cierra el 22 de diciembre a las 22,00 horas y la lista de ganadores la publicaré posteriormente en una entrada del blog. Al comentar poned vuestro nombre y apellidos para que pueda luego identificar a los agraciados y mandaros un mensaje para que me deis vuestra dirección. Los libros los enviaré por correo postal a cualquier lugar del mundo. Me gustará mucho leer vuestros comentarios, así que animaos a participar.
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Para celebrar que este blog dedicado a la Historia de la Lengua ha cumplido un año y en homenaje a mis lectores, he preparado en nosolodeyod un regalo para vosotros. Tenemos como premio más de 35 libros de temática humanística, gracias a la generosidad de los profesores Mónica Castillo (Universidad de Estrasburgo) y Rafael Cano (Universidad de Sevilla) y la Fundación Caja Madrid. Aquí tenéis una foto de algunos de los libros que se regalarán; la lista completa es esta:


Hay dos condiciones muy fáciles para participar:
1) Hay que ser seguidor de la página en Facebook o a través de Seguidores de Google (a la derecha de estas líneas). Es una manera de reconocer a quienes se toman el esfuerzo de vincularse con este blog de alguna forma. Podéis haceros seguidores ahora, no hay problema. Por lo demás, puede participar cualquier persona, sea o no alumno de la Universidad de Sevilla: profesores, estudiantes, lectores de España, de América...
2) Publicar un comentario en cualquiera de estas entradas del blog:


Espero poder regalar un libro por persona, pero si hubiera más participantes que libros escogeré entre los comentarios más elaborados. El plazo se cierra el 22 de diciembre a las 22,00 horas y la lista de ganadores la publicaré posteriormente en una entrada del blog. Al comentar poned vuestro nombre y apellidos para que pueda luego identificar a los agraciados y mandaros un mensaje para que me deis vuestra dirección. Los libros los enviaré por correo postal a cualquier lugar del mundo. Me gustará mucho leer vuestros comentarios, así que animaos a participar.

domingo, 5 de diciembre de 2010

¡Eso ya no se llama así!

No leas esta entrada sin ver antes este vídeo de los Wikipedia. ¿Ya has oído la cumbia gramatical? Si no te has muerto de risa, sigue ahora leyendo. Ese esfuerzo conjugador del grupo te habrá hecho recordar las clases en que aprendiste la cantinela de los tiempos verbales, el olor a muerto del futuro de subjuntivo, el aire incierto del pretérito anterior, los condicionales simple y compuesto... En su Gramática (1492) Antonio de Nebrija romanceó mucha de la terminología latina (por ejemplo al tiempo futuro lo llamó venidero), pero la terminología gramatical del español es en gran parte una copia del latín. Una aportación muy novedosa, pero con poco éxito, fue la que en el XIX hizo el gramático venezolano Andrés Bello en su Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana (1841) y en su Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos (1847). En su teoría acerca del sistema verbal español propone nuevos nombres para los tiempos, llama antepresente al que ahora es perfecto compuesto (he cantado), copretérito al imperfecto (cantaba), antecopretérito al pluscuamperfecto (había cantado), pospretérito al condicional...
La evolución y los cambios en la terminología metalingüística es parte de la historia de las ideas lingüísticas, de ella se ocupa la Historiografía Lingüística. Si eres lector de este blog tendrás la edad suficiente como para haber descubierto algún cambio en la terminología lingüística. Muchos aprendimos que canté era "pretérito indefinido", y después nos reprogramaron para llamarlo "pretérito perfecto simple". Al ser profesor y ya no alumno, al recibir nuevas clases de Lengua en la Universidad, al ver los libros con que aprenden Lengua tus hijos... ¿alguna vez te has topado con alguna cuestión lingüística nueva?, ¿qué aprendiste de chico en tus clases de Lengua que ya no se llama así? Deja tu comentario...
(¡Y un aviso: la semana que viene celebramos el aniversario de nosolodeyod con una gran sorpresa! No os lo perdáis).
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No leas esta entrada sin ver antes este vídeo de los Wikipedia. ¿Ya has oído la cumbia gramatical? Si no te has muerto de risa, sigue ahora leyendo. Ese esfuerzo conjugador del grupo te habrá hecho recordar las clases en que aprendiste la cantinela de los tiempos verbales, el olor a muerto del futuro de subjuntivo, el aire incierto del pretérito anterior, los condicionales simple y compuesto... En su Gramática (1492) Antonio de Nebrija romanceó mucha de la terminología latina (por ejemplo al tiempo futuro lo llamó venidero), pero la terminología gramatical del español es en gran parte una copia del latín. Una aportación muy novedosa, pero con poco éxito, fue la que en el XIX hizo el gramático venezolano Andrés Bello en su Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana (1841) y en su Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos (1847). En su teoría acerca del sistema verbal español propone nuevos nombres para los tiempos, llama antepresente al que ahora es perfecto compuesto (he cantado), copretérito al imperfecto (cantaba), antecopretérito al pluscuamperfecto (había cantado), pospretérito al condicional...
La evolución y los cambios en la terminología metalingüística es parte de la historia de las ideas lingüísticas, de ella se ocupa la Historiografía Lingüística. Si eres lector de este blog tendrás la edad suficiente como para haber descubierto algún cambio en la terminología lingüística. Muchos aprendimos que canté era "pretérito indefinido", y después nos reprogramaron para llamarlo "pretérito perfecto simple". Al ser profesor y ya no alumno, al recibir nuevas clases de Lengua en la Universidad, al ver los libros con que aprenden Lengua tus hijos... ¿alguna vez te has topado con alguna cuestión lingüística nueva?, ¿qué aprendiste de chico en tus clases de Lengua que ya no se llama así? Deja tu comentario...
(¡Y un aviso: la semana que viene celebramos el aniversario de nosolodeyod con una gran sorpresa! No os lo perdáis).

viernes, 26 de noviembre de 2010

Mis últimas adquisiciones

Al parecer, lo último en la Red es tener un blog de moda y hacerse fotos diarias comentando de dónde proceden las prendas que componen la vestimenta particular. Yo aprovecho nosolodeyod para contaros mi visita a la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión que está instalada en estas fechas en Sevilla y a la que ya dedicamos una entrada hace un año. La adquisición que más me ha ilusionado es esta:


Por 4 euros me he hecho con dos viejas cartillas escolares de hace 70 años editadas por la Real Academia Española, una de primeras letras, para aprender a leer, y otra de grado medio, la primera de ellas fue escrita por el historiador de la lengua y dialectólogo Vicente García de Diego.
El tema me interesa especialmente por un trabajo que estoy preparando actualmente con mi compañero Daniel Sáez Rivera, para el que estoy leyendo los volúmenes sobre Cartillas escolares del XVI al XVIII que publicaron Víctor Infantes y Ana Martínez. La investigación sobre libros escolares relacionados con la lengua española está en alza, de hecho en el próximo Congreso de Hispanistas Alemanes en Passau habrá una sección dedicada al asunto.
El aumento del nivel de escolarización es sin duda un factor muy influyente en la historia de las lenguas, ya que contribuye a lo que llamamos estandarización, esto es, hace crecer el acceso a una variedad de lengua elaborada. La alfabetización pone en contacto a los hablantes con normas de escritura y los hace ser capaces de generar documentos que siglos después se estudian en Historia de la Lengua. Al crecer la instrucción se editan más libros escolares, o sea, prolifera la producción de gramáticas, diccionarios, lecturas adaptadas... De hecho, una ley de enseñanza escolar como la famosa Ley Moyano de 1857 fue decisiva para la historia de las ideas lingüísticas en España al proponer que los maestros de las escuelas públicas usaran como texto obligatorio para enseñar gramática las obras publicadas por la Real Academia Española, como las que os he mostrado aquí.
Y como mañana sábado es 27 de noviembre, día del maestro en España en honor a San José de Calasanz, os pregunto: ¿recordáis cómo era la cartilla con que aprendisteis a leer?, ¿y vuestro maestro? ¿Cuál fue vuestro primer libro de infancia? Haz memoria y cuéntame...
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Al parecer, lo último en la Red es tener un blog de moda y hacerse fotos diarias comentando de dónde proceden las prendas que componen la vestimenta particular. Yo aprovecho nosolodeyod para contaros mi visita a la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión que está instalada en estas fechas en Sevilla y a la que ya dedicamos una entrada hace un año. La adquisición que más me ha ilusionado es esta:


Por 4 euros me he hecho con dos viejas cartillas escolares de hace 70 años editadas por la Real Academia Española, una de primeras letras, para aprender a leer, y otra de grado medio, la primera de ellas fue escrita por el historiador de la lengua y dialectólogo Vicente García de Diego.
El tema me interesa especialmente por un trabajo que estoy preparando actualmente con mi compañero Daniel Sáez Rivera, para el que estoy leyendo los volúmenes sobre Cartillas escolares del XVI al XVIII que publicaron Víctor Infantes y Ana Martínez. La investigación sobre libros escolares relacionados con la lengua española está en alza, de hecho en el próximo Congreso de Hispanistas Alemanes en Passau habrá una sección dedicada al asunto.
El aumento del nivel de escolarización es sin duda un factor muy influyente en la historia de las lenguas, ya que contribuye a lo que llamamos estandarización, esto es, hace crecer el acceso a una variedad de lengua elaborada. La alfabetización pone en contacto a los hablantes con normas de escritura y los hace ser capaces de generar documentos que siglos después se estudian en Historia de la Lengua. Al crecer la instrucción se editan más libros escolares, o sea, prolifera la producción de gramáticas, diccionarios, lecturas adaptadas... De hecho, una ley de enseñanza escolar como la famosa Ley Moyano de 1857 fue decisiva para la historia de las ideas lingüísticas en España al proponer que los maestros de las escuelas públicas usaran como texto obligatorio para enseñar gramática las obras publicadas por la Real Academia Española, como las que os he mostrado aquí.
Y como mañana sábado es 27 de noviembre, día del maestro en España en honor a San José de Calasanz, os pregunto: ¿recordáis cómo era la cartilla con que aprendisteis a leer?, ¿y vuestro maestro? ¿Cuál fue vuestro primer libro de infancia? Haz memoria y cuéntame...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¡Felicidades atrasadas!


No nos hemos dado cuenta pero... ¡este blog ha cumplido ya un año! La aventura comenzó el 11 de noviembre de 2009 y, quién nos lo iba a decir, ha pasado un año de eso. Con unos días de retraso, ¡feliz nosolodeyod! Gracias a los que dais sentido a este invento: amigos, alumnos y ex-alumnos, visitantes casuales o fijos, de España y de fuera de España. ¡Vivan mis lectores! Estoy planeando algunas cosas para celebrarlo, ya os contaré...
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No nos hemos dado cuenta pero... ¡este blog ha cumplido ya un año! La aventura comenzó el 11 de noviembre de 2009 y, quién nos lo iba a decir, ha pasado un año de eso. Con unos días de retraso, ¡feliz nosolodeyod! Gracias a los que dais sentido a este invento: amigos, alumnos y ex-alumnos, visitantes casuales o fijos, de España y de fuera de España. ¡Vivan mis lectores! Estoy planeando algunas cosas para celebrarlo, ya os contaré...

domingo, 21 de noviembre de 2010

Lo que hablaste de niño

Piensa en tu infancia, en la lengua que utilizabas con tus padres y entre tus amigos. Imagina que nadie hablase ya ese idioma. Eso le sucede a Marcel Cohen, que escribió en 1985 una carta a su amigo, el pintor español Antonio Saura, diciendo:
“No saves, Antonio, lo ke es morirse en su lingua. Es komo kedarse soliko en el silensyo kada dya ke Dyo da, komo ser sikileoso sin saver porke”.
Esta frase, inteligible para cualquier hablante de español (salvo sikileoso, ‘oprimido’) está escrita en judeoespañol, lengua también llamada sefardí, sefardita y judezmo. Los judíos expulsados de España en 1492 por mandato de los Reyes Católicos (Edicto de la Alhambra) se fueron hablando en castellano, y lo siguieron usando durante siglos después en sus diversos territorios de exilio. Esa es la lengua que manejó en su niñez Cohen y que hoy nadie tiene como lengua materna, aunque se emplee, más como reivindicación que como instrumento, en la radio, algunos periódicos o en wikipedia.
“No ay, no avra mas realitad para mi porke no ay realitad sino en las palavras y ke el avlar djudyo ya se mourio kon los ke lo avlavan. Nunka me demandi si me gustava esta lingua, si amava yo a los ke mourieron: eyos stava yo, eyos kedo al fondo de mi”.
Supe de Marcel Cohen por el artículo de Muñoz Molina “Holocaustos para todos” donde se da noticia de esa carta que que ahora ha reaparecido en la editorial Ibis con el título In search of a lost ladino. Letter to Antonio Saura. Haciendo juego de palabras con la novela de Proust, esta obrita, en inglés y en judeoespañol, permite reconstruir la memoria de una identidad forjada en el destierro. Los antepasados del escritor Marcel Cohen procedían de uno de esos espacios de destierro, la comunidad judeoespañola de Salónica, toda ella desaparecida o dispersa por la aniquilación nazi. El autor evoca con nostalgia y sobrio dolor ese colectivo en la lengua de su infancia; curiosamente, él, el último miembro de su familia capaz de hablar judeoespañol, fue el primero en visitar España desde la expulsión:
“Me fue en Toledo para tener una idea desta sivdad ke tanto les dava eskarigno a mis padres. Puedo dizirte ke nunka el padre myo tuvo la okazion de irse a Espanya, y el mismo para mi papou”.
El judeoespañol comenzó a ponerse por escrito usando alfabeto latino en el siglo XIX y, como se puede ver en las citas aquí extraídas, ha tendido a usar un sistema gráfico muy rupturista y llamativo (recomiendo este trabajo de Manuel Ariza sobre el tema); justamente por una escritura tan distinta de la estándar y por los préstamos que el español ha tomado del árabe o el francés, en ocasiones en algunos pasajes es más asequible leer el libro en inglés que en ese otro español, la lengua de quienes fueron siempre los otros. Deja tu comentario...
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Piensa en tu infancia, en la lengua que utilizabas con tus padres y entre tus amigos. Imagina que nadie hablase ya ese idioma. Eso le sucede a Marcel Cohen, que escribió en 1985 una carta a su amigo, el pintor español Antonio Saura, diciendo:
“No saves, Antonio, lo ke es morirse en su lingua. Es komo kedarse soliko en el silensyo kada dya ke Dyo da, komo ser sikileoso sin saver porke”.
Esta frase, inteligible para cualquier hablante de español (salvo sikileoso, ‘oprimido’) está escrita en judeoespañol, lengua también llamada sefardí, sefardita y judezmo. Los judíos expulsados de España en 1492 por mandato de los Reyes Católicos (Edicto de la Alhambra) se fueron hablando en castellano, y lo siguieron usando durante siglos después en sus diversos territorios de exilio. Esa es la lengua que manejó en su niñez Cohen y que hoy nadie tiene como lengua materna, aunque se emplee, más como reivindicación que como instrumento, en la radio, algunos periódicos o en wikipedia.
“No ay, no avra mas realitad para mi porke no ay realitad sino en las palavras y ke el avlar djudyo ya se mourio kon los ke lo avlavan. Nunka me demandi si me gustava esta lingua, si amava yo a los ke mourieron: eyos stava yo, eyos kedo al fondo de mi”.
Supe de Marcel Cohen por el artículo de Muñoz Molina “Holocaustos para todos” donde se da noticia de esa carta que que ahora ha reaparecido en la editorial Ibis con el título In search of a lost ladino. Letter to Antonio Saura. Haciendo juego de palabras con la novela de Proust, esta obrita, en inglés y en judeoespañol, permite reconstruir la memoria de una identidad forjada en el destierro. Los antepasados del escritor Marcel Cohen procedían de uno de esos espacios de destierro, la comunidad judeoespañola de Salónica, toda ella desaparecida o dispersa por la aniquilación nazi. El autor evoca con nostalgia y sobrio dolor ese colectivo en la lengua de su infancia; curiosamente, él, el último miembro de su familia capaz de hablar judeoespañol, fue el primero en visitar España desde la expulsión:
“Me fue en Toledo para tener una idea desta sivdad ke tanto les dava eskarigno a mis padres. Puedo dizirte ke nunka el padre myo tuvo la okazion de irse a Espanya, y el mismo para mi papou”.
El judeoespañol comenzó a ponerse por escrito usando alfabeto latino en el siglo XIX y, como se puede ver en las citas aquí extraídas, ha tendido a usar un sistema gráfico muy rupturista y llamativo (recomiendo este trabajo de Manuel Ariza sobre el tema); justamente por una escritura tan distinta de la estándar y por los préstamos que el español ha tomado del árabe o el francés, en ocasiones en algunos pasajes es más asequible leer el libro en inglés que en ese otro español, la lengua de quienes fueron siempre los otros. Deja tu comentario...

lunes, 15 de noviembre de 2010

Un punto ye ye

La y griega tiene su punto. Y lo digo en el sentido literal. Cuando se utilizaba en los manuscritos medievales una y, se solía escribir encima de ella un punto para que, si la pluma no hacía un trazo grueso de la línea de caída de la y, no se confundiera a ésta con una V. Así puede verse en esta frase de un manuscrito del XV (del pueblo de ysrrael):Desde el alfabeto griego, el alfabeto romano introdujo la letra ipsilon (Y) que se denomina habitualmente en España y griega. En la nueva ortografía de la Academia, que se está cerrando ahora y que sustituirá a la última, de 1999, se propone que el nombre de esa letra sea de ahora en adelante ye, según es común en América. La controversia en torno a esta medida ha estallado, como se puede ver en la prensa, y se une a otras propuestas que, a la inversa, tienen más efecto en América que en España, como la eliminación del nombre “be corta” para la uve (v).
Desde la primera ortografía, en 1741, la Real Academia Española ha propuesto cambios diversos en la escritura: desaparecieron ç, th, ph, se han dictado nuevas normas de acentuación y mayúsculas y se ha modificado la escritura de algunas palabras. Algunas normas también afectaron a la escritura de y: en 1815 la RAE fijó que y sólo se usaría como vocal a final de palabra en secuencias de diptongo (soy, rey y ya nunca más Ysrael, leydo, etc). Otras iniciativas no han tenido éxito, como el uso de acento circunflejo ^ en español, por ejemplo.
Somos los usuarios del idioma quienes dispensaremos de éxito o fracaso a estas propuestas. Yo tengo una, que lanzo tarareando de fondo la música de la chica ye-ye. Por esa pátina extranjera que no parece haber perdido, por quienes se llaman Fátima, Loli o Mari y firman Faty, Loly o Mary; por el Lancia Ypsilon a quien nadie llamará Lancia Ye ni Lancia Y griega; por esa autopista Y que une tres ciudades asturianas, y, en definitiva, por ese punto que tiene la Y, yo digo que la llamemos Y griega ye-ye. Deja tu comentario...
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La y griega tiene su punto. Y lo digo en el sentido literal. Cuando se utilizaba en los manuscritos medievales una y, se solía escribir encima de ella un punto para que, si la pluma no hacía un trazo grueso de la línea de caída de la y, no se confundiera a ésta con una V. Así puede verse en esta frase de un manuscrito del XV (del pueblo de ysrrael):Desde el alfabeto griego, el alfabeto romano introdujo la letra ipsilon (Y) que se denomina habitualmente en España y griega. En la nueva ortografía de la Academia, que se está cerrando ahora y que sustituirá a la última, de 1999, se propone que el nombre de esa letra sea de ahora en adelante ye, según es común en América. La controversia en torno a esta medida ha estallado, como se puede ver en la prensa, y se une a otras propuestas que, a la inversa, tienen más efecto en América que en España, como la eliminación del nombre “be corta” para la uve (v).
Desde la primera ortografía, en 1741, la Real Academia Española ha propuesto cambios diversos en la escritura: desaparecieron ç, th, ph, se han dictado nuevas normas de acentuación y mayúsculas y se ha modificado la escritura de algunas palabras. Algunas normas también afectaron a la escritura de y: en 1815 la RAE fijó que y sólo se usaría como vocal a final de palabra en secuencias de diptongo (soy, rey y ya nunca más Ysrael, leydo, etc). Otras iniciativas no han tenido éxito, como el uso de acento circunflejo ^ en español, por ejemplo.
Somos los usuarios del idioma quienes dispensaremos de éxito o fracaso a estas propuestas. Yo tengo una, que lanzo tarareando de fondo la música de la chica ye-ye. Por esa pátina extranjera que no parece haber perdido, por quienes se llaman Fátima, Loli o Mari y firman Faty, Loly o Mary; por el Lancia Ypsilon a quien nadie llamará Lancia Ye ni Lancia Y griega; por esa autopista Y que une tres ciudades asturianas, y, en definitiva, por ese punto que tiene la Y, yo digo que la llamemos Y griega ye-ye. Deja tu comentario...

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿García Lorca o Lorca García?

Una reciente iniciativa del Gobierno español rompe con la tradición de que en España se usan dos apellidos, el del padre y el de la madre, en este orden. Desde el año 1991, era posible inscribir a los nacidos poniendo primero el apellido de la madre, pero era necesario un trámite que ahora se elimina. Por defecto, no habrá prevalencia del apellido del padre y serán los progenitores quienes especifiquen qué apellido quieren poner primero. Esto hace levantar la polémica sobre la aparente ruptura de una costumbre común en español, frente a otros idiomas donde sólo hay un apellido o el primero es el de la madre. La Historia de la Lengua tiene algo que decir al respecto:
Mira el árbol familiar del Marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza:

Diego Hurtado de Mendoza & Leonor de la Vega [padres de:]
Íñigo López de Mendoza & Catalina Suárez de Figueroa
[padres de:]
Pedro Laso de la Vega
Diego Hurtado de Mendoza
María de Mendoza
Íñigo López de Mendoza
Lorenzo Suárez de Mendoza
Juan Hurtado de Mendoza
Mencía de Mendoza
Pedro Hurtado de Mendoza
Pedro González de Mendoza
Leonor de la Vega

Como vemos, los hijos del Marqués heredan apellidos de los abuelos y el padre indistintamente, los hermanos no tienen los mismos apellidos y hay hermanos con el mismo nombre de pila. Y es que el reparto de apellidos no era en el siglo XV tan rígido como el de hoy. El sistema actual se formalizó a partir de la Ley de Registro Civil de 17 de junio de 1870, que estableció que todos los españoles deben ser inscritos con nombre y dos apellidos. En español se había ido modificando el sistema denominativo latino, constituido por tres nombres (tria nomina: Praenomen +Nomen +Cognomen +Agnomen, del tipo, Quinto Cecilio Metelo Macedónico) hasta la situación medieval, cuando los nombres se formaban con Nombre + Patronímico (o sea, nombre propio + nombre del padre, de forma que Juan Benítez o Juan Benito era el hijo de Benito). De los patronímicos derivan nuestros actuales apellidos (esto es, cuando Juan Benítez es el hijo de Pedro Benítez el patronímico se ha convertido en apellido).
Dentro de la Historia de la Lengua, la disciplina de la Onomástica histórica se ocupa de estudiar precisamente esos cambios que se han dado en la forma de denominarse (ya en nosolodeyod dedicamos una entrada a ciertos nombres de mujer , y ahora recomendamos la tesis de María Simón Parra como referencia de onomástica muy actualizada ). Hay cuestiones muy interesantes que vinculan la historia de los territorios con los nombres y apellidos de sus sociedades. Por ejemplo, la moda de poner nombres germanos (Fernando, Rodrigo, Alonso...) que recorrió Europa desde el siglo IX, la popularización de nombres marianos (Remedios, Asunción, Dolores, Amparo...) que se dio en España a partir de la Contrarreforma o el uso de apellidos de santos (hagiopatronímicos como Santamaría, Santacruz...) por parte de los conversos cuando abandonaban sus nombres judíos. Muchos se empeñan en buscar el escudo de armas de su apellido o en decir que descienden de reyes. Pero, como dice el chiste, se les puede contestar: "Pues sí que has descendido". Deja tu comentario...
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Una reciente iniciativa del Gobierno español rompe con la tradición de que en España se usan dos apellidos, el del padre y el de la madre, en este orden. Desde el año 1991, era posible inscribir a los nacidos poniendo primero el apellido de la madre, pero era necesario un trámite que ahora se elimina. Por defecto, no habrá prevalencia del apellido del padre y serán los progenitores quienes especifiquen qué apellido quieren poner primero. Esto hace levantar la polémica sobre la aparente ruptura de una costumbre común en español, frente a otros idiomas donde sólo hay un apellido o el primero es el de la madre. La Historia de la Lengua tiene algo que decir al respecto:
Mira el árbol familiar del Marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza:

Diego Hurtado de Mendoza & Leonor de la Vega [padres de:]
Íñigo López de Mendoza & Catalina Suárez de Figueroa
[padres de:]
Pedro Laso de la Vega
Diego Hurtado de Mendoza
María de Mendoza
Íñigo López de Mendoza
Lorenzo Suárez de Mendoza
Juan Hurtado de Mendoza
Mencía de Mendoza
Pedro Hurtado de Mendoza
Pedro González de Mendoza
Leonor de la Vega

Como vemos, los hijos del Marqués heredan apellidos de los abuelos y el padre indistintamente, los hermanos no tienen los mismos apellidos y hay hermanos con el mismo nombre de pila. Y es que el reparto de apellidos no era en el siglo XV tan rígido como el de hoy. El sistema actual se formalizó a partir de la Ley de Registro Civil de 17 de junio de 1870, que estableció que todos los españoles deben ser inscritos con nombre y dos apellidos. En español se había ido modificando el sistema denominativo latino, constituido por tres nombres (tria nomina: Praenomen +Nomen +Cognomen +Agnomen, del tipo, Quinto Cecilio Metelo Macedónico) hasta la situación medieval, cuando los nombres se formaban con Nombre + Patronímico (o sea, nombre propio + nombre del padre, de forma que Juan Benítez o Juan Benito era el hijo de Benito). De los patronímicos derivan nuestros actuales apellidos (esto es, cuando Juan Benítez es el hijo de Pedro Benítez el patronímico se ha convertido en apellido).
Dentro de la Historia de la Lengua, la disciplina de la Onomástica histórica se ocupa de estudiar precisamente esos cambios que se han dado en la forma de denominarse (ya en nosolodeyod dedicamos una entrada a ciertos nombres de mujer , y ahora recomendamos la tesis de María Simón Parra como referencia de onomástica muy actualizada ). Hay cuestiones muy interesantes que vinculan la historia de los territorios con los nombres y apellidos de sus sociedades. Por ejemplo, la moda de poner nombres germanos (Fernando, Rodrigo, Alonso...) que recorrió Europa desde el siglo IX, la popularización de nombres marianos (Remedios, Asunción, Dolores, Amparo...) que se dio en España a partir de la Contrarreforma o el uso de apellidos de santos (hagiopatronímicos como Santamaría, Santacruz...) por parte de los conversos cuando abandonaban sus nombres judíos. Muchos se empeñan en buscar el escudo de armas de su apellido o en decir que descienden de reyes. Pero, como dice el chiste, se les puede contestar: "Pues sí que has descendido". Deja tu comentario...

domingo, 31 de octubre de 2010

Explicando las características de los fantasmas

En la entrada de hoy vamos a intentar aclarar, para calmar a la población asustadiza en la noche de Halloween, la diferencia entre un fantasma y una palabra fantasma. Las palabras fantasma o fantasmas lexicográficos son palabras que nunca se han usado en nuestro idioma, que jamás nadie pronunció o escribió y que por errores en la lectura de un texto, en la impresión de un libro o por cualquier azar ajeno al idioma se han colado en los diccionarios y se han mantenido durante siglos. En este artículo de P. Álvarez de Miranda podemos encontrar varios casos pormenorizadamente descritos. Por ejemplo, la palabra amarrazón figuró durante años en el diccionario de la Real Academia Española con el significado ‘conjunto de amarras’ y era mera errata al leerse la frase del Quijote “cortar la amarra con que este barco está atado”. En otras ocasiones, la palabra existe y se usa pero el fantasma está en uno de los significados que se da, como muestra Javier Rodríguez Molina en este trabajo. Ocurre para el español decocción que significa en español ‘acción de cocer’ pero que desde 1936 apareció en los diccionarios con un significado más: ‘amputación de un miembro’, acepción fantasma que procede de la confusión con decolación, sinónimo de degollación que sí significa, en efecto, ‘corte de la cabeza’. Eran dos palabras contiguas en la lista de voces definidas en el DRAE y el significado de una “subió” como acepción a la palabra anterior, fue un mero lapsus azaroso de imprenta. Con instrumental menos sofisticado que el usado por los Cazafantasmas de la peli de 1984, sin uniforme ni actitud brigadista, también hay persecución de fantasmas entre los historiadores de la lengua, como vemos.
Los fantasmas y las palabras fantasma son claramente criaturas distintas, lo que se muestra en que, a diferencia del fantasma convencional, la palabra fantasma no es antropomórfica ni nebulosa, no provoca miedo ni es hostil al que la lee y no se percibe extrasensorialmente sino visualmente en la página impresa del diccionario. Cuando alguien dice haber visto un fantasma despierta el mismo general escepticismo que cuando se descubre una palabra fantasma. De hecho, muchas demostradas palabras fantasma siguen en los diccionarios sin que nadie se haya convencido a borrarlas.
Apostilla fantasmal: una lectura muy recomendable, para las tardes del invierno que se avecina: Cuentos de fantasmas de Montague R.James, quien se aficionó a escribir historias clásicas de criaturas fantasmagóricas y de sus efectos en la umbría y boscosa Inglaterra victoriana. James fue profesor de Eton y Cambridge y, como sabemos los que trabajamos en el mundo universitario, estaría más que acostumbrado a ver fantasmas... ¿Alguna experiencia con fantasmas léxicos? Deja tu comentario...
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En la entrada de hoy vamos a intentar aclarar, para calmar a la población asustadiza en la noche de Halloween, la diferencia entre un fantasma y una palabra fantasma. Las palabras fantasma o fantasmas lexicográficos son palabras que nunca se han usado en nuestro idioma, que jamás nadie pronunció o escribió y que por errores en la lectura de un texto, en la impresión de un libro o por cualquier azar ajeno al idioma se han colado en los diccionarios y se han mantenido durante siglos. En este artículo de P. Álvarez de Miranda podemos encontrar varios casos pormenorizadamente descritos. Por ejemplo, la palabra amarrazón figuró durante años en el diccionario de la Real Academia Española con el significado ‘conjunto de amarras’ y era mera errata al leerse la frase del Quijote “cortar la amarra con que este barco está atado”. En otras ocasiones, la palabra existe y se usa pero el fantasma está en uno de los significados que se da, como muestra Javier Rodríguez Molina en este trabajo. Ocurre para el español decocción que significa en español ‘acción de cocer’ pero que desde 1936 apareció en los diccionarios con un significado más: ‘amputación de un miembro’, acepción fantasma que procede de la confusión con decolación, sinónimo de degollación que sí significa, en efecto, ‘corte de la cabeza’. Eran dos palabras contiguas en la lista de voces definidas en el DRAE y el significado de una “subió” como acepción a la palabra anterior, fue un mero lapsus azaroso de imprenta. Con instrumental menos sofisticado que el usado por los Cazafantasmas de la peli de 1984, sin uniforme ni actitud brigadista, también hay persecución de fantasmas entre los historiadores de la lengua, como vemos.
Los fantasmas y las palabras fantasma son claramente criaturas distintas, lo que se muestra en que, a diferencia del fantasma convencional, la palabra fantasma no es antropomórfica ni nebulosa, no provoca miedo ni es hostil al que la lee y no se percibe extrasensorialmente sino visualmente en la página impresa del diccionario. Cuando alguien dice haber visto un fantasma despierta el mismo general escepticismo que cuando se descubre una palabra fantasma. De hecho, muchas demostradas palabras fantasma siguen en los diccionarios sin que nadie se haya convencido a borrarlas.
Apostilla fantasmal: una lectura muy recomendable, para las tardes del invierno que se avecina: Cuentos de fantasmas de Montague R.James, quien se aficionó a escribir historias clásicas de criaturas fantasmagóricas y de sus efectos en la umbría y boscosa Inglaterra victoriana. James fue profesor de Eton y Cambridge y, como sabemos los que trabajamos en el mundo universitario, estaría más que acostumbrado a ver fantasmas... ¿Alguna experiencia con fantasmas léxicos? Deja tu comentario...

jueves, 28 de octubre de 2010

...y esta es la crónica en imágenes

Todos los bienes del mundo
pasan presto y su memoria,
salvo la fama y la gloria.

El tiempo lleva los unos,
a otros fortuna y suerte.
y al cabo viene la muerte,
que no nos dexa a ninguno.

Actualizo inopinadamente para aportar algunas imágenes del grato acto in memoriam López Estrada que se celebró ayer en la Universidad de Sevilla. Los versos que inician esta crónica apresurada son los que interpretó el cuarteto Rime sparse, que intervino abriendo y cerrando el homenaje. El ideal cortesano de la Fama como reputación de honestidad y valía de caballero, única gloria que trasciende al hombre, reaparecía ayer en las palabras de recuerdo al profesor López Estrada.
En la primera parte del acto se hizo un recuerdo a la importancia de López Estrada como gestor de la antigua Facultad de Filosofía y Letras y una evocación de ese antiguo centro cuyo testigo fue recogido por tres facultades distintas, representadas allí por los Decanos de Filosofía, Geografía e Historia y Filología, quienes insistieron en la pertinencia de reconstruir la memoria histórica de esa facultad perdida o diseminada.
La segunda mesa contó con la presencia del hijo del profesor López Estrada, Gustavo López García-Berdoy, y antiguos alumnos del maestro, como la poetisa Julia Uceda y los ahora docentes en Literatura Española, Historia y Filosofía Begoña López Bueno, Pedro Piñero, Rogelio Reyes. Rafael Sánchez Mantero y José Villalobos. El Dr. Piñero repasó los nombres de Marcel Bataillon, Eugenio Asensio, Américo Castro y Sánchez-Albornoz, sumados en su docencia por López Estrada, de quien dijo “nos enseñó a leer”; de “afable, abierto, refinado” lo calificó el profesor Villalobos, quien abrió además la cuestión de la “Universitas, quo vadis?”, al elogiar las clases magistrales de López Estrada y mencionar la persecución que se hace de la clase magistral en las reformas metodológicas promovidas por la implantación de los acuerdos de Bolonia en la Universidad española; “horror de pedagogos, novatores y Bolonia” serían esas prácticas hoy, como afirmó la catedrática de Literatura Española Begoña López Bueno, que calificó a López Estrada de “titán de la investigación”.
“A tal investigador, tal honor”, dijo la profesora López Bueno; a tal maestro, tal homenaje, que fue sentido y no lacrimógeno, respetuoso pero esmaltado de anécdotas. Como el lema medieval "Non omnis moriar" (no moriré del todo), que resume esa búsqueda de la fama a la que nos referíamos al principio de la entrada, el buen maestro no muere si pervive en el recuerdo admirado de sus discípulos y de tantos estudiantes que reciben su legado.
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Todos los bienes del mundo
pasan presto y su memoria,
salvo la fama y la gloria.

El tiempo lleva los unos,
a otros fortuna y suerte.
y al cabo viene la muerte,
que no nos dexa a ninguno.

Actualizo inopinadamente para aportar algunas imágenes del grato acto in memoriam López Estrada que se celebró ayer en la Universidad de Sevilla. Los versos que inician esta crónica apresurada son los que interpretó el cuarteto Rime sparse, que intervino abriendo y cerrando el homenaje. El ideal cortesano de la Fama como reputación de honestidad y valía de caballero, única gloria que trasciende al hombre, reaparecía ayer en las palabras de recuerdo al profesor López Estrada.
En la primera parte del acto se hizo un recuerdo a la importancia de López Estrada como gestor de la antigua Facultad de Filosofía y Letras y una evocación de ese antiguo centro cuyo testigo fue recogido por tres facultades distintas, representadas allí por los Decanos de Filosofía, Geografía e Historia y Filología, quienes insistieron en la pertinencia de reconstruir la memoria histórica de esa facultad perdida o diseminada.
La segunda mesa contó con la presencia del hijo del profesor López Estrada, Gustavo López García-Berdoy, y antiguos alumnos del maestro, como la poetisa Julia Uceda y los ahora docentes en Literatura Española, Historia y Filosofía Begoña López Bueno, Pedro Piñero, Rogelio Reyes. Rafael Sánchez Mantero y José Villalobos. El Dr. Piñero repasó los nombres de Marcel Bataillon, Eugenio Asensio, Américo Castro y Sánchez-Albornoz, sumados en su docencia por López Estrada, de quien dijo “nos enseñó a leer”; de “afable, abierto, refinado” lo calificó el profesor Villalobos, quien abrió además la cuestión de la “Universitas, quo vadis?”, al elogiar las clases magistrales de López Estrada y mencionar la persecución que se hace de la clase magistral en las reformas metodológicas promovidas por la implantación de los acuerdos de Bolonia en la Universidad española; “horror de pedagogos, novatores y Bolonia” serían esas prácticas hoy, como afirmó la catedrática de Literatura Española Begoña López Bueno, que calificó a López Estrada de “titán de la investigación”.
“A tal investigador, tal honor”, dijo la profesora López Bueno; a tal maestro, tal homenaje, que fue sentido y no lacrimógeno, respetuoso pero esmaltado de anécdotas. Como el lema medieval "Non omnis moriar" (no moriré del todo), que resume esa búsqueda de la fama a la que nos referíamos al principio de la entrada, el buen maestro no muere si pervive en el recuerdo admirado de sus discípulos y de tantos estudiantes que reciben su legado.

domingo, 24 de octubre de 2010

El maestro en la Magna

El aula más grande de la Facultad en que trabajo se llama en los planos Aula 201, es “la Magna” en la nomenclatura de los alumnos y profesores, y tiene nombre de persona, Francisco López Estrada, en la placa honorífica que está en su puerta. En el mes de mayo murió en Valencia el profesor López Estrada (1918-2010), que fue durante más de treinta años catedrático de Literatura Española en la Universidad de Sevilla.
Era aquella una universidad muy distinta a la de ahora; López Estrada llegó desde La Laguna como catedrático y transitó en Sevilla el camino del viejo edificio de la calle Laraña hacia la Fábrica de Tabacos recién adaptada a universidad y aún transida de olor a fardos (“yo conocí aún el polvo del tabaco flotando en el aire y saliendo las últimas cigarreras por las puertas que hoy acogen el bullicio estudiantil” dijo en su discurso de investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Sevilla en 1999). Eran los alrededores de los patios de Arte los espacios guardados para la enseñanza, los patios que aún tienen las macetas de costilla de Adán y ficus como recuerdo de esos años en que las Facultades eran más humanas y pequeñas.
No conocí como profesor a López Estrada salvo por su obra, particularmente por su manual de Introducción a la literatura medieval, por sus ediciones (de la Embajada a Tamorlán, del Abencerraje) y sus estudios críticos sobre la literatura áurea. Quienes fueron sus alumnos dicen que era distraído -se llevó toda una mañana llamando Sr. Beethoven al profesor de Literatura Española Klaus Wagner-, sabio y bueno; lo llamaron (J. L. Pavón) “una ventana de aire limpio en un ambiente castrante” y le rinden homenaje el miércoles próximo en Sevilla en un acto pulcramente organizado por el catedrático de Literatura Española Juan Montero (podéis ver el programa aquí).
Desde nosolodeyod os invitamos a asistir y os preguntamos: ¿qué maestros os han parecido ejemplares y por qué?, ¿cómo ha de ser un profesor para que consideremos que su docencia es “magistral”?
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El aula más grande de la Facultad en que trabajo se llama en los planos Aula 201, es “la Magna” en la nomenclatura de los alumnos y profesores, y tiene nombre de persona, Francisco López Estrada, en la placa honorífica que está en su puerta. En el mes de mayo murió en Valencia el profesor López Estrada (1918-2010), que fue durante más de treinta años catedrático de Literatura Española en la Universidad de Sevilla.
Era aquella una universidad muy distinta a la de ahora; López Estrada llegó desde La Laguna como catedrático y transitó en Sevilla el camino del viejo edificio de la calle Laraña hacia la Fábrica de Tabacos recién adaptada a universidad y aún transida de olor a fardos (“yo conocí aún el polvo del tabaco flotando en el aire y saliendo las últimas cigarreras por las puertas que hoy acogen el bullicio estudiantil” dijo en su discurso de investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Sevilla en 1999). Eran los alrededores de los patios de Arte los espacios guardados para la enseñanza, los patios que aún tienen las macetas de costilla de Adán y ficus como recuerdo de esos años en que las Facultades eran más humanas y pequeñas.
No conocí como profesor a López Estrada salvo por su obra, particularmente por su manual de Introducción a la literatura medieval, por sus ediciones (de la Embajada a Tamorlán, del Abencerraje) y sus estudios críticos sobre la literatura áurea. Quienes fueron sus alumnos dicen que era distraído -se llevó toda una mañana llamando Sr. Beethoven al profesor de Literatura Española Klaus Wagner-, sabio y bueno; lo llamaron (J. L. Pavón) “una ventana de aire limpio en un ambiente castrante” y le rinden homenaje el miércoles próximo en Sevilla en un acto pulcramente organizado por el catedrático de Literatura Española Juan Montero (podéis ver el programa aquí).
Desde nosolodeyod os invitamos a asistir y os preguntamos: ¿qué maestros os han parecido ejemplares y por qué?, ¿cómo ha de ser un profesor para que consideremos que su docencia es “magistral”?

domingo, 17 de octubre de 2010

La diosa del primer texto

Hace más de 2500 años, tal vez en el siglo VII a.C., alguien en Sevilla se arrodilló ante esta figura de mujer y le dio las gracias por haberle cumplido una petición. Se trata de la representación de la diosa fenicia Astarté encontrada en el área de El Carambolo y hoy preservada en el Museo Arqueológico de Sevilla. En la peana de esta diosa sedente de la fecundidad aparece un mensaje en alfabeto fenicio que ha sido traducido como:
Este (voto) ha hecho Baalytn hijo de D'mlk y Abdabaal hijo de D'mlk hijo de Yš'l para 'Aštarté de la colina ya que ha escuchado la voz de sus plegarias
La inscripción de Astarté es particularmente interesante porque puede tratarse del primer testimonio de texto que tenemos en la Península Ibérica. Aunque este blog se dedique a historia de la lengua española, hoy consagramos un espacio a una escultura que testimonia la situación lingüística de la Península Ibérica antes de la llegada del latín en el 218 a.C.: la convivencia de un mosaico de lenguas (fenicio y griego a través del comercio colonial junto con lenguas prerromanas vernáculas llamadas “paleohispánicas” como el ibérico, tartésico-turdetano, celta o vasco) de filiación muy diversa y con distinto grado de extensión por nuestro territorio. La lengua fenicia terminó desapareciendo de la Península, aunque aún en época romana podían encontrarse inscripciones latinas con nombres fenicios de personas.
Más allá del texto que sostiene, esta figura es también la representación del anhelo de quien encamina una oración en la esperanza de ser oído y la agradece materialmente; y ese símbolo aún me parece que está vivo, por eso, el aliento que todavía quede en el bronce de esta mujer desnuda, encajado dentro del vidrio de un museo, yo lo deseo dirigir desde Sevilla en dirección al hospital alemán donde el amigo convalece. Y esa es mi plegaria para la diosa pagana de las primeras palabras.
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Hace más de 2500 años, tal vez en el siglo VII a.C., alguien en Sevilla se arrodilló ante esta figura de mujer y le dio las gracias por haberle cumplido una petición. Se trata de la representación de la diosa fenicia Astarté encontrada en el área de El Carambolo y hoy preservada en el Museo Arqueológico de Sevilla. En la peana de esta diosa sedente de la fecundidad aparece un mensaje en alfabeto fenicio que ha sido traducido como:
Este (voto) ha hecho Baalytn hijo de D'mlk y Abdabaal hijo de D'mlk hijo de Yš'l para 'Aštarté de la colina ya que ha escuchado la voz de sus plegarias
La inscripción de Astarté es particularmente interesante porque puede tratarse del primer testimonio de texto que tenemos en la Península Ibérica. Aunque este blog se dedique a historia de la lengua española, hoy consagramos un espacio a una escultura que testimonia la situación lingüística de la Península Ibérica antes de la llegada del latín en el 218 a.C.: la convivencia de un mosaico de lenguas (fenicio y griego a través del comercio colonial junto con lenguas prerromanas vernáculas llamadas “paleohispánicas” como el ibérico, tartésico-turdetano, celta o vasco) de filiación muy diversa y con distinto grado de extensión por nuestro territorio. La lengua fenicia terminó desapareciendo de la Península, aunque aún en época romana podían encontrarse inscripciones latinas con nombres fenicios de personas.
Más allá del texto que sostiene, esta figura es también la representación del anhelo de quien encamina una oración en la esperanza de ser oído y la agradece materialmente; y ese símbolo aún me parece que está vivo, por eso, el aliento que todavía quede en el bronce de esta mujer desnuda, encajado dentro del vidrio de un museo, yo lo deseo dirigir desde Sevilla en dirección al hospital alemán donde el amigo convalece. Y esa es mi plegaria para la diosa pagana de las primeras palabras.

domingo, 10 de octubre de 2010

Un viaje de ida y vuelta a Perú

Un viaje de ida a Perú en el siglo XVI nos hubiera llevado al Virreinato del Perú, ancho territorio dependiente de España que ocupaba lo que hoy es Perú, Ecuador, Bolivia y parte de Chile. En ese viaje habríamos constatado el uso del español entre criollos y dirigentes procedentes de la metrópoli y el empleo indígena del quechua. En un viaje a Perú de ida llegó la lengua española, que ganó hablantes en detrimento de la lengua indígena aunque sin hacerla desaparecer de la zona andina, como sí ocurrió con muchas otras lenguas precolombinas hoy perdidas. Curiosamente, tras independizarse las colonias de España en el XIX, las lenguas indoamericanas no resultaron favorecidas sino que perdieron hablantes, ya que los nuevos estados americanos consideraron que el plurilingüismo podía ser un freno para el progreso nacional. Las nuevas repúblicas independientes tenían mayoritariamente una población que no hablaba español, aunque sus dirigentes, criollos blancos, sí lo hablasen; por eso en el XIX y en el XX, se llevaron a cabo campañas de castellanización, de modo que la verdadera difusión del español en el Nuevo Mundo se produjo —paradójicamente— con la emancipación de la metrópoli. El libro de Humberto López Morales La aventura del español en América, en un estilo científico-divulgativo muy ameno y de fecunda lectura, narra ese proceso de consolidación de la lengua española en el continente americano. Valga como recomendación bibliográfica en vísperas del día de la Hispanidad.
Los viajes de vuelta desde Perú hicieron que quienes regresaban de América cubiertos de fortuna fueran llamados peruleros, y que valiera un Perú o un Potosí lo que mucho importaba. Del quechua hablado allí llegaron al español palabras como cancha o papa, y de Perú viene ahora el estrenado Nobel de Mario Vargas Llosa.
La primera de las novelas hispanoamericanas que leí fue La tía Julia y el escribidor, ella me llevó a todos los demás: García Márquez, Bioy Casares, Mutis y a algunas otras de nuestro Nobel inmediato. Hoy recuerdo personajes como el escribidor Camacho, el odiado Fonchito, la estridencia del Sinchi, la frustración de Urania y frases como la célebre "En qué momento se jodió el Perú" de la que para mí es la mejor novela de Vargas Llosa. ¿Qué libro de este autor más os gustó? Deja tu comentario o alguna cita de su obra, literaria o periodística
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Un viaje de ida a Perú en el siglo XVI nos hubiera llevado al Virreinato del Perú, ancho territorio dependiente de España que ocupaba lo que hoy es Perú, Ecuador, Bolivia y parte de Chile. En ese viaje habríamos constatado el uso del español entre criollos y dirigentes procedentes de la metrópoli y el empleo indígena del quechua. En un viaje a Perú de ida llegó la lengua española, que ganó hablantes en detrimento de la lengua indígena aunque sin hacerla desaparecer de la zona andina, como sí ocurrió con muchas otras lenguas precolombinas hoy perdidas. Curiosamente, tras independizarse las colonias de España en el XIX, las lenguas indoamericanas no resultaron favorecidas sino que perdieron hablantes, ya que los nuevos estados americanos consideraron que el plurilingüismo podía ser un freno para el progreso nacional. Las nuevas repúblicas independientes tenían mayoritariamente una población que no hablaba español, aunque sus dirigentes, criollos blancos, sí lo hablasen; por eso en el XIX y en el XX, se llevaron a cabo campañas de castellanización, de modo que la verdadera difusión del español en el Nuevo Mundo se produjo —paradójicamente— con la emancipación de la metrópoli. El libro de Humberto López Morales La aventura del español en América, en un estilo científico-divulgativo muy ameno y de fecunda lectura, narra ese proceso de consolidación de la lengua española en el continente americano. Valga como recomendación bibliográfica en vísperas del día de la Hispanidad.
Los viajes de vuelta desde Perú hicieron que quienes regresaban de América cubiertos de fortuna fueran llamados peruleros, y que valiera un Perú o un Potosí lo que mucho importaba. Del quechua hablado allí llegaron al español palabras como cancha o papa, y de Perú viene ahora el estrenado Nobel de Mario Vargas Llosa.
La primera de las novelas hispanoamericanas que leí fue La tía Julia y el escribidor, ella me llevó a todos los demás: García Márquez, Bioy Casares, Mutis y a algunas otras de nuestro Nobel inmediato. Hoy recuerdo personajes como el escribidor Camacho, el odiado Fonchito, la estridencia del Sinchi, la frustración de Urania y frases como la célebre "En qué momento se jodió el Perú" de la que para mí es la mejor novela de Vargas Llosa. ¿Qué libro de este autor más os gustó? Deja tu comentario o alguna cita de su obra, literaria o periodística

sábado, 2 de octubre de 2010

Yoda y la historia del español

El blog nosodeyod se dedica hoy a Yoda, y no porque su nombre comience por un concepto como el de yod, ese sonido que da nombre a nuestro blog y que es tan importante para explicar los cambios del latín al español, sino por uno de sus rasgos lingüísticos más señeros y conocidos: la tendencia a colocar el verbo conjugado al final de la frase. Estas son algunas frases del longevo y reflexivo maestro Jedi:
"¿Tú crees que Yoda deja de enseñar, sólo porque su estudiante no quiere escuchar? Un maestro Yoda es. Yoda enseña como los borrachos beben, como los asesinos matan".
“No, si algo que decir al respecto yo tengo! [...] Al fin su reinado llego, y no lo bastante corto ha sido”.

Entre las posibilidades de orden de palabras en español, también está la colocación del verbo al final de la frase, una posición que puede aparecer espontáneamente (Sólo nos queda esperar a que buenamente vengan), pero que no es la más común, como podemos ver si es el verbo principal el que se coloca al final (Sólo esperar a que buenamente vengan nos queda).
En la literatura del siglo XV, especialmente en su primera mitad de siglo y en los textos que pertenecen a una corriente letrada, latinizante, esa colocación es bastante habitual: “Manifiesta cosa es” dice el Marqués de Santillana en esa centuria. Así parecía quererse imitar el orden de palabras tan común en la literatura latina, que colocaba el verbo al final (es el llamado orden SOV, sujeto-objeto-verbo). De hecho, algunos seguidores de la saga de las Galaxias sostienen que el habla de Yoda se compuso inspirada a partir del latín, de forma que Juan de Mena, el Marqués de Santillana y otros se inspiraron en la misma fuente que George Lucas y su galaxia ficticia.
El latín nos queda más cerca de lo que pensamos, aunque no lo recoja así nuestro sistema educativo. Deja tu comentario...
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El blog nosodeyod se dedica hoy a Yoda, y no porque su nombre comience por un concepto como el de yod, ese sonido que da nombre a nuestro blog y que es tan importante para explicar los cambios del latín al español, sino por uno de sus rasgos lingüísticos más señeros y conocidos: la tendencia a colocar el verbo conjugado al final de la frase. Estas son algunas frases del longevo y reflexivo maestro Jedi:
"¿Tú crees que Yoda deja de enseñar, sólo porque su estudiante no quiere escuchar? Un maestro Yoda es. Yoda enseña como los borrachos beben, como los asesinos matan".
“No, si algo que decir al respecto yo tengo! [...] Al fin su reinado llego, y no lo bastante corto ha sido”.

Entre las posibilidades de orden de palabras en español, también está la colocación del verbo al final de la frase, una posición que puede aparecer espontáneamente (Sólo nos queda esperar a que buenamente vengan), pero que no es la más común, como podemos ver si es el verbo principal el que se coloca al final (Sólo esperar a que buenamente vengan nos queda).
En la literatura del siglo XV, especialmente en su primera mitad de siglo y en los textos que pertenecen a una corriente letrada, latinizante, esa colocación es bastante habitual: “Manifiesta cosa es” dice el Marqués de Santillana en esa centuria. Así parecía quererse imitar el orden de palabras tan común en la literatura latina, que colocaba el verbo al final (es el llamado orden SOV, sujeto-objeto-verbo). De hecho, algunos seguidores de la saga de las Galaxias sostienen que el habla de Yoda se compuso inspirada a partir del latín, de forma que Juan de Mena, el Marqués de Santillana y otros se inspiraron en la misma fuente que George Lucas y su galaxia ficticia.
El latín nos queda más cerca de lo que pensamos, aunque no lo recoja así nuestro sistema educativo. Deja tu comentario...

sábado, 25 de septiembre de 2010

Otra vez echamos a andar...

Aquí estamos de vuelta. Nosolodeyod vuelve por sus fueros virtuales para seguir alimentando a fuerza de tecla la presencia de la historia de la lengua española en la red. El segundo año de este blog se abre con esta imagen de los pies de mi hijo recién nacido, con su cuerpo de espuma y su ímpetu por vivir. Por su llanto y su dulce dormir, inventando un nuevo mundo, rodeado de palabras que pronto empezará a conocer.
Este blog comenzó su andadura el curso pasado, ligado a mi docencia en la Universidad de Sevilla de asignaturas como Historia de la Lengua o Lexicología Histórica. Este año impartiré asignaturas distintas, que ya iré presentando. Como siempre, el blog está abierto a todos los lectores: alumnos de otras asignaturas, otros profesores, otras universidades, lectores que no son alumnos... Vuestras visitas y comentarios alimentan este sitio.
Continuaremos con una entrada semanal dedicada a aspectos de la historia de nuestro idioma (cambios en los sonidos, la gramática, las palabras, textos antiguos en español, personajes y hechos históricos que han influido en la lengua, novedades bibliográficas sobre el pasado del español); sigue abierta también la página de Facebook de seguidores del blog. Una de las novedades de este año es que os podéis suscribir a las entradas del blog para que, cuando se publique una, os llegue directamente a vuestro correo electrónico. Otra novedad es que cada entrada tiene abajo una cadena de iconos (de Facebook, Twitter y otros inventos de redes sociales) por si queréis enlazar una entrada a vuestro muro.
El blog se acerca ya a las 10000 visitas y por eso os pregunto por vuestras ideas para celebrar tan insigne e impensable efemérides, ¿alguna sugerencia?
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Aquí estamos de vuelta. Nosolodeyod vuelve por sus fueros virtuales para seguir alimentando a fuerza de tecla la presencia de la historia de la lengua española en la red. El segundo año de este blog se abre con esta imagen de los pies de mi hijo recién nacido, con su cuerpo de espuma y su ímpetu por vivir. Por su llanto y su dulce dormir, inventando un nuevo mundo, rodeado de palabras que pronto empezará a conocer.
Este blog comenzó su andadura el curso pasado, ligado a mi docencia en la Universidad de Sevilla de asignaturas como Historia de la Lengua o Lexicología Histórica. Este año impartiré asignaturas distintas, que ya iré presentando. Como siempre, el blog está abierto a todos los lectores: alumnos de otras asignaturas, otros profesores, otras universidades, lectores que no son alumnos... Vuestras visitas y comentarios alimentan este sitio.
Continuaremos con una entrada semanal dedicada a aspectos de la historia de nuestro idioma (cambios en los sonidos, la gramática, las palabras, textos antiguos en español, personajes y hechos históricos que han influido en la lengua, novedades bibliográficas sobre el pasado del español); sigue abierta también la página de Facebook de seguidores del blog. Una de las novedades de este año es que os podéis suscribir a las entradas del blog para que, cuando se publique una, os llegue directamente a vuestro correo electrónico. Otra novedad es que cada entrada tiene abajo una cadena de iconos (de Facebook, Twitter y otros inventos de redes sociales) por si queréis enlazar una entrada a vuestro muro.
El blog se acerca ya a las 10000 visitas y por eso os pregunto por vuestras ideas para celebrar tan insigne e impensable efemérides, ¿alguna sugerencia?

viernes, 30 de julio de 2010

Con yod en la playa

Algunos se escapan hoy de la ciudad a pasar fuera el mes de agosto mientras en los coches se queman al sol las consonantes implosivas (finales de sílaba o palabra que tienden a alterarse entre buena parte de los hablantes de español) según se ve en la viñeta de Forges de El País de hoy.
En la playa, nadie pensará de dónde sale esta palabra si en latín se decía COSTA. Para Corominas, la forma venía del latín tardío PLAGIA, helenismo que significaba ‘lado, costado’. Para sostener su hipótesis utilizaba entre otros convincentes argumentos una frase que bien podría ser una pareja de versos eneasílabos: “La playa es el costado del mar, como lo es también de la tierra”. La palabra era poco usada en la Edad Media, donde se practicaban más los baños en los ríos, como nos recuerdan los versos de Jorge de Montemayor (1520-1561):
Sobre el arena sentada
de aquel río la vi yo
do con el dedo escribió
antes muerta que mudada
Miren amor lo que ordena
que un hombre llegue a creer
cosas dichas por mujer
y escritas sobre el arena.

El blog cierra unas semanas. Abrimos de nuevo a finales de septiembre, con más contenidos y algunas novedades. Si se te ocurren sugerencias, quieres desear buen verano o explicarnos por qué no puedes vivir sin la yod, deja tu comentario...
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Algunos se escapan hoy de la ciudad a pasar fuera el mes de agosto mientras en los coches se queman al sol las consonantes implosivas (finales de sílaba o palabra que tienden a alterarse entre buena parte de los hablantes de español) según se ve en la viñeta de Forges de El País de hoy.
En la playa, nadie pensará de dónde sale esta palabra si en latín se decía COSTA. Para Corominas, la forma venía del latín tardío PLAGIA, helenismo que significaba ‘lado, costado’. Para sostener su hipótesis utilizaba entre otros convincentes argumentos una frase que bien podría ser una pareja de versos eneasílabos: “La playa es el costado del mar, como lo es también de la tierra”. La palabra era poco usada en la Edad Media, donde se practicaban más los baños en los ríos, como nos recuerdan los versos de Jorge de Montemayor (1520-1561):
Sobre el arena sentada
de aquel río la vi yo
do con el dedo escribió
antes muerta que mudada
Miren amor lo que ordena
que un hombre llegue a creer
cosas dichas por mujer
y escritas sobre el arena.

El blog cierra unas semanas. Abrimos de nuevo a finales de septiembre, con más contenidos y algunas novedades. Si se te ocurren sugerencias, quieres desear buen verano o explicarnos por qué no puedes vivir sin la yod, deja tu comentario...

miércoles, 7 de julio de 2010

Sanfermines e historia de la lengua

7 de julio... San Fermín.
La Iruña prerromana tiene en su topónimo la raíz vasca Ili, y los romanos la llamaron Pompaelo al refundarla, una de las pocas ciudades romanas de la zona montañosa del norte. Pamplona (Navarra) es el escenario de los famosos sanfermines. Como todos los años, los telediarios nos enseñan su arranque, nos dan noticia del chupinazo, mencionan a Hemingway y hablan de cómo han corrido los mozos ante los toros; en nosolodeyod, discretamente, nos vestimos de blanquirrojo para acordarnos de Navarra en nuestro recorrido por el pasado del idioma.
Navarra es un escenario lingüísticamente asociado a otros. Conviven históricamente, y hasta hoy, el vascuence y el romance. Ese romance venido del latín y puesto por escrito en la documentación medieval es llamado por muchos navarro-aragonés (aunque la etiqueta es conflictiva, como ha explicado F. González Ollé) por su vinculación con el romance del Reino de Aragón. El antiguo Reino de Pamplona, luego Reino de Navarra, tendía lazos con las monarquías asturianas, llegó en su área de influencia hasta La Rioja y desde mediados del siglo XIII fue gobernado desde Francia (por ello, la documentación oficial de esa época está escrita en gascón). Es, pues, una zona de cruce de influencias políticas, y, consecuentemente, lingüísticas. La escritura del romance varió notablemente cuando en 1512 Navarra se incorporó a la Corona de Castilla bajo Fernando el Católico y el romance navarro aceleró su confluencia con el castellano.
Enclave vasco-románico, romance navarro-aragonés, vestirse de blanquirrojo... parece existir un andar combinado, en cuadrilla, en la historia cultural de Navarra, igual que se combinaron la investigación sobre la lengua y sobre la literatura en la obra del distinguido filólogo Amado Alonso (1896-1952), que nació en un pueblo de Navarra, Lerín, y fue a morir exiliado en Arlington (Estados Unidos), tan lejos de España, porque en esas fechas había por aquí otros toros que lidiar.
¿Algún lector de nosolodeyod ha corrido alguna vez en los Sanfermines? ¿Debo suponer que no? ¿Estudiar la lengua o la literatura española es a veces tan heroico y complicado como salir airoso de una carrera en los Sanfermines? Deja tu comentario...
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7 de julio... San Fermín.
La Iruña prerromana tiene en su topónimo la raíz vasca Ili, y los romanos la llamaron Pompaelo al refundarla, una de las pocas ciudades romanas de la zona montañosa del norte. Pamplona (Navarra) es el escenario de los famosos sanfermines. Como todos los años, los telediarios nos enseñan su arranque, nos dan noticia del chupinazo, mencionan a Hemingway y hablan de cómo han corrido los mozos ante los toros; en nosolodeyod, discretamente, nos vestimos de blanquirrojo para acordarnos de Navarra en nuestro recorrido por el pasado del idioma.
Navarra es un escenario lingüísticamente asociado a otros. Conviven históricamente, y hasta hoy, el vascuence y el romance. Ese romance venido del latín y puesto por escrito en la documentación medieval es llamado por muchos navarro-aragonés (aunque la etiqueta es conflictiva, como ha explicado F. González Ollé) por su vinculación con el romance del Reino de Aragón. El antiguo Reino de Pamplona, luego Reino de Navarra, tendía lazos con las monarquías asturianas, llegó en su área de influencia hasta La Rioja y desde mediados del siglo XIII fue gobernado desde Francia (por ello, la documentación oficial de esa época está escrita en gascón). Es, pues, una zona de cruce de influencias políticas, y, consecuentemente, lingüísticas. La escritura del romance varió notablemente cuando en 1512 Navarra se incorporó a la Corona de Castilla bajo Fernando el Católico y el romance navarro aceleró su confluencia con el castellano.
Enclave vasco-románico, romance navarro-aragonés, vestirse de blanquirrojo... parece existir un andar combinado, en cuadrilla, en la historia cultural de Navarra, igual que se combinaron la investigación sobre la lengua y sobre la literatura en la obra del distinguido filólogo Amado Alonso (1896-1952), que nació en un pueblo de Navarra, Lerín, y fue a morir exiliado en Arlington (Estados Unidos), tan lejos de España, porque en esas fechas había por aquí otros toros que lidiar.
¿Algún lector de nosolodeyod ha corrido alguna vez en los Sanfermines? ¿Debo suponer que no? ¿Estudiar la lengua o la literatura española es a veces tan heroico y complicado como salir airoso de una carrera en los Sanfermines? Deja tu comentario...

lunes, 28 de junio de 2010

Finales

Escribo esta entrada en la misma aula en que mis alumnos se examinan del final de Historia de la Lengua, en su parte práctica. Un texto de la Crónica de Pero Niño y seis fragmentos del Diálogo de la lengua de Valdés en que se comentan fenómenos morfosintácticos son las preguntas que ocupan ahora a los estudiantes de Historia de la Lengua. Exámenes finales, final del Mundial de fútbol, final de curso... además de usarse en estos casos, final es el adjetivo que se aplica también a oraciones como estas:
Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo (Ángel González, “Para que yo me llame Ángel González”).

Tu desnudez derriba con su calor los límites,
me abre todas las puertas para que te adivine,
me toma de la mano como un niño perdido
que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas (Roque Dalton, “Desnuda”)


Para el cuerpo, recién nacido de la noche, todo fue nuevo.
Ignoró, por no entristecerse,
que el alma tenía recuerdos (José Hierro, Génesis)


Cerca del agua te quiero tener
porque te aliente su vívido ser. (Miguel Hernández, "Cerca del agua").

No todas las subordinadas finales se escriben con para, también por + infinitivo y porque + subjuntivo pueden expresar finalidad, como se ve en los ejemplos. Ello se debe a la estrecha relación que hay entre la expresión de la causa y la de la finalidad. Para ambas se empleaba en la Edad Media por y pora (pro+ad) hasta que en el siglo XIV comenzó a crecer el uso de para, venido de pora. Para saber más sobre oraciones subordinadas finales en la historia del español, recomiendo la lectura de este artículo de Santiago U. Sánchez.
Hoy diferenciamos, pues, los porqués y los paraqués, pero nuestros antepasados, como vemos, no tenían medios lingüísticos tan distintos. Si te lo planteas, no siempre es fácil responder de forma distinta a preguntas como por qué y para qué . ¿Por qué queremos que llegue el final de curso y para qué queremos que llegue el final de curso? Deja tu comentario...
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Escribo esta entrada en la misma aula en que mis alumnos se examinan del final de Historia de la Lengua, en su parte práctica. Un texto de la Crónica de Pero Niño y seis fragmentos del Diálogo de la lengua de Valdés en que se comentan fenómenos morfosintácticos son las preguntas que ocupan ahora a los estudiantes de Historia de la Lengua. Exámenes finales, final del Mundial de fútbol, final de curso... además de usarse en estos casos, final es el adjetivo que se aplica también a oraciones como estas:
Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo (Ángel González, “Para que yo me llame Ángel González”).

Tu desnudez derriba con su calor los límites,
me abre todas las puertas para que te adivine,
me toma de la mano como un niño perdido
que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas (Roque Dalton, “Desnuda”)


Para el cuerpo, recién nacido de la noche, todo fue nuevo.
Ignoró, por no entristecerse,
que el alma tenía recuerdos (José Hierro, Génesis)


Cerca del agua te quiero tener
porque te aliente su vívido ser. (Miguel Hernández, "Cerca del agua").

No todas las subordinadas finales se escriben con para, también por + infinitivo y porque + subjuntivo pueden expresar finalidad, como se ve en los ejemplos. Ello se debe a la estrecha relación que hay entre la expresión de la causa y la de la finalidad. Para ambas se empleaba en la Edad Media por y pora (pro+ad) hasta que en el siglo XIV comenzó a crecer el uso de para, venido de pora. Para saber más sobre oraciones subordinadas finales en la historia del español, recomiendo la lectura de este artículo de Santiago U. Sánchez.
Hoy diferenciamos, pues, los porqués y los paraqués, pero nuestros antepasados, como vemos, no tenían medios lingüísticos tan distintos. Si te lo planteas, no siempre es fácil responder de forma distinta a preguntas como por qué y para qué . ¿Por qué queremos que llegue el final de curso y para qué queremos que llegue el final de curso? Deja tu comentario...

miércoles, 16 de junio de 2010

Poniendo el acento

La costumbre de usar tildes para marcar el acento fonológico despegó para el español a fines de la Edad Media. El latín no usaba tales signos pero sí el griego, al menos desde el siglo III a.C. Por eso se cree que fue la entrada de nuevos textos griegos en el siglo XV, sobre todo en Italia, la que puso de nuevo en circulación en Europa este hábito ortográfico, regulado en España por la Academia a partir del XVIII. La historia de la ortografía es cambiante y, como vemos en clases de Historia de la Lengua, también la de las tildes: los acentos circunflejos (^) y graves (`) usados en el XVIII se perdieron para el español y el acento agudo (´) ha ido cambiando sus normas hasta hoy.
El caso es que este hábito ha sido roto recientemente por una joven editorial española, Weilaifuturo, que publica sus obras sin insertar en ellas ni una sola tilde. Sus razones las exponen en un texto que, como todos los que editan, no incorpora ningún acento gráfico. Lamentablemente, cuando en la web de la editorial transcriben en su defensa la Ortographia académica de la RAE de 1741 confunden la ese larga (⌠) con la f, y escriben un español del XVIII la mar de raro (efcribir, fu nombre, fymbolo...) que suena un poco payasil; poca filología y ninguna historia de la lengua en quienes quieren presumir (o prefumir) de nuevas pautas ortográficas...
Frente a estos detractores editoriales de la tilde, nosolodeyod se inclina por la tilde, acentúa sin pudor y enarbola ese pequeño signo que Valdés llamaba rayuela, los clásicos apex y muchos de nosotros simplemente acento. Apúntate estas iniciativas en favor de la tilde:
-Si estás en Facebook , hazte seguidor del grupo Ti no lleva tilde por mucho que te empeñes (de paso, apúntate al de seguidores de este blog).
-Conoce el proyecto "Acentos perdidos" de Pablo Zulaica, publicista que pega acentos ortográficos de cartón en aquellos signos públicos donde faltan. Lo puedes ver en su
blog. Si entras a la web te puedes descargar además tildes para imprimir, recortar y pegar allí donde faltan.
-Para dudas sobre tilde, mira el Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE.
¿Qué te parece más insoportable? ¿La tilde de menos o la tilde de más? Deja tu comentario...
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La costumbre de usar tildes para marcar el acento fonológico despegó para el español a fines de la Edad Media. El latín no usaba tales signos pero sí el griego, al menos desde el siglo III a.C. Por eso se cree que fue la entrada de nuevos textos griegos en el siglo XV, sobre todo en Italia, la que puso de nuevo en circulación en Europa este hábito ortográfico, regulado en España por la Academia a partir del XVIII. La historia de la ortografía es cambiante y, como vemos en clases de Historia de la Lengua, también la de las tildes: los acentos circunflejos (^) y graves (`) usados en el XVIII se perdieron para el español y el acento agudo (´) ha ido cambiando sus normas hasta hoy.
El caso es que este hábito ha sido roto recientemente por una joven editorial española, Weilaifuturo, que publica sus obras sin insertar en ellas ni una sola tilde. Sus razones las exponen en un texto que, como todos los que editan, no incorpora ningún acento gráfico. Lamentablemente, cuando en la web de la editorial transcriben en su defensa la Ortographia académica de la RAE de 1741 confunden la ese larga (⌠) con la f, y escriben un español del XVIII la mar de raro (efcribir, fu nombre, fymbolo...) que suena un poco payasil; poca filología y ninguna historia de la lengua en quienes quieren presumir (o prefumir) de nuevas pautas ortográficas...
Frente a estos detractores editoriales de la tilde, nosolodeyod se inclina por la tilde, acentúa sin pudor y enarbola ese pequeño signo que Valdés llamaba rayuela, los clásicos apex y muchos de nosotros simplemente acento. Apúntate estas iniciativas en favor de la tilde:
-Si estás en Facebook , hazte seguidor del grupo Ti no lleva tilde por mucho que te empeñes (de paso, apúntate al de seguidores de este blog).
-Conoce el proyecto "Acentos perdidos" de Pablo Zulaica, publicista que pega acentos ortográficos de cartón en aquellos signos públicos donde faltan. Lo puedes ver en su
blog. Si entras a la web te puedes descargar además tildes para imprimir, recortar y pegar allí donde faltan.
-Para dudas sobre tilde, mira el Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE.
¿Qué te parece más insoportable? ¿La tilde de menos o la tilde de más? Deja tu comentario...

miércoles, 9 de junio de 2010

La portada de periódico que nunca leerás

Hace años, cuando dije en una clase que existían revistas (y muchas) de Filología y Lingüística, un alumno me preguntó inocentemente: "¿Y qué se publica en la portada? ¿Cosas como Última hora: ¡ha salido un fonema nuevo!?" Imaginad algo como esto:
Las novedades en la Lingüística Histórica apuntan a hipótesis, replanteamientos o, con suerte, nuevos textos encontrados que puedan servir de fuente para nuestros estudios. También hay novedades editoriales que nos ayudan a caminar desde el hoy de nuestra lengua a su pasado. En esta semana se concentran dos que me alegra mucho anunciar en este blog, para posibles lectores interesados en adquirirlas o encargarlas para la biblioteca de su universidad.
Una es la obra de Manuel Ariza La lengua del siglo XII una monografía esperada y necesitada. El siglo XII, en su claroscuro, es desvelado por el profesor Ariza en un libro que reúne todo lo que podemos saber de esta época a partir de los documentos y textos literarios que conservamos de ella. La otra novedad es el volumen Modelos latinos en la Castilla medieval, un libro que puede ser útil para interesados en cultura grecolatina medieval, lengua castellana de la época o modelos sociopolíticos del Medievo en la Península configurados a semejanza del latín. Ha sido editado cuidadosamente por Mónica Castillo Lluch y Marta López Izquierdo, y es el resultado de un coloquio celebrado en 2007 en Lyon auspiciado por la prestigiosa École Normale Supérieure.
No “salen” fonemas nuevos ni apenas ocurren cambios en los idiomas de golpe o de un día para otro. Por eso, la portada que abre este comentario sería imposible, aunque sea bonito imaginarla, como podríamos imaginarnos titulares lingüísticos como: "En su deriva independentista, el castellano se separa del latín y decide usar artículo" o "Escándalo: desaparece la ç". Si se te ocurren otras imposibles noticias lingüísticas de portada, deja tu comentario...
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Hace años, cuando dije en una clase que existían revistas (y muchas) de Filología y Lingüística, un alumno me preguntó inocentemente: "¿Y qué se publica en la portada? ¿Cosas como Última hora: ¡ha salido un fonema nuevo!?" Imaginad algo como esto:
Las novedades en la Lingüística Histórica apuntan a hipótesis, replanteamientos o, con suerte, nuevos textos encontrados que puedan servir de fuente para nuestros estudios. También hay novedades editoriales que nos ayudan a caminar desde el hoy de nuestra lengua a su pasado. En esta semana se concentran dos que me alegra mucho anunciar en este blog, para posibles lectores interesados en adquirirlas o encargarlas para la biblioteca de su universidad.
Una es la obra de Manuel Ariza La lengua del siglo XII una monografía esperada y necesitada. El siglo XII, en su claroscuro, es desvelado por el profesor Ariza en un libro que reúne todo lo que podemos saber de esta época a partir de los documentos y textos literarios que conservamos de ella. La otra novedad es el volumen Modelos latinos en la Castilla medieval, un libro que puede ser útil para interesados en cultura grecolatina medieval, lengua castellana de la época o modelos sociopolíticos del Medievo en la Península configurados a semejanza del latín. Ha sido editado cuidadosamente por Mónica Castillo Lluch y Marta López Izquierdo, y es el resultado de un coloquio celebrado en 2007 en Lyon auspiciado por la prestigiosa École Normale Supérieure.
No “salen” fonemas nuevos ni apenas ocurren cambios en los idiomas de golpe o de un día para otro. Por eso, la portada que abre este comentario sería imposible, aunque sea bonito imaginarla, como podríamos imaginarnos titulares lingüísticos como: "En su deriva independentista, el castellano se separa del latín y decide usar artículo" o "Escándalo: desaparece la ç". Si se te ocurren otras imposibles noticias lingüísticas de portada, deja tu comentario...

martes, 1 de junio de 2010

Terminaciones

Las terminaciones aparecen mucho en clases de Historia de la Lengua: porque soportan el valor genérico o numérico de sustantivos y adjetivos, porque ilustran del sincretismo de los morfemas verbales, porque pueden ser objeto de analogías como la extensión de la –s adverbial en entonces o mientras... Entre las cuestiones léxicas, las terminaciones nos sirven para observar la historia de los sufijos del idioma (aspecto en el que es imprescindible el reciente Diccionario de sufijos españoles de David Pharies).

Se terminan también las clases de Historia de la Lengua de este curso 2009/ 2010 en la Universidad de Sevilla. El curso empezó en el grupo de tarde con más de 40 alumnos, pero acabó con sólo unos poquitos:


(Aquí, integrado entre nosotros, el conserje Julián, quien por cierto tiene un grupo de seguidores en Facebook).
Aunque se terminen las clases, nosolodeyod sigue: tendremos entrada semanal unos meses más, siempre que las visitas sigan dando sentido a esta página. Para terminar, una dedicatoria y una recomendación. Esta entrada está dedicada a mis alumnos; aunque, pasados los exámenes, ya no lo sean oficialmente, para mí uno nunca pierde esa condición. Así, que gracias a los alumnos que habéis cursado esta asignatura, por el trabajo (nunca suficiente, ya sabéis), las preguntas y el entusiasmo. Y una recomendación : desde nosolodeyod invitamos a todos los lectores del blog que estén en Sevilla los días 11 y 12 de junio a las 21 horas a asistir al espectáculo de danza que ofrece la compañía “Dos proposiciones” integrada, entre otros, por nuestro compañero Cipri López, en el antiguo Convento de San Clemente (Puerta de Barqueta). Las entradas son gratuitas pero deben recogerse al menos a partir de las 19,30.
¡Todo el mundo allí, que no sólo de yod vive el hombre!
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Las terminaciones aparecen mucho en clases de Historia de la Lengua: porque soportan el valor genérico o numérico de sustantivos y adjetivos, porque ilustran del sincretismo de los morfemas verbales, porque pueden ser objeto de analogías como la extensión de la –s adverbial en entonces o mientras... Entre las cuestiones léxicas, las terminaciones nos sirven para observar la historia de los sufijos del idioma (aspecto en el que es imprescindible el reciente Diccionario de sufijos españoles de David Pharies).

Se terminan también las clases de Historia de la Lengua de este curso 2009/ 2010 en la Universidad de Sevilla. El curso empezó en el grupo de tarde con más de 40 alumnos, pero acabó con sólo unos poquitos:


(Aquí, integrado entre nosotros, el conserje Julián, quien por cierto tiene un grupo de seguidores en Facebook).
Aunque se terminen las clases, nosolodeyod sigue: tendremos entrada semanal unos meses más, siempre que las visitas sigan dando sentido a esta página. Para terminar, una dedicatoria y una recomendación. Esta entrada está dedicada a mis alumnos; aunque, pasados los exámenes, ya no lo sean oficialmente, para mí uno nunca pierde esa condición. Así, que gracias a los alumnos que habéis cursado esta asignatura, por el trabajo (nunca suficiente, ya sabéis), las preguntas y el entusiasmo. Y una recomendación : desde nosolodeyod invitamos a todos los lectores del blog que estén en Sevilla los días 11 y 12 de junio a las 21 horas a asistir al espectáculo de danza que ofrece la compañía “Dos proposiciones” integrada, entre otros, por nuestro compañero Cipri López, en el antiguo Convento de San Clemente (Puerta de Barqueta). Las entradas son gratuitas pero deben recogerse al menos a partir de las 19,30.
¡Todo el mundo allí, que no sólo de yod vive el hombre!

miércoles, 26 de mayo de 2010

El del café y el del Diálogo de la lengua

Cuando yo era una adolescente, en la Exposición Universal del 92, el Pabellón de Colombia trajo a Sevilla como invitado estelar a un actor famoso por haber interpretado en un anuncio televisivo el personaje de un tal Juan Valdez, cafetero que nos traía, al parecer, el mejor café de Colombia. Lo pasearon por las calles de la Expo a lomos de una burra con albardas bien lustrosas.
Años después, en la Universidad, todavía algún compañero le ponía la cara de Juan Valdez a Juan de Valdés, el humanista español que en 1535 escribió el Diálogo de la lengua, cuya lectura es más que recomendable para quienes cursan asignaturas de Lingüística Histórica.
En esta obra, escrita en Nápoles e impresa por primera vez dos siglos después, podemos ver una representación de las formas en variación en el español de entonces; Valdés va opinando sobre lo que le preguntan sus interlocutores acerca del idioma, explica qué palabras, grafías, estilos o costumbres fónicas le agradan y desagradan, mostrándonos así la reflexión metalingüística hecha por un particular.
Es la otra historia de la lengua, la que conocemos no por los datos de los textos sino por las opiniones, censuras o aprobaciones de los hablantes, las plasmen en gramáticas, diccionarios, “diálogos de la lengua” o comentarios en una conversación. Un anciano señor de mi pueblo me dijo hace unos años una preciosa frase: “Ahora habláis distinto. Antes decíamos se acabó pero la gente nueva decís se ha terminado”: ¿un testimonio del progresivo ascenso en el uso del pretérito perfecto compuesto en España? Es una muestra más para esa otra crónica de la lengua que cualquier hablante con un poco de intuición puede aportar.
Por eso os quiero pedir que en esta entrada me contéis esos comentarios metalingüísticos que habéis oído y que, más allá de tópicos como “hoy se habla fatal”, “los mensajes SMS de móvil son malos para el idioma”, etc., nos informan de cambios lingüísticos percibidos por hablantes que, como el otro Juan de Valdez, no han estudiado Historia de la lengua pero a lo mejor sí saben cómo colocarle las albardas a un burro. Dejad vuestros comentarios...
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Cuando yo era una adolescente, en la Exposición Universal del 92, el Pabellón de Colombia trajo a Sevilla como invitado estelar a un actor famoso por haber interpretado en un anuncio televisivo el personaje de un tal Juan Valdez, cafetero que nos traía, al parecer, el mejor café de Colombia. Lo pasearon por las calles de la Expo a lomos de una burra con albardas bien lustrosas.
Años después, en la Universidad, todavía algún compañero le ponía la cara de Juan Valdez a Juan de Valdés, el humanista español que en 1535 escribió el Diálogo de la lengua, cuya lectura es más que recomendable para quienes cursan asignaturas de Lingüística Histórica.
En esta obra, escrita en Nápoles e impresa por primera vez dos siglos después, podemos ver una representación de las formas en variación en el español de entonces; Valdés va opinando sobre lo que le preguntan sus interlocutores acerca del idioma, explica qué palabras, grafías, estilos o costumbres fónicas le agradan y desagradan, mostrándonos así la reflexión metalingüística hecha por un particular.
Es la otra historia de la lengua, la que conocemos no por los datos de los textos sino por las opiniones, censuras o aprobaciones de los hablantes, las plasmen en gramáticas, diccionarios, “diálogos de la lengua” o comentarios en una conversación. Un anciano señor de mi pueblo me dijo hace unos años una preciosa frase: “Ahora habláis distinto. Antes decíamos se acabó pero la gente nueva decís se ha terminado”: ¿un testimonio del progresivo ascenso en el uso del pretérito perfecto compuesto en España? Es una muestra más para esa otra crónica de la lengua que cualquier hablante con un poco de intuición puede aportar.
Por eso os quiero pedir que en esta entrada me contéis esos comentarios metalingüísticos que habéis oído y que, más allá de tópicos como “hoy se habla fatal”, “los mensajes SMS de móvil son malos para el idioma”, etc., nos informan de cambios lingüísticos percibidos por hablantes que, como el otro Juan de Valdez, no han estudiado Historia de la lengua pero a lo mejor sí saben cómo colocarle las albardas a un burro. Dejad vuestros comentarios...

miércoles, 19 de mayo de 2010

Cuchillos para la carne y para los libros

Hay muchas maneras de destruir un libro. Puede romperse a fuerza de manos, como en esta imagen, muy difundida en 1996: en ella, Marcel Reich-Ranicki, destacado crítico literario alemán, rompía literalmente la obra del novelista Günter Grass Es cuento largo.
Un método clásico es quemar el libro al fuego. Así se hizo con los libros de don Enrique de Villena, un interesante intelectual del primer tercio del siglo XV. Para la historia de la lengua, nos interesa Villena por ser uno de los pioneros en la introducción de cultismos desde el latín y la copia de estructuras morfosintácticas de la lengua madre, según es tendencia común en muchos escritores del XV. Entroncado con la familia real de los Trastámara, se formó en la corte valenciana, se desplazó a la castellana y se casó con María de Albornoz. Aquí las crónicas de la época empiezan a ser oscuras al hablar de él: ¿tenía el rey Enrique II de Castilla relaciones con la esposa de Villena a sabiendas de éste? Dado que el maestrazgo de Calatrava obligaba a su portador a ser soltero, ¿obtuvo Villena ese título a cambio de su silencio y la nulidad de su matrimonio? Este episodio de la vida de Enrique de Villena, su defenestración posterior y su retirada dedicación a la astrología, la medicina y la teología hicieron crecer la leyenda en torno a nuestro personaje, cuya fama póstuma se fue haciendo más oscura con el correr de los siglos: se afirmó que el diablo le había enseñado brujería y terminó siendo llamado “El nigromante”o “El brujo” por las crónicas y las novelas posteriores.
Villena muere en 1434 y el rey Juan II manda inmediatamente requisar y expurgar su biblioteca. El obispo Lope de Barrientos se encarga de seleccionar los libros aprobados, que pasaron a formar parte de las bibliotecas reales y de quemar los libros peligrosos. Sin duda Cervantes tenía los libros quemados de Villena en la cabeza cuando escribió el famoso episodio del donoso escrutinio de los libros de Quijote que veis ilustrado a la derecha.
(La imagen del escrutinio del Quijote está tomada de una fabulosa página web que os recomiendo visitar: el Banco de imágenes del Quijote, dirigido por José Manuel Lucía Megías, en el que hay casi 15000 imágenes de los grabados e ilustraciones que han tenido las sucesivas ediciones del Quijote, españolas y extranjeras; esta imagen procede de una edición de 1737).
Los libros pueden también romperse con cuchillos. Pero es más útil usar éstos para cortar la carne, como nos enseñó el propio Enrique de Villena en su Arte çisoria, un tratado sobre cómo disponer la mesa y cómo cortar (“cisoria”, de SCINDO SCIDI-SCISSUM 'cortar') la comida, una exposición sobre mecánica y protocolo de la que extraigo este fragmento:
“[El cortador] descubra la vianda e taje de aquello que fuere mejor o que sabe que sera mas plazible al Rey o que le demandare, segunt que en los capitulos adelante del cortar delas viandas dire; ponjendo aquella vianda que cortar quiere en otro platel llano, dexandolo al cubierto, como primero estaua; limpie a menudo los cuchillos con que cortare, antes que en ellos cargue o paresca vianda o grosura della, guardandose quanto pudiere de llegar a la bianda conlas manos”.
Un libro se puede destruir por el uso, desmadejado de abrirse en las fotocopiadoras, o por el desuso: decenas de libros transidos de humedad, que hemos visto arrinconados en cualquier cuarto. En nosolodeyod no nos gusta la destrucción de libros y sí su creación: ¿qué libro te gustaría leer y aún no ha sido escrito? ¿Qué libro se debería crear? ¿Qué libro escondido debería resucitarse antes de ser destruido? Deja tu comentario...
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Hay muchas maneras de destruir un libro. Puede romperse a fuerza de manos, como en esta imagen, muy difundida en 1996: en ella, Marcel Reich-Ranicki, destacado crítico literario alemán, rompía literalmente la obra del novelista Günter Grass Es cuento largo.
Un método clásico es quemar el libro al fuego. Así se hizo con los libros de don Enrique de Villena, un interesante intelectual del primer tercio del siglo XV. Para la historia de la lengua, nos interesa Villena por ser uno de los pioneros en la introducción de cultismos desde el latín y la copia de estructuras morfosintácticas de la lengua madre, según es tendencia común en muchos escritores del XV. Entroncado con la familia real de los Trastámara, se formó en la corte valenciana, se desplazó a la castellana y se casó con María de Albornoz. Aquí las crónicas de la época empiezan a ser oscuras al hablar de él: ¿tenía el rey Enrique II de Castilla relaciones con la esposa de Villena a sabiendas de éste? Dado que el maestrazgo de Calatrava obligaba a su portador a ser soltero, ¿obtuvo Villena ese título a cambio de su silencio y la nulidad de su matrimonio? Este episodio de la vida de Enrique de Villena, su defenestración posterior y su retirada dedicación a la astrología, la medicina y la teología hicieron crecer la leyenda en torno a nuestro personaje, cuya fama póstuma se fue haciendo más oscura con el correr de los siglos: se afirmó que el diablo le había enseñado brujería y terminó siendo llamado “El nigromante”o “El brujo” por las crónicas y las novelas posteriores.
Villena muere en 1434 y el rey Juan II manda inmediatamente requisar y expurgar su biblioteca. El obispo Lope de Barrientos se encarga de seleccionar los libros aprobados, que pasaron a formar parte de las bibliotecas reales y de quemar los libros peligrosos. Sin duda Cervantes tenía los libros quemados de Villena en la cabeza cuando escribió el famoso episodio del donoso escrutinio de los libros de Quijote que veis ilustrado a la derecha.
(La imagen del escrutinio del Quijote está tomada de una fabulosa página web que os recomiendo visitar: el Banco de imágenes del Quijote, dirigido por José Manuel Lucía Megías, en el que hay casi 15000 imágenes de los grabados e ilustraciones que han tenido las sucesivas ediciones del Quijote, españolas y extranjeras; esta imagen procede de una edición de 1737).
Los libros pueden también romperse con cuchillos. Pero es más útil usar éstos para cortar la carne, como nos enseñó el propio Enrique de Villena en su Arte çisoria, un tratado sobre cómo disponer la mesa y cómo cortar (“cisoria”, de SCINDO SCIDI-SCISSUM 'cortar') la comida, una exposición sobre mecánica y protocolo de la que extraigo este fragmento:
“[El cortador] descubra la vianda e taje de aquello que fuere mejor o que sabe que sera mas plazible al Rey o que le demandare, segunt que en los capitulos adelante del cortar delas viandas dire; ponjendo aquella vianda que cortar quiere en otro platel llano, dexandolo al cubierto, como primero estaua; limpie a menudo los cuchillos con que cortare, antes que en ellos cargue o paresca vianda o grosura della, guardandose quanto pudiere de llegar a la bianda conlas manos”.
Un libro se puede destruir por el uso, desmadejado de abrirse en las fotocopiadoras, o por el desuso: decenas de libros transidos de humedad, que hemos visto arrinconados en cualquier cuarto. En nosolodeyod no nos gusta la destrucción de libros y sí su creación: ¿qué libro te gustaría leer y aún no ha sido escrito? ¿Qué libro se debería crear? ¿Qué libro escondido debería resucitarse antes de ser destruido? Deja tu comentario...

domingo, 9 de mayo de 2010

La lengua en curso(s)

La lengua se mezcla, sale de su solar inicial de nacimiento, se encuentra con otros idiomas y a veces se lleva parte de ellos en sí. Estudiar también pasa por salir del corralito propio, conocer otras aulas y otros profesores y mirar un poco más allá.
El mes de mayo es el momento de inscribirse en varios cursos de formación y especialización que tratan de asuntos lingüísticos o histórico-lingüísticos y que se celebran en vacaciones. En estos días está abierta la preinscripción para el ya célebre (¡va por 10 años ya!) Curso de Formación para Profesores de Español como L2, dirigido por Eva Bravo, que se imparte en la Universidad de Sevilla cada mes de septiembre en colaboración con el Instituto Cervantes y que, además de horas teóricas, incorpora la posibilidad de hacer prácticas en centros de enseñanza de español como lengua extranjera (academias, español para inmigrantes...). ¿Quieres ser profesor de español como lengua extranjera, dentro o fuera de España? Si la respuesta es “sí”, mira aquí...
Y si quieres cambiar de aires, ¿por qué no hacer la maleta por una semana y marcharte a hacer un curso de verano a San Lorenzo de El Escorial o a Santander? Éstos son algunos de los que se ofrecen en el veterano Palacio de la Magdalena de Santander, sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (dirigida por primera vez por Pedro Salinas): Innovación gramatical y enseñanza de la lengua, La Gramática desde la pragmática cognitiva (perspectivas para la enseñanza de la lengua)...
En nuestra comunidad, la Universidad Internacional de Andalucía ofrece cursos en sus sedes de Baeza, La Rábida y también en la de Sevilla, en la que es muy recomendable el Curso Cómo se edita un texto. Ecdótica y crítica textual, dirigido por Rafael Bonilla, que tiene lugar en septiembre y en el que participan reconocidos especialistas en la materia como Giuseppe Mazzocchi o María Morrás: una buena oportunidad para empezar a familiarizarse con la crítica textual y con lo que está detrás de una edición.
Dicen que los profesores en los cursos de verano suelen tener esta actitud; yo nunca he sido profesora de un curso de verano, así que no lo puedo asegurar...


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La lengua se mezcla, sale de su solar inicial de nacimiento, se encuentra con otros idiomas y a veces se lleva parte de ellos en sí. Estudiar también pasa por salir del corralito propio, conocer otras aulas y otros profesores y mirar un poco más allá.
El mes de mayo es el momento de inscribirse en varios cursos de formación y especialización que tratan de asuntos lingüísticos o histórico-lingüísticos y que se celebran en vacaciones. En estos días está abierta la preinscripción para el ya célebre (¡va por 10 años ya!) Curso de Formación para Profesores de Español como L2, dirigido por Eva Bravo, que se imparte en la Universidad de Sevilla cada mes de septiembre en colaboración con el Instituto Cervantes y que, además de horas teóricas, incorpora la posibilidad de hacer prácticas en centros de enseñanza de español como lengua extranjera (academias, español para inmigrantes...). ¿Quieres ser profesor de español como lengua extranjera, dentro o fuera de España? Si la respuesta es “sí”, mira aquí...
Y si quieres cambiar de aires, ¿por qué no hacer la maleta por una semana y marcharte a hacer un curso de verano a San Lorenzo de El Escorial o a Santander? Éstos son algunos de los que se ofrecen en el veterano Palacio de la Magdalena de Santander, sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (dirigida por primera vez por Pedro Salinas): Innovación gramatical y enseñanza de la lengua, La Gramática desde la pragmática cognitiva (perspectivas para la enseñanza de la lengua)...
En nuestra comunidad, la Universidad Internacional de Andalucía ofrece cursos en sus sedes de Baeza, La Rábida y también en la de Sevilla, en la que es muy recomendable el Curso Cómo se edita un texto. Ecdótica y crítica textual, dirigido por Rafael Bonilla, que tiene lugar en septiembre y en el que participan reconocidos especialistas en la materia como Giuseppe Mazzocchi o María Morrás: una buena oportunidad para empezar a familiarizarse con la crítica textual y con lo que está detrás de una edición.
Dicen que los profesores en los cursos de verano suelen tener esta actitud; yo nunca he sido profesora de un curso de verano, así que no lo puedo asegurar...


domingo, 2 de mayo de 2010

Trabajo, tortura y otras cosas bíblicas

La palabra trabajo significaba originalmente un tipo de tortura, muy retorcida, compuesta por tres palos (TRI-PALIUM). Por eso, todavía en la Edad Media se hablaba de los trabajos que nos manda el Señor y hoy decimos que algo es trabajoso como algo negativo. La famosa cita del Génesis 3 en que se reprende al hombre por comer del árbol prohibido se le condena a comer buscando con trabajo el fruto de la tierra. La versión bíblica romance Escorial 4 (del siglo XV) decía:
“por quanto obedeçiste el dicho de tu muger e comiste del arbol que te defendí e dixe non comas dél, maldicta sea la tierra por ti, con trabajo comerás todos los días de tu vida”
mientras que otras versiones romances medievales hablaban, en lugar de trabajo, de otros sustantivos también con implicaciones negativas como afán o dolor; estas equivalencias al traducir nos informan del carácter penoso e ingrato con que se concebía al trabajo.
Un recurso muy interesante para la investigación en Historia de la Lengua tiene que ver, precisamente, con esos textos bíblicos traducidos durante la Edad Media. El proyecto Biblias medievales desarrollado desde la Universidad de las Islas Baleares por el profesor Andrés Enrique ha conseguido disponer en red todos los manuscritos en castellano de la Biblia, accesibles para su manejo en una base de datos gratuita que nos permite consultar cómo un pasaje bíblico se tradujo en una o varias de las versiones, buscar una palabra en todos los textos bíblicos o compararla con sus fuentes latinas o hebreas.
Ayer fue el Día del Trabajo... para el que lo tenga. Ánimos para quien lo esté buscando. Quienes me leéis a través de este blog, ¿en qué trabajáis?, si sois estudiantes, ¿en qué os gustaría trabajar? ¿Sois filólogos y trabajáis en la enseñanza en Secundaria o apostasteis por otra opción? ¿Cuál? Contad dichas y desdichas de vuestra vida laboral dejando aquí vuestros comentarios.
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La palabra trabajo significaba originalmente un tipo de tortura, muy retorcida, compuesta por tres palos (TRI-PALIUM). Por eso, todavía en la Edad Media se hablaba de los trabajos que nos manda el Señor y hoy decimos que algo es trabajoso como algo negativo. La famosa cita del Génesis 3 en que se reprende al hombre por comer del árbol prohibido se le condena a comer buscando con trabajo el fruto de la tierra. La versión bíblica romance Escorial 4 (del siglo XV) decía:
“por quanto obedeçiste el dicho de tu muger e comiste del arbol que te defendí e dixe non comas dél, maldicta sea la tierra por ti, con trabajo comerás todos los días de tu vida”
mientras que otras versiones romances medievales hablaban, en lugar de trabajo, de otros sustantivos también con implicaciones negativas como afán o dolor; estas equivalencias al traducir nos informan del carácter penoso e ingrato con que se concebía al trabajo.
Un recurso muy interesante para la investigación en Historia de la Lengua tiene que ver, precisamente, con esos textos bíblicos traducidos durante la Edad Media. El proyecto Biblias medievales desarrollado desde la Universidad de las Islas Baleares por el profesor Andrés Enrique ha conseguido disponer en red todos los manuscritos en castellano de la Biblia, accesibles para su manejo en una base de datos gratuita que nos permite consultar cómo un pasaje bíblico se tradujo en una o varias de las versiones, buscar una palabra en todos los textos bíblicos o compararla con sus fuentes latinas o hebreas.
Ayer fue el Día del Trabajo... para el que lo tenga. Ánimos para quien lo esté buscando. Quienes me leéis a través de este blog, ¿en qué trabajáis?, si sois estudiantes, ¿en qué os gustaría trabajar? ¿Sois filólogos y trabajáis en la enseñanza en Secundaria o apostasteis por otra opción? ¿Cuál? Contad dichas y desdichas de vuestra vida laboral dejando aquí vuestros comentarios.

domingo, 25 de abril de 2010

Visité ¿a? París

Charles Ocoró sufrió un accidente que le cambió la vida. Paseaba con su abuelo y les cayó encima una carga de dos toneladas de camarón. Su abuelo Secundino, educador originario de un evolucionado planeta llamado ‘Mojarra con Plátano’, murió, pero al irse de este mundo le transmitió su energía. Ocoró quedó con poderes sobrenaturales y con la misión de combatir la ignorancia idiomática.
En Colombia, este divertido personaje televisivo de animación, el Profesor O, que lucha contra la incorrección idiomática como si fuese un superhéroe, recomienda explícitamente en este vídeo (¡todo el mundo a verlo!) que hay que decir visité a París, interrumpiendo en un foro al álter ego de Vargas Llosa o de Álvaro Mutis.
En las clases de prácticas tratamos que la inserción de la preposición a ante objetos directos es un proceso abierto desde los primeros textos romances y que hay una notable variación en la plasmación del fenómeno, con contornos donde parece ir ascendiendo el uso de a y otros donde no parece darse una clara linealidad. Pero lo divertido es ver cómo ese proceso de variación es comprobable en nuestros días con sólo cambiar la latitud en que se habla español. ¿Diríais visité a París o visité París? ¿Algún lector de fuera de España que nos quiera ofrecer su opinión al respecto de esta cuestión metalingüística? Deja tu comentario...
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Charles Ocoró sufrió un accidente que le cambió la vida. Paseaba con su abuelo y les cayó encima una carga de dos toneladas de camarón. Su abuelo Secundino, educador originario de un evolucionado planeta llamado ‘Mojarra con Plátano’, murió, pero al irse de este mundo le transmitió su energía. Ocoró quedó con poderes sobrenaturales y con la misión de combatir la ignorancia idiomática.
En Colombia, este divertido personaje televisivo de animación, el Profesor O, que lucha contra la incorrección idiomática como si fuese un superhéroe, recomienda explícitamente en este vídeo (¡todo el mundo a verlo!) que hay que decir visité a París, interrumpiendo en un foro al álter ego de Vargas Llosa o de Álvaro Mutis.
En las clases de prácticas tratamos que la inserción de la preposición a ante objetos directos es un proceso abierto desde los primeros textos romances y que hay una notable variación en la plasmación del fenómeno, con contornos donde parece ir ascendiendo el uso de a y otros donde no parece darse una clara linealidad. Pero lo divertido es ver cómo ese proceso de variación es comprobable en nuestros días con sólo cambiar la latitud en que se habla español. ¿Diríais visité a París o visité París? ¿Algún lector de fuera de España que nos quiera ofrecer su opinión al respecto de esta cuestión metalingüística? Deja tu comentario...

domingo, 18 de abril de 2010

Día del libro (y lencería)

¿Habéis visto qué bella manera de estimular la lectura? (¿O de estimular la venta de ropa interior?)
El próximo viernes 23 de abril es el Día del Libro. Hace meses dedicamos un comentario al primer libro impreso en la Península; la entrada de esta semana se dirige, de forma más específica, a los libros sobre historia de la lengua. El estudio científico del pasado de los idiomas comenzó en el siglo XIX, pero antes de esa fecha se habían dado diversas aportaciones precientíficas (unas muy descaminadas y otras bastante certeras en sus intuiciones) sobre la historia del español: la propia Gramática (1492) de Nebrija, el Diálogo de la lengua (1535) de Juan de Valdés o la obra del erudito malagueño Bernardo J. de Aldrete Del origen y principio de la lengua castellana ò romance que oi se usa en España (1606), en la que se usaba ya la común metáfora de las lenguas madres e hijas:

“Es tan parecida, i semejante la lengua castellana a la Latina su madre, que ni ésta la puede negar por hija, ni aquella dexar de reconosçer le por tal, i en ambas concurren todas las partes de legitima prueba de filiación(Podéis consultar parcialmente la obra en Google Libros, en este enlace).

Son muchos en el mercado los libros dedicados a la Historia de la Lengua (manuales, guías de comentario, colecciones de textos, diccionarios etimológicos, actas de congresos). ¿Tienes en casa algún libro que pueda ser objeto de análisis lingüístico-histórico?, ¿cuál es el libro más antiguo de tus estanterías?, ¿algún diccionario del XIX?, ¿un libro escolar de los años 20 con que estudió un antepasado?, ¿te han regalado alguna vez un libro por comprar ropa interior? Y, si no hay mucha antigüedad en tu biblioteca, ¿qué libros de Historia de la Lengua tienes? No me hables de fotocopias y deja tu comentario...
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¿Habéis visto qué bella manera de estimular la lectura? (¿O de estimular la venta de ropa interior?)
El próximo viernes 23 de abril es el Día del Libro. Hace meses dedicamos un comentario al primer libro impreso en la Península; la entrada de esta semana se dirige, de forma más específica, a los libros sobre historia de la lengua. El estudio científico del pasado de los idiomas comenzó en el siglo XIX, pero antes de esa fecha se habían dado diversas aportaciones precientíficas (unas muy descaminadas y otras bastante certeras en sus intuiciones) sobre la historia del español: la propia Gramática (1492) de Nebrija, el Diálogo de la lengua (1535) de Juan de Valdés o la obra del erudito malagueño Bernardo J. de Aldrete Del origen y principio de la lengua castellana ò romance que oi se usa en España (1606), en la que se usaba ya la común metáfora de las lenguas madres e hijas:

“Es tan parecida, i semejante la lengua castellana a la Latina su madre, que ni ésta la puede negar por hija, ni aquella dexar de reconosçer le por tal, i en ambas concurren todas las partes de legitima prueba de filiación(Podéis consultar parcialmente la obra en Google Libros, en este enlace).

Son muchos en el mercado los libros dedicados a la Historia de la Lengua (manuales, guías de comentario, colecciones de textos, diccionarios etimológicos, actas de congresos). ¿Tienes en casa algún libro que pueda ser objeto de análisis lingüístico-histórico?, ¿cuál es el libro más antiguo de tus estanterías?, ¿algún diccionario del XIX?, ¿un libro escolar de los años 20 con que estudió un antepasado?, ¿te han regalado alguna vez un libro por comprar ropa interior? Y, si no hay mucha antigüedad en tu biblioteca, ¿qué libros de Historia de la Lengua tienes? No me hables de fotocopias y deja tu comentario...

domingo, 11 de abril de 2010

Ajihle 2001-2010

Buff... hace ya muchos años de esto. Un grupo de recién licenciados en Filología Hispánica de universidades varias de España (Córdoba, Madrid, Valencia...) deciden fundar una Asociación de Jóvenes Investigadores de Historia de la Lengua e Historiografía Lingüística (AJIHLE) y organizar un congreso abierto (Córdoba, abril de 2001). Muchos acudimos allí, miedosos, algo asombrados de que hubiera otros jóvenes como nosotros dedicados a los manuscritos y las gramáticas viejas.
Hay fotos de ese primer congreso de Ajihle: todos teníamos casi 10 años menos, no éramos doctores, no teníamos apenas experiencia dando clases, éramos demasiado jóvenes y empezamos a aprender juntos qué era eso de participar en un congreso, dar comunicaciones, preparar mesas redondas; todo ello entre iguales. Luego vinieron los congresos de Salamanca, Jaén, Madrid, Sevilla, Granada... Esta foto de abajo fue hecha en el Congreso de Salamanca de 2002, y ahí veis las caras, de izquierda a derecha, de: Luis Santos Río (profesor de la Universidad de Salamanca y uno de los plenaristas de aquel congreso), junto a él, en la fila delantera, la autora de este blog, y al lado, Ana Štulić, Miguel Ángel Aijón, Ana Rodríguez Barreiro (con bufanda roja), Gema Belén Garrido, Javier Rodríguez Molina, Pilar Salas, Elena Bédmar (en la fila delantera), Ivana Vučina y Mara Fuertes (con bufanda de colores), entre otros (ya no me acuerdo de todos los nombres...).


Al hacernos doctores ya no podíamos, justamente, seguir participando dentro de Ajihle, pero de alguna forma yo me sigo sintiendo parte de esa asociación de los principios; casi todos mis compañeros de entonces lo siguen siendo ahora y coincidimos en congresos de mayores sintiéndonos tan pequeños como hace diez años. En 2005 hubo un congreso de Ajihle en Sevilla y de nuevo en 2010 hay otro del 14 al 16 de abril, gracias a Olga Julián y Santiago del Rey, jóvenes becarios del Departamento que han retomado un testigo vivo todos estos años. Os animo a los lectores de este blog que estéis en Sevilla a asistir a las sesiones (el programa lo podéis encontrar aquí): conferencias, comunicaciones, mesas redondas y hasta un homenaje a la Ajihle fundacional, con más fotos, anécdotas y la presencia de algunos de los fundadores. Un brindis por Ajihle, y si alguno de los lectores pertenece o ha pertenecido a la asociación, ¡venga esos comentarios! Nos vemos la semana que viene en Sevilla.
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Buff... hace ya muchos años de esto. Un grupo de recién licenciados en Filología Hispánica de universidades varias de España (Córdoba, Madrid, Valencia...) deciden fundar una Asociación de Jóvenes Investigadores de Historia de la Lengua e Historiografía Lingüística (AJIHLE) y organizar un congreso abierto (Córdoba, abril de 2001). Muchos acudimos allí, miedosos, algo asombrados de que hubiera otros jóvenes como nosotros dedicados a los manuscritos y las gramáticas viejas.
Hay fotos de ese primer congreso de Ajihle: todos teníamos casi 10 años menos, no éramos doctores, no teníamos apenas experiencia dando clases, éramos demasiado jóvenes y empezamos a aprender juntos qué era eso de participar en un congreso, dar comunicaciones, preparar mesas redondas; todo ello entre iguales. Luego vinieron los congresos de Salamanca, Jaén, Madrid, Sevilla, Granada... Esta foto de abajo fue hecha en el Congreso de Salamanca de 2002, y ahí veis las caras, de izquierda a derecha, de: Luis Santos Río (profesor de la Universidad de Salamanca y uno de los plenaristas de aquel congreso), junto a él, en la fila delantera, la autora de este blog, y al lado, Ana Štulić, Miguel Ángel Aijón, Ana Rodríguez Barreiro (con bufanda roja), Gema Belén Garrido, Javier Rodríguez Molina, Pilar Salas, Elena Bédmar (en la fila delantera), Ivana Vučina y Mara Fuertes (con bufanda de colores), entre otros (ya no me acuerdo de todos los nombres...).


Al hacernos doctores ya no podíamos, justamente, seguir participando dentro de Ajihle, pero de alguna forma yo me sigo sintiendo parte de esa asociación de los principios; casi todos mis compañeros de entonces lo siguen siendo ahora y coincidimos en congresos de mayores sintiéndonos tan pequeños como hace diez años. En 2005 hubo un congreso de Ajihle en Sevilla y de nuevo en 2010 hay otro del 14 al 16 de abril, gracias a Olga Julián y Santiago del Rey, jóvenes becarios del Departamento que han retomado un testigo vivo todos estos años. Os animo a los lectores de este blog que estéis en Sevilla a asistir a las sesiones (el programa lo podéis encontrar aquí): conferencias, comunicaciones, mesas redondas y hasta un homenaje a la Ajihle fundacional, con más fotos, anécdotas y la presencia de algunos de los fundadores. Un brindis por Ajihle, y si alguno de los lectores pertenece o ha pertenecido a la asociación, ¡venga esos comentarios! Nos vemos la semana que viene en Sevilla.

domingo, 4 de abril de 2010

Sabio pero burro

Un 4 de abril como hoy, pero en 1284, murió Alfonso X el Sabio. Justamente coincide con que en clase de Historia de la Lengua recién hemos terminado el tema dedicado a este monarca y comenzamos con el consagrado al molinismo y el siglo XIV. (En la imagen, la escultura a Alfonso X el Sabio sita en las escalinatas de la Biblioteca Nacional).
La antigua calle Burro, en el centro de Sevilla y junto a la zona de la Alfalfa (todo muy animal, como veis), fue rebautizada como calle Don Alonso el Sabio en homenaje a este rey, aunque asimilando el grupo /lf/ de su nombre en /l/: Alonso como variante fonética del nombre de origen germánico Alfonso. La calle Don Alonso el Sabio termina, por esas curiosidades aleatorias de los nombres y los mapas, en Pérez Galdós. Pero antes se llamaba Burro. Así que la placa "Don Alonso el Sabio, antes Burro", con chiste bien servido, estuvo durante años puesta en el principio de esa calle, imaginando a un rey que sólo al ilustrarse rodeándose de sabios europeos y traductores de hebreo, latín y árabe en su corte abandonó su previo estado animal de pollino.
La biografía sobre este monarca escrita por el profesor de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla Manuel González Jiménez es una referencia imprescindible para conocer la trascendencia histórica de Alfonso X, sus aciertos en la dirección cultural de un reino cuya lengua se encargó de extender a nuevos tipos de textos, su fracasada insistencia en convertirse en emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y su fuerte vinculación con Sevilla: el monarca, que tuvo su corte aquí largo tiempo, está de hecho enterrado en la Catedral de nuestra ciudad. Pero Sevilla simplificó logros y tributos, escogió una pequeña calle esquinada en el centro de la ciudad e, involuntariamente, terminó pregonando en el nomenclátor que el gran sabio era, antes de serlo, un mero burro.
Sospecho que no es mucho el eco de Alfonso X ni de otros personajes centrales en la Historia de la Lengua en los callejeros hispánicos. Piensa en tu barrio, pueblo o ciudad: ¿qué nombre de calle, plaza o zona homenajea a alguna de las figuras centrales para el devenir histórico de la lengua? Deja tu comentario...
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Un 4 de abril como hoy, pero en 1284, murió Alfonso X el Sabio. Justamente coincide con que en clase de Historia de la Lengua recién hemos terminado el tema dedicado a este monarca y comenzamos con el consagrado al molinismo y el siglo XIV. (En la imagen, la escultura a Alfonso X el Sabio sita en las escalinatas de la Biblioteca Nacional).
La antigua calle Burro, en el centro de Sevilla y junto a la zona de la Alfalfa (todo muy animal, como veis), fue rebautizada como calle Don Alonso el Sabio en homenaje a este rey, aunque asimilando el grupo /lf/ de su nombre en /l/: Alonso como variante fonética del nombre de origen germánico Alfonso. La calle Don Alonso el Sabio termina, por esas curiosidades aleatorias de los nombres y los mapas, en Pérez Galdós. Pero antes se llamaba Burro. Así que la placa "Don Alonso el Sabio, antes Burro", con chiste bien servido, estuvo durante años puesta en el principio de esa calle, imaginando a un rey que sólo al ilustrarse rodeándose de sabios europeos y traductores de hebreo, latín y árabe en su corte abandonó su previo estado animal de pollino.
La biografía sobre este monarca escrita por el profesor de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla Manuel González Jiménez es una referencia imprescindible para conocer la trascendencia histórica de Alfonso X, sus aciertos en la dirección cultural de un reino cuya lengua se encargó de extender a nuevos tipos de textos, su fracasada insistencia en convertirse en emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y su fuerte vinculación con Sevilla: el monarca, que tuvo su corte aquí largo tiempo, está de hecho enterrado en la Catedral de nuestra ciudad. Pero Sevilla simplificó logros y tributos, escogió una pequeña calle esquinada en el centro de la ciudad e, involuntariamente, terminó pregonando en el nomenclátor que el gran sabio era, antes de serlo, un mero burro.
Sospecho que no es mucho el eco de Alfonso X ni de otros personajes centrales en la Historia de la Lengua en los callejeros hispánicos. Piensa en tu barrio, pueblo o ciudad: ¿qué nombre de calle, plaza o zona homenajea a alguna de las figuras centrales para el devenir histórico de la lengua? Deja tu comentario...